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AUDIO | Miembros de un tribunal de las oposiciones vascas sobre las que recaen sospechas de filtración ocultaron una reunión en un hotel

Interior del hotel Astoria de San Sebastián

Iker Rioja Andueza

Los vocales del tribunal de Traumatología, una de las especialidades médicas de la oposición de 2018 del Servicio Vasco de Salud (Osakidetza) investigadas por recaer sobre ella indicios de que se produjeron filtraciones para beneficiar a determinados aspirantes, ocultaron la existencia de una reunión extraoficial aparentemente para “mejorar los criterios de corrección” del examen, concretamente de la parte práctica elaborada por el propio tribunal. La cita se produjo 72 horas antes de la OPE en el hotel Astoria de San Sebastián y duró alrededor de dos horas. No fueron invitadas ni la presidenta ni la secretaria y no se levantó acta. Fruto de su investigación interna, Osakidetza decidió expedientar a los seis facultativos que participaron en la cita del Astoria, si bien el informe de conclusiones sobre Traumatología remarca que no hay pruebas de que se produjeran filtraciones y, sobre la reunión, incide en que fue una “actuación irregular” pero que “su incidencia en los resultados [...] resulta indemostrable”.

Los exámenes de Traumatología se celebraron el 27 de mayo del año pasado en Vitoria y los ocho del tribunal celebraron una reunión oficial el 16 de ese mes en el hospital San Eloy. Según consta en acta y explican la presidenta y la secretaria del comité evaluador, Lourdes Vivanco y Belén García Sobrón, respectivamente, en esa cita ya se eligieron los tres casos clínicos de la prueba práctica, además de los criterios de corrección. Es más, apuntan con rotundidad a que en los exámenes los criterios que se aplicaron fueron “los acordados” en San Eloy.

En la investigación interna de Osakidetza, encomendada a Lierni Lekuona y Luis Javier Ronco, comparecieron los seis vocales. Sólo uno de ellos, Enrique Uriarte, aludió a esa cita extraoficial, aunque sin aportar muchos detalles de su contenido. Es el mismo que declaró que se habían producido filtraciones y que los exámenes más brillantes eran como “fotocopias” entre ellos, además de muy similares a la plantilla de corrección. Manifestó simplemente que llegó tarde a la cita de San Sebastián por haber estado en quirófano.

Esta declaración dejó en evidencia a sus cinco colegas, que ocultaron esa información en sus comparecencias. Es más, Lekuona y Ronco volvieron a tomar declaración a varios de ellos para pedir detalles de la reunión en el Astoria y todavía algunos lo negaron. Alberto Hernández, por ejemplo, incidió en que “los criterios se establecieron en la reunión del San Eloy” y en que el tribunal no tuvo más encuentros que los constan en acta. Lo repitió en varias ocasiones y de manera contundente ante las preguntas de los investigadores de Osakidetza. “Reunión como tal, en absoluto”, llegó a enfatizar.

Mientras, otra vocal, Lourdes Azurmendi se quejaba de la investigación. “Sólo espero que se vaya a por el que haya metido cizaña”, manifestó al tiempo que para destacar que en esta OPE, al fin, había habido tribunales paritarios y que por vez primera ella y otras “mujeres normales, de a pie, madres de familia” habían asumido responsabilidades. “Va y nos tienen que llamar... Dices ¡cojones!”, protestaba la doctora, que negó cualquier irregularidad en el proceso selectivo. En el mismo tono, un “ultrajado” Íñigo Echevarria, del hospital de Mondragón y señalado por un acta notarial que predecía que sus colegas allí iban a lograr la plaza, clamaba que “sólo el consejero”, Jon Darpón, y “la directora general”, María Jesús Múgica, habían sido “capaces de defender públicamente a los médicos y a los tribunales”.

Finalmente, el mismo Hernández que negó en dos declaraciones la existencia de la reunión del Astoria se la confirmó de manera “informal” a la investigadora de Osakidetza Lekuona, lo que dio pie a que se organizara una reunión conjunta de todo el tribunal -incluida la presidenta- para recabar explicaciones. El encuentro fue grabado y su audio se puede escuchar aquí en su totalidad.

Uriarte, el que inicialmente la mencionó, dijo que había sido idea suya y que lo propuso a la salida de la cita en el San Eloy en la que se preparó el examen. Se trataba de perfilar no sólo las puntuaciones concretas de cada pregunta sino el modo de corrección y otras cuestiones de orden, explicó. Hernández y Echevarria, por su parte, se afanaron durante toda la hora que duró la comparecencia en defender que no fue una reunión formal, sino “un café” o una “quedada” para hablar de la OPE. “Aparte de estar señalados en muchos sitios, ahora parece que estamos señalados aquí”, llega a quejarse Echevarria. En un momento de la declaración conjunta tomó la palabra la presidenta, Vivanco, para censurar con rotundidad la actitud de sus compañeros. “Me hubiese gustado saberlo”, les espetó.

Los denunciantes, “sinvergüenzas”

Vivanco subrayó que desde un primer momento hizo un llamamiento a preservar la “limpieza” de la oposición, un comentario que enfadó al responsable de Traumatología de Mondragón: “No voy a permitir que se ponga en duda la limpieza del proceso. ¡El proceso ha sido limpio!”. Echevarria, incluso, se permitió comparar la “quedada” del Astoria con otras charlas entre miembros del tribunal o de la presidenta con vocales antes de los exámenes o durante los viajes a las reuniones. Ese comentario enervó a Vivanco. Uriarte, por cierto, mantuvo un perfil mucho más bajo en la declaración conjunta que en la comparecencia individual, en la que habló abiertamente de filtraciones. Ante sus colegas prefirió guardar silencio.

La tensión de esa reunión sólo se rompió cuando Echevarria aseguró que todo se podía haber evitado si tres “sinvergüenzas” de su hospital no hubieran denunciado, en referencia velada a los anestesistas Manoel Martínez, Marta Macho y Roberto Sánchez. El calificativo fue celebrado con risas de los asistentes a la reunión. Se da la circunstancia de que uno de los funcionarios de Osakidetza, Ronco, no entendió la mención y que fue su compañera la que le aclaró que los “sinvergüenzas” eran los denunciantes de filtraciones. Lekuona, al término de la reunión, también les dijo frases como “aquí nadie va a pillar a nadie” o “no tenemos intención de sacar nada sucio”. Los investigadores se entrevistaron con algunos de los opositores que habían tenido resultados excelentes en la prueba práctica bajo sospecha y las declaraciones, por norma general, se cerraban con un “zorionak” de Lekuona por la nota lograda.

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