El ala socialdemócrata de EH Bildu pide tener voz propia en la coalición
Un lehendakari descuelga el teléfono. Carlos Garaikoetxea (Pamplona, 1938), presidente vasco entre 1979 y 1985, hace una excepción en su habitual silencio sobre la actualidad política para valorar en este periódico la situación del partido que fundó en septiembre de 1986, Eusko Alkartasuna (EA), una escisión del PNV que ahora forma parte de la coalición EH Bildu. El líder de la formación, Pello Urizar, dimitió antes del verano y el sector crítico, que controla tres de las cuatro organizaciones territoriales (Álava, Gipuzkoa y Navarra) ha vuelto a la carga tras perder el congreso de 2017 para reclamar que la siglas de EA no se diluyan en la marca que se creó en 2011 tras la relegalización de la antigua Batasuna como Sortu con Aralar (una escisión pacifista) y Alternatiba (salida de IU).
“Hay una expresión muy reduccionista de lo que es EH Bildu, incluso por los protagonismos y portavoces habituales”, argumenta el lehendakari sobre la coalición que lidera Arnaldo Otegi, histórico dirigente de la izquierda abertzale. Garaikoetxea, que aboga por la suma con otras formaciones políticas, matiza que EA debería tener “lealtad” al programa conjunto pero “vida autónoma” y presencia pública propia. “Hay que ser conscientes de que una coalición es eso, una coalición. No es una integración”, recalca Garaikoetxea, que ya en 2017 se alineó con la candidatura crítica con Urizar encabeza por el navarro Maiorga Ramírez y que quedó derrotada por un pequeño margen de 14 votos.
Según Garaikoetxea, “todos los partidos que circundan a EH Bildu se benefician electoralmente de un enfoque reduccionista de la coalición” como extensión de Sortu. El fundador asegura que EA aporta un nacionalismo “moderado”, “socialdemócrata” y de “centro-izquierda” y que podría pelear por un determinado voto que ahora recae en el PNV, como Alternatiba, más a la izquierda, podría competir con el nicho del que se nutre Elkarrekin Podemos. “Entre la socialdemocracia moderada y una escisión del PCE hay una gran diversidad ideológica. Que se vean partidos diferentes es lo que da amplitud a la oferta electoral”, explica.
En este proceso interno que ya dura varios años, hay igualmente mucho de reivindicación de la historia propia de EA y de su influencia en la política vasca. Asegura el fundador que su partido tiene “una trayectoria política intachable”, también de condena de la violencia y de defensa de los derechos humanos, y que precisamente fue ese compromiso el elemento decisivo para construir una nueva marca soberanista primero llamada Bildu, luego Amaiur y desde 2012 EH Bildu (EH Bai en Iparralde).
Se da la circunstancia de que una de las cuatro patas de la coalición, Aralar, tomó la decisión en su último congreso de disolverse y de integrarse en EH Bildu. Algunas voces de EA temen que ésa sea el futuro de estas siglas, aunque Garaikoetxea niega que el partido “esté en peligro”. La coalición abertzale, eso sí, ha reforzado sus estructuras propias e introducido algunos cambios desde su creación, como órganos de dirección y comunicación propios. Asimismo, a la hora de configurar listas electorales se ha minimizado el respeto de las cuotas entre los socios. Un ejemplo: tras la dimisión de Urizar y su consiguiente salida del Parlamento Vasco, quien le releve en el escaño no tiene por qué ser de EA, sino el siguiente de la lista electoral de su circunscripción, algo que en otros momentos sí se respetaba. Sin embargo, cuando Josu Juaristi renunció a la candidatura a las europeas por un caso de violencia de género, la segunda en las primarias (Lorena López de Lacalle de EA) no fue la 'número uno', sino que la coalición fichó al histórico dirigente abertzale Pernando Barrena.
El sector oficial: “El poso de EA está en EH Bildu”
Hasta que se celebren primarias para elegir a la nueva dirección, Joseba Gezuraga es el secretario general interino de EA e Iker Ruiz de Egino su portavoz. En una entrevista concedida a Europa Press, preguntado por si EA puede desaparecer dentro de la coalición soberanista como Aralar, Ruiz de Egino manifestó que serán los afiliados los que determinen “hasta cuándo quieren seguir”. “Nunca nos hemos planteado ni se nos ha pasado por la cabeza, como órgano directivo, llevar esa opción a una Asamblea Nacional. Pero sí somos conscientes de que la política avanza, la forma de hacer política evoluciona y la forma de militancia también”, respondió. Sobre Garaikoetxea, Ruiz de Egina opina que está “un poquito desconectado de lo que es el día a día del partido” y que debería relacionarse con más afiliados que los críticos. A su juicio, “tal vez no sean personas con un carné de EA las que están en la primera fila de los cargos más relevantes o más visibles de EH Bildu, pero es que la propia EH Bildu nació con ese espíritu de superar a los partidos”. Para el sector oficial no es correcto decir que el partido “no pinta nada en EH Bildu” porque “el poso y el acento de EA está muy presente” en muchas inercias institucionales de la coalición e incluso en alianzas con partidos como ERC y BNG, antiguos socios de esta formación y que ahora lo son de la izquierda abertzale. “Tenemos peso y somos conscientes del peso que tenemos”, zanjó Ruiz de Egino en esta entrevista.
El proceso de sucesión de Urizar se ha visto empañado por acusaciones cruzadas en torno al censo electoral de cara a las primarias, las primeras en 33 años de historia. Los críticos han deslizado que ese listado está inflado con militantes que no están al corriente de sus obligaciones y sugieren que ello les perjudica. Ruiz de Egino ha confirmado esta semana que este sector ha comunicado formalmente que han solicitado “auxilio judicial” para acceder a las bases de datos, pero ha asegurado que el partido está obligado a proteger determinados datos personales y confidenciales. Al mismo tiempo, los líderes de Álava, Gipuzkoa y Navarra (Iratxe López de Aberasturi, Mikel Goenaga y Miren Aranoa) han denunciado haber sido expedientados por haber aludido a esta cuestión en una rueda de prensa celebrada a finales de junio. Las partes sólo coinciden en que la reunión de la Ejecutiva del pasado lunes fue muy tensa.