“A Gaztelueta no le importa nuestro hijo, ni siquiera le importa el profesor. Solo le importa limpiar su nombre”
“Los representantes del colegio actúan creyéndose situados por encima del bien y del mal”. El padre de la víctima de abusos sexuales del 'caso Gaztelueta', Juan Cuatrecasas, ha sido contundente en su respuesta a una rueda de prensa del colegio del Opus Dei de Leioa el pasado 29 de noviembre, semanas después de que la Audiencia Provincial de Bizkaia condenase a once años de prisión a un profesor numerario del centro. Cuatrecasas ha destacado ante los medios que el centro sigue sin reconocer a su hijo, que no trata a la víctima con dignidad y que sigue negando la realidad de una manera casi “patológica”.
La realidad la refleja una sentencia. Una sentencia que, en palabras de la familia de la víctima, “no acatan y no respetan”. El padre y la madre del joven se han dirigido a los medios este lunes en Haro, ciudad donde viven desde hace años tras dejar Bilbao a causa de la insoportable situación y la necesidad de alejarse de la ciudad.
Juan Cuatrecasas ha respondido a la “insoportable actitud” de los representantes del colegio Gaztelueta y les ha exigido una reacción “firme y sin demoras”. Ha calificado como “espectáculo” la rueda de prensa que el director del centro, Imanol Goyarrola, y el presidente del consejo de administración, Juan Anguisola, ofrecieron en el centro el pasado jueves. Allí, aparte de reiterar que no existen pruebas “más allá del testimonio del chico”, condujeron a los periodistas al despacho donde sucedieron los ya probados abusos sexuales. Allí, Goyarrola no solo enseñó la habitación para demostrar la imposibilidad de que estos sucedieran, sino que leyó el testimonio de la propia víctima.
La familia no solo ha querido rechazar que el colegio no acepte la verdad, sino que ha condenado rotundamente las “ofensas graves” a su hijo. A su hijo y a todas las víctimas de abusos sexuales: “Ante las graves acusaciones, tomaremos las pertinentes medidas judiciales”. Medidas que, según ha afirmado Cuatrecasas, están en manos de sus abogados, que están estudiando emprender acciones por “varios delitos” que podría haber cometido el centro en su último comunicado.
Sí han concretado un llamamiento a la Consejería de Educación del Gobierno vasco, haciendo hincapié en que debe tomar cartas en el asunto tras lo ocurrido porque “es indigno que después de una demostración tan kafkiana, las injurias y las descalificaciones hacia la víctima, el centro siga recibiendo subvenciones”. Subvenciones que creen que deben retirarse si el colegio sigue por la misma vía. Han reclamado, además, el cese de los representantes del colegio tras la actuación del pasado 29 de noviembre.
La víctima, ha afirmado el padre, no ha leído el comunicado completo por voluntad propia, aunque sí está informado de su contenido. Cuatrecasas ha recordado la dificultad que supone para una víctima contar reiteradamente lo sucedido, valorando el esfuerzo que la víctima hizo en el juicio, tras el cual “tuvo una recaída”: “A mí cuando me llaman valiente... Yo estoy aquí como padre. El valiente es nuestro hijo. Es el que ha denunciado. Es el que está pagando toda las consecuencias de esta vergüenza”. Ha reiterado, como hizo durante el proceso, que “una víctima no cuenta lo ocurrido cuando quiere, sino cuando puede”. Han contado que actualmente no está haciendo una vida normal, viéndose mermada la sensación de reconocimiento que esperaban con la sentencia.
Tanto el chico como sus padres están “cansados. Muy cansados” por estar “día tras día saliendo al paso de lo que dice este colegio”. A pesar de ello, ha afirmado, la gravedad del comunicado les ha empujado a volver a salir ante el público. Cuatrecasas añadido que “es vomitivo” que después de una sentencia sigan negando lo sucedido, y que “no les cree nadie”: “He recibido mensajes de gente de Gaztelueta apoyándonos sin fisuras. Les están sacando los colores aunque no se atrevan a decirlo en público”.
Ante la acusación de los portavoces del colegio de que la familia lo único que pretende es “atacar al colegio, a la educación diferenciada, al Opus Dei y a la Iglesia”, el padre de la víctima ha recalcado que no quieren “dañar a ninguna institución” y que el procedimiento “no se inició contra el Opus, sino contra un profesor”. Ha arremetido contra el centro y sus representantes, afirmando que “no dignifica a las víctimas”. “A Gaztelueta no le importa el chico, ni siquiera le importa el profesor. Solo le importa limpiar su nombre” ha añadido.
Sobre unos rumores de que la familia se ha lucrado con este proceso, tanto el padre como la madre de la víctima han desmentido, incluso riendo irónicamente, que hayan recibido cantidad alguna. “Ni siquiera la hemos reclamado. Nunca lo hemos hecho” ha afirmado Cuatrecasas, aludiendo a una primera denuncia en la que sus reclamaciones eran reconocimiento por parte del centro, disculpas públicas y compensación moral. La madre de la víctima ha añadido que hubieran pagado “diez mil veces más dinero” del que puedan recibir “por que nada de esto hubiera pasado nunca”.
La sentencia, 'acatada' solo formalmente
Según Juan Anguisola e Imanol Goyarrola, “no existe ninguna prueba” más allá de la palabra del denunciante, cuyas supuestas inexactitudes e incoherencias criticaron el jueves duramente hasta el punto de sugerir abiertamente que todo fue un montaje. Mientras que formalmente “acata” las resoluciones judiciales y condena el abuso sexual a menores, el director criticó duramente al tribunal que enjuició el caso en octubre por no haberse acercado al colegio a ver sus instalaciones y por manipular la declaración de Goyarrola y otros testigos a la hora de redactar la sentencia.
“Las sentencias las dictan los jueces, es una obviedad pero por lo que se ve ni Gaztelueta ni Goyarrola se han enterado” ha comentado este lunes el padre de la víctima. “Acatar una sentencia supone respetar su contenido” ha proseguido. Ve “incalificable” la respuesta y la valoración de los portavoces del centro y exige censurar esos comportamientos que vulneran el Estatuto de la Víctima.
Precisamente ahí radica la mayor preocupación de la familia: que desde el centro se continúe el acoso, el menosprecio y el no reconocimiento de su hijo. Al joven y “a la generalidad, un colectivo vulnerable de ser atacado con crueldad que debería ser protegido y acompañado”. La familia cree que, por el concepto piramidal de la organización, si el Opus Dei no remite un comunicado en los próximos días, estará avalando la postura del colegio.
“Nos parece indecente y una ofensa más de las muchas lanzadas en contra de la víctima y su familia, así como de los facultativos de parte y no de parte o de los magistrados de instrucción y la Audiencia Provincial de Bizkaia y, como no puede obviarse, contra todas las víctimas de abusos sexuales” ha sentenciado Cuatrecasas. La sentencia se basó en varios informes avalados y contrastados, aunque desde el centro se siga insistiendo en la inocencia del profesor y no se crea que haya pruebas suficientes.