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La 'SGAE vasca' despierta recelos

Natalia González de Uriarte

A la veterana SGAE y al resto de entidades de gestión de derechos reconocidos en la Ley de Propiedad Intelectual como la AIE, AGEDI, CEDRO, les ha surgido una competidora. El Gobierno vasco ha concedido la autorización para actuar como entidad de gestión de los derechos de autor a Euskal Kulturgileen Kidegoa (EKKI). Cinco colectivos que trabajan en el entorno euskaldun como Euskal Idazleen Elkartea, Euskal Bertsolari Elkartea, la asociación de Ilustradores de Euskadi, la asociación de editores vascos y Musikari vieron la necesidad de crear una entidad de gestión propia y echan a andar como tal tras la concesión de Gobierno vasco de la correspondiente autorización. Es una vieja reivindicación de una parte del sector cultural vasco cercano al nacionalismo que podría verse cumplida con el nacimiento de EKKI. Pero el surgimiento de esta nueva entidad ha despertado recelos.

El propio Ministerio de Cultura ha explicado a eldiarionorte.es que la tutela y capacidad para autorizar o revocar licencias a entidades de gestión corresponde al Gobierno central y no a las comunidades autónomas. En el año 2011 hubo un traspaso de competencias en esta materia y con la Nueva Ley de Propiedad Intelectual, que entra en vigor el próximo 1 de enero de 2015, sí se otorgan funciones de inspección, vigilancia y control de las entidades a la comunidad autónoma en cuyo territorio desarrollen principalmente su actividad ordinaria. Pero la creación de tales entidades corresponde de forma exclusiva al Gobierno central.

¿El principio del fin del 'monopolio' de la SGAE en Euskadi?

De hecho existen dos sentencias del Tribunal Constitucional, la 196/1997 y 31/2010 en las que el órgano judicial resuelve que “el Estado es el titular de la función legislativa en esta materia y es a éste a quien corresponde decidir si tales autorizaciones y revocaciones pueden ejercerlas las Comunidades Autónomas o debe retenerlas el propio Estado para asegurar el cumplimiento sin fraccionamiento de la propia legislación”.

Así que la duda se cierne sobre EKKI. Pero el Ministerio de Cultura no actúa de oficio sino a instancias de parte. Así que si nadie lo impide, EKKI seguirá su rumbo. Esa supuesta usurpación de competencias no ha pasado desapercibida entre las entidades de gestión ya existentes. Prefieren de momento guardar silencio y ser cautelosas, pero han puesto en marcha su maquinaria jurídica para estudiar si la creación de esta entidad se ajusta a la ley. “Estamos en proceso de valoración” se limitan a decir desde la SGAE.

Pese a este inicio rodeado de incertidumbre los impulsores de EKKI trabajan ya con “entusiasmo e ilusión” en la gestión de las obras de sus 12 socios iniciales. “El tiempo nos dirá si EKKI es capaz de atraer socios de otras entidades no tanto por el déficit del resto sino porque consideren que la nuestra es más atractiva. No nos diferenciamos en principio del resto, pero entendemos que podemos ofrecer un valor añadido. Hacemos una llamamiento al sector de creadores porque creemos que les podemos ofrecer un buen servicio que responde al modelo y tratamiento que nosotros quisiéramos recibir. Vamos a ser más eficaces en la recaudación y sobre todo transparentes”. Así presenta EKKI uno de sus fundadores, el escritor vasco Igor Estankona.

El rodaje de EKKI durante su primer año de vida les permitirá ampliar la oferta a todo el sector. “Fruto del aprendizaje saldrá el diseño de una oferta, diferente a la actual, que lanzaremos a todo el sector. de momento, en este período experimental, no vamos a ampliar socios. Nos centramos en los que tenemos ahora”, aclara Estankona que resaltaba la capacidad de su organización para adaptarse a los cambios que se producen en el ámbito de la propiedad intelectual por ejemplo con la irrupción de la digitalización. “El resto de las entidades van a remolque del consumo de productos culturales. Es necesario diseñar un nuevo modelo de la gestión”.

Se desconoce el futuro de esta entidad, si tiene los días contados o es el principio del fin del 'monopolio' en la gestión de derechos de autor que ostenta la SGAE en Euskadi.

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