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De Miguel, un gran facilitador: “¿De esto te llevas rappel?”

Alfredo de Miguel, con su abogado, Gonzalo Susaeta

Iker Rioja Andueza

¿Una entrada para el Baskonia? Alfredo de Miguel. ¿Un trabajo para un primo de un militante 'jeltzale'? Alfredo de Miguel. ¿Dinero para el Araba Euskaraz? Alfredo de Miguel. ¿Un concierto de una banda irlandesa? Alfredo de Miguel. ¿Solucionar una deuda fiscal? Alfredo de Miguel. ¿Conseguir un crédito en la Caja Vital? Alfredo de Miguel. ¿Pactar el titular de un periódico local? Alfredo de Miguel.

Una lectura de los correos electrónicos que recibía y enviaba en su despacho oficial de la Diputación quien todos conocían como Txitxo muestra a un político más influyente en el PNV y en el ámbito institucional de lo que indicaban sus cargos y trayectoria, director de un polígono industrial en el Valle de Ayala y diputado de Administración Local y Equilibrio Territorial (Urbanismo), por debajo de Xabier Agirre y Claudio Rodríguez. Y De Miguel quería que se supiera. “Dile al bueno de Oskar que he sido yo”, llegaba a bromear. Su amigo Iñaki San Juan, imputado como él en el juicio del 'caso De Miguel', le preguntaba de manera coloquial si iba a obtener algo después de que le consiguiera un patrocinio: “¿Por cierto, de esto te llevas 'rappel'?”.

La Fiscalía, como han expuesto en sus largas conclusiones tanto Josu Izaguirre como Manuel Pedreira, ha querido destacar la “influencia” de De Miguel, su poder para “remover obstáculos” y conseguir todo tipo de cosas. A veces a cambio de comisiones y a veces no, pero siempre moviendo los hilos. Según los fiscales, Txitxo “era consciente de que determinadas personas” llamaban a su puerta y él no puso “un muro de contención” sino que “daba salida” a esos asuntos enviando a sus amigos no a la “ventanilla general” sino a mantener contactos con otros cargos como su entonces compañeros en la Diputación, Estefanía Beltrán de Heredia (hoy consejera de Seguridad) y José Luis Cimiano (todavía hoy en el cargo de diputado de Hacienda).

“Se nos ha intentado reflejar a De Miguel como un concejal de pueblo, pero tenía gran influencia política y social”, ha enfatizado Izaguirre. Y ha seguido: “Algún medio de comunicación con mala leche le ha llamado hombre del renacimiento. Cuando yo diría Superman”.

“Resulta conveniente tener a un diputado foral como amigo. Para una agilización de un determinado trámite, como puente para acceder a otras instancias”, ha añadido Pedreira, que ha citado el caso del constructor Prudencio Hierro, que confesó haber corrido a cargo de la reforma de la casa de la esposa de De Miguel en Gorliz precisamente por razón de su cargo. Aunque ahora se considera que no hay pruebas que guardase relación con la adjudicación de un contrato al empresario en el Valle de Arana, para la Fiscalía sigue siendo un caso claro de cohecho: “De Miguel es diputado y existe la admisión de una dádiva o regalo, un elemento económico que reporta beneficio directo a De Miguel y que es ofrecido en consideración a su función”.

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