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“La contaminación por lindano la van a pagar generaciones que aún no han nacido”

Depósito de lindano en las inmediaciones del aeropuerto de Loiu

Iker Rioja Andueza

Los residuos de hexaclorociclohexano (o más comúnmente lindano), una sustancia producida en el pasado en la Margen Izquierda vizcaína y en grandes cantidades para su uso como plaguicida o incluso como tratamiento contra piojos, son altamente resistentes al paso del tiempo, muy tóxicos (pudiendo llegar a ser cancerígenos) y presentan una gran movilidad. El entorno de las antiguas fábricas, en Barakaldo y en Erandio, y algunos vertidos ilegales como los de Vitoria constituyen aún hoy, 30 años después de que el lindano dejara de producirse en Euskadi, un verdadero foco de riesgo, según ha denunciado este martes en el Parlamento Vasco la plataforma Ekologistak Martxan, cuyos representantes han entregado a los partidos un informe con un diagnóstico de la situación y medidas para combatir este grave problema de contaminación.

Dos compañías de capital alemán operaron en el industrializado Gran Bilbao para la obtención de hexaclorociclohexano. Bilbao Chemical, en la zona baracaldesa de Ansio, produjo unas 75.000 toneladas de residuos desde 1947 hasta 1987. Nexana, muy cerca de la anterior pero ya en Asua, Erandio, registró 7.000 toneladas. Sería el equivalente a vaciar 3.280 camiones llenos de sustancias contaminantes. Las empresas no sólo abandonaron los residuos en la zona, sino que transportaron algunos ilegalmente a zonas de Soria o a Vitoria. Hay que tener en cuenta que por cada tonelada útil de lindano se generaban unas nueve de restos tóxicos.

Según el informe de Ekologistak Martxan, “la molécula de lindano es altamente persistente, lo que hace que su degradación sea lenta y difícil”. “Es un problema que van a pagar generaciones que aún no han nacido”, ha valorado Javier Vázquez, que recuerda también que es una sustancia fácilmente transportable por agua, aire o incluso a través de los animales y los humanos.

En Euskadi, cuando hace un par de décadas se adquirió la conciencia del peligro del lindano algunas grandes reservas se encapsularon por seguridad. Como en Loiu o en el entorno de Barakaldo. Esas burbujas tienen una vigencia de 30 años. Pronto habrá que valorar, subrayan los ecologistas, qué hacer con esas bolsas de sustancias contaminantes.

En otro casos, los vertidos ilegales se han ido detectando conforme se han realizado análisis, sobre todo de las aguas. En el embalse de Oiola, que suministraba agua a 130.000 vecinos de la Margen Izquierda, se limitaron los suministros. Sin embargo, las cabezas de ganado continúan pastando en la zona y son potenciales transmisores de problemas sanitarios.

Y en Vitoria también aparecieron desde 2013 niveles elevados de hexaclorociclohexano en las aguas, según informes de la Confederación Hidrográfica del Ebro. Aparentemente, fueron provocados por camiones llegados desde Bizkaia al vertedero de Gardelegi. Las filtraciones han llevado esas sustancias tres décadas después al entorno del río Zadorra. Según Ekologistak Martxan, al menos ha habido “suerte” de que el foco está “aguas arriba” de la depuradora que suministra a la ciudad, la de Crispijana, aunque es cierto que lodos de esa zona de Trespuentes se han empleado en algunas obras.

Bilbao Chemicals

El problema no es exclusivo de Euskadi. De hecho, el mayor foco de contaminación por lindano en Europa está en Sabiñánigo (Huesca), llamado por algunas voces como “el Chernóbil español”. Allí una filial de Bilbao Chemicals produjo lindano y, además, durante unos años incluso sin licencia. Los residuos quedaron abandonados y aún hoy no han recibido adecuado tratamiento en su totalidad. El río Gállego tiene elevadas concentraciones tóxicas, según algunas mediciones.

Los portavoces ecologistas han demandado en el Parlamento medidas urgentes ante un “problema europeo” y “no sólo medioambiental, sino de salud pública”. El hexaclorociclohexano provoca dolores de cabeza, cansancio, debilidad o malestar en sus estadios más leves o dolencias crónicas e incluso la muerte en caso de intoxicaciones severas. Se asimila no sólo con el tacto o ingiriéndolo, sino también respirándolo. La OMS consideró que era potencialmente cancerígeno en 2015.

“Consideramos que el Gobierno español se ha implicado muy poco en toda la problemática del lindano, como tampoco lo han hecho los Gobiernos autonómicos”, denuncian desde Ekologistak Martxan, que además critican que las distintas instituciones han peloteado a cuenta de 15 millones de euros para descontaminación procedentes de la Unión Europea y que aparentemente se desconoce dónde están. 

En un decálogo de medidas, este colectivo reclama que “se localicen y caractericen” con carácter inminente los focos de contaminación y que “se garantice la limpieza integral” de todas esas zonas. Entretanto, se solicita que se declaren no aptas para el consumo de agua y que se evalúe la “exposición” de la población de esas zonas de suministro. En un último estadio, reclaman “responsabilidades” bien “penales, políticas o administrativas” para quienes hayan sido los “causantes” de este desastre ecológico y sanitario.

“Nos encontramos con hechos y actuaciones que se llevaron a cabo hace ya décadas y cuyas consecuencias medioambientales, sociales y económicas se están sufriendo en la actualidad. De hecho, lo están pagando y soportando una generación que ni siquiera había nacido cuando se produjeron los hechos. Desde el movimiento ecologista se afirma reiteradamente que las consecuencias de las acciones que se llevan a cabo contra el medio ambiente en muchos casos pueden sufrirlas también las generaciones venideras. Pues bien, el problema de la fabricación y uso del lindano en España es claramente uno de ellos”, concluye Ekologistak Martxan en su informe.

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