Urkullu piensa ya en levantar la emergencia sanitaria para que las elecciones vascas se celebren en julio
Euskadi se encamina ya a celebrar elecciones en julio. Así lo ha comunicado este jueves el Gobierno de Iñigo Urkullu a pesar de las dudas que suscita este calendario en buena parte de la oposición vasca. No se conoce aún la fecha, si bien todo apunta a que el proceso se activará de forma inmediata de cara a un domingo de mediados de mes. El lehendakari “adoptará una decisión y la comunicará a la ciudadanía” en los próximos días y las opciones sobre la mesa son los días 12 y 19 de julio. “La interinidad no se puede prolongar más. Ahora tenemos una oportunidad”, entiende el gabinete de Urkullu, que por el momento se cuida de mostrar sus preferencias en cuanto a calendario.
“Euskadi ha empezado a recuperar la normalidad. Está superando de forma progresiva la emergencia sanitaria”, ha indicado el portavoz del Ejecutivo vasco, Josu Erkoreka, en una comparecencia urgente celebrada a las 14.00 horas en la sede de la Presidencia después de un encuentro con los líderes políticos de todos los partidos. Aunque no se han dado detalles, sí que se ha deslizado que parece inminente tanto la celebración del Consejo de Gobierno preceptivo para deliberar sobre la convocatoria como el levantamiento de la emergencia sanitaria, una alerta activada el 13 de marzo, un día antes que la declaración del estado de alarma en España. “Se puede hacer incluso el domingo”, ha porfiado Erkoreka sobre los tiempos que pueda manejar Urkullu. Si se opta por el 12 de julio y teniendo en cuenta los 54 días que exige el desarrollo de todo el proceso electoral, el anuncio no podría postergarse más allá del martes próximo.
El Gobierno vasco ha preparado tres informes sobre la conveniencia de celebrar elecciones en julio. El primero es sanitario e indica que podría producirse un repunte de la COVID-19 en otoño. Reconoce que las aglomeraciones incluso en la fase 0 suponen un “riesgo” de mayores contagios pero se confía en el verano como el momento más bajo de nuevos positivos. El segundo documento es jurídico y alimenta la posibilidad de redoblar la seguridad jurídica planteando no sólo una convocatoria de elecciones sino una alternativa para modificar el calendario de forma más sencilla en caso de problemas sanitarios. El tercer informe es un plan para celebrar los comicios con más seguridad, lo que implica regular horarios, modificar los colegios electorales e impulsar el voto por correo. El PNV, además, acordó con el Gobierno de Pedro Sánchez una enmienda al estado de alarma para despejar todas las posibles dudas sobre la compatibilidad de convocar unos comicios en esta situación excepcional.
Las elecciones vascas fueron convocadas para el 5 de abril pero tuvieron que ser suspendidas por la pandemia. Los partidos vascos acordaron con el lehendakari debatir sobre una solución consensuada cuando la emergencia sanitaria lo permitiera, pero la prerrogativa es exclusiva de Urkullu. Su único límite es la finalización de la emergencia sanitaria propia -que no del estado de alarma-. Y el portavoz Erkoreka ha dado a entender que ya se dan las condiciones para ello aunque sigue habiendo nuevos casos de coronavirus y el propio Gobierno haya aplicado en la fase 1 de la desescalada más restricciones que el resto de España por “prudencia” y “rigor”. Arguye Erkoreka que no se trata de un debate sobre la evolución de la pandemia, sino que la emergencia sanitaria se ha traducido en once reglamentos y que ocho de ellos ya han sido derogados. “Buena parte de ese dispositivo se ha despejado ya”, ha enfatizado el portavoz.
EH Bildu y Podemos, muy críticos; el PNV mira a julio
Tras la reunión, celebrada de manera presencial en la sede de la Presidencia vasca, en Vitoria, el presidente del PNV, Andoni Ortuzar ha insistido en resolver este debate “cuanto antes”. “Lógicamente, que las elecciones se hagan con las máximas garantías sanitarias y con las máximas garantías democráticas. Pero, una vez garantizadas esas dos premisas, que las elecciones se hagan cuanto antes”, ha manifestado Ortuzar, quien ha denunciado el uso partidista que, a su juicio, formaciones como EH Bildu están realizando de las circunstancias especiales que rodean a estas autonómicas. “Necesitamos un Parlamento refrendado por la ciudadanía en unas elecciones”, ha defendido, de su lado, la secretaria general del PSE-EE, Idoia Mendia, que cogobierna con el PNV. Sin mojarse en torno a la fecha -“le corresponde al lehendakari tomar la decisión final”-, sí ha reclamado que se respeten “todas las garantías” tanto políticas como sanitarias.
Para el líder de la coalición abertzale, Arnaldo Otegi, la decisión de julio está tomada y lo estaba antes de la reunión con los partidos. “Es la crónica de unas elecciones anunciadas, una escenificación”, ha comentado a los periodistas. “Se impone el interés electoral a cualquier otro tipo de interés. Creo que la ciudadanía lo que esperaría de su clase política es otra cosa”, ha apostillado. También Miren Gorrotxategi, candidata de Elkarrekin Podemos-IU, considera que “no es el momento” de poner las urnas.
Carlos Iturgaiz (líder de la coalición de PP y Ciudadanos) ha asegurado que la oposición no ha dado la “bendición” a la fecha de julio, sino que es fruto del acuerdo del PNV con el Gobierno de Pedro Sánchez. El PP vasco, que había sido crítico con este calendario, queda ahora neutralizado en gran medida porque, en Galicia, el 'popular' Alberto Núñez Feijóo quiere seguir los pasos de Urkullu. Desde las filas de Equo, partido ya desligado de la coalición con Podemos e IU, José Ramón Becerra se ha felicitado de que se prevea que la nueva convocatoria tengan mecanismos más ágiles para poder actuar en caso de repuntes.
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