“No hemos presentado la reclamación previa en Osakidetza por miedo a represalias”
El consejero de Salud, Jon Darpón, defiende que una de las pruebas fundamentales de la posible manipulación de los exámenes de médicos especialistas en la gran OPE de Osakidetza -96.000 inscritos para 3.335 plazas de 86 categorías-, las actas notariales que 'adivinaron' antes de algunas pruebas ahora paralizadas como Anestesiología los nombres y apellidos de los facultativos que iban a lograr una plaza y el orden, son una “irresponsabilidad”. ¿Por qué? Porque quienes conocían un posible 'pucherazo' prefirieron jugar a las “quinielas” antes que parar lo que, de ser cierto, sería un delito muy grave, argumenta. Fueron Elkarrekin Podemos -en el plano político- y ESK -desde los sindicatos- quienes acudieron al notario en mayo para obtener esas actas, pero la realidad es que lo hicieron de modo complementario a las denuncias totalmente infructuosas ante Fiscalía y ante el Ararteko -por dos veces- de un trío de opositores críticos que habían conocido que a determinadas personas se les entregaban en un sobre las preguntas del examen.
El ardid de acudir al notario -que ya sirvió para destapar las irregularidades en la contrata de los comedores de los colegios públicos, ahora investigada en una comisión del Parlamento- fue la última bala para salvar un trabajo interno, no exento de dificultades y portazos, que se inició el mes de marzo. Uno de esos opositores se entrevistó entonces con este periódico y fue claro: “Estudiar no sirve de nada. Se están entregando sobres con los exámenes”.
¿Quiénes lo hacían? Los jefes de servicio de los grandes hospitales para dar un plaza a los preferidos de sus equipos. Preguntada en esas fechas otra profesional de Osakidetza de la misma especialidad pero de otro centro sanitario, su respuesta fue que el hecho de que una de las dos pruebas del examen hubiese quedado en manos del Instituto Vasco de Administración Pública (IVAP) y que sólo la segunda (con un valor del 35%) la controlasen los tribunales médicos -en los que están los jefes de servicio, entre otros- dificultaría una práctica que, dentro de la organización, se daba por normal. “Tendrían que filtrarles 15 preguntas para que superen los puntos que conseguiré por tener el EGA”, añadía esta facultativa.
Pasaron las semanas y, mientras los inscritos en la OPE continuaban estudiando, el 9 de abril, más de un mes antes de la prueba de Anestesiología, ya constaba en la ventanilla del Ararteko una denuncia rotunda de que “el sistema que se viene utilizando para la adjudicación de las plazas de especialistas carece de la transparencia necesaria ya que en anteriores OPE, antes de las pruebas selectivas, se han entregado parte o el examen completo a las personas opositoras que los tribunales habían considerado que eran los candidatos para cubrir las plazas”. “Éste es el sistema habitual de adjudicación de plazas para las especialidades médicas hospitalarias de Osakidetza. Este sistema está claro que no es transparente y no garantiza el derecho de igualdad de mérito y capacidad”, se añadía. La denuncia se completaba así: “No se ha presentado reclamación previa en Osakidetza por miedo a represalias”. El 9 de mayo, la queja se repitió ante la Fiscalía de Bizkaia, donde ningún fiscal atendió a los denunciantes más allá de facilitarles un formulario para que se explicaran. En ambas instancias la respuesta fue similar: ¿cómo se va a investigar algo que no se ha producido?
Durante el pasado mes de mayo, empezaron los exámenes. De hecho, la OPE aún no ha acabado, ya que restan los exámenes más numerosos y algunas especialidades hospitalarias. El 19 de mayo de realizó el examen de Anestesia. La plasmación gráfica de las notas del segundo ejercicio muestra un grupo reducido de aspirantes con puntuaciones perfectas o casi perfectas en una prueba muy complicada -tenía una pregunta sobre Urología- y con una nota media muy baja, incluidos muchos 0. Ese patrón de notas altísimas, casi siempre coincidentes con el número de plazas ofertadas, se repite en una especialidad tras otra. Los informes de LAB y del Sindicato Médico aluden a 13 categorías con sospechas de manipulación: Anestesiología, Angiología, Cirugía Cardiovascular, Digestivo, Cardiología, Medicina Intensiva, Neurología, Radiodiagnóstico, Urología, Medicina Nuclear, Cirugía Oral y Maxilofacial, Oncología y Reumatología. Con la suspensión tras una denuncia interna -cuyo contenido no ha trascendido- de Cirugía Plástica, la lista se incrementa hasta 14.
Una cronología de la crisis en Osakidetza
Viernes 1 de junio, 14.00 horas
Este periódico publica la posible manipulación en los exámenes de Anestesia y Cardiología. En esta segunda especialidad se ofertaban 22 plazas y hubo 22 aspirantes con nota perfecta en el segundo ejercicio, la prueba práctica. A la misma hora, la Cadena Ser informa de la carta de un miembro del tribunal de Angiología, que sugería también filtraciones.
Viernes 1 de junio, 16.00 horas
Osakidetza anuncia una investigación limitada a Angiología, aunque desde la premisa de que en esa examen se había respetado “escrupulosamente” la normativa.
Sábado 2 de junio y domingo 3 de junio
Se reanudan los exámenes. Y también se conocen los resultados de Urología. Nuevamente las mismas sospechas ante más exámenes perfectos coincidentes con el número de plazas ofertadas.
Lunes 4 de junio, 10.30 horas
En una rueda de prensa de Elkarrekin Podemos en el Parlamento, Cristina Macazaga muestra un acta notarial que prueba el “enchufismo” en Osakidetza porque adivina los resultados del examen de Anestesiología. Acto seguido, EH Bildu se pronuncia en la misma línea y hace público el informe estadístico de LAB que eleva a 10 las categorías bajo sospecha. El PP, en una tercera rueda de prensa, completa la presión de la oposición parlamentaria al Departamento de Salud. Piden paralizar la OPE.
Lunes 4 de junio, 17.00 horas
En una convocatoria extraordinaria en la sede central de Osakidetza, comparece el consejero de Salud, Jon Darpón, la directora de Osakidetza, María Jesús Múgica, y la del IVAP, Maite Iruretagoiena. “Nervios, ninguno”, suelta el consejero en respuesta a un periodista. La cúpula del Servicio Vasco de Salud -que tuvo una reunión extraordinaria ese mismo lunes- no ve elementos objetivos para considerar que ha habido fraude y, desde luego, tampoco para detener las oposiciones. Asegura que Osakidetza no tiene ninguna prueba a pesar del revuelo de las últimas 72 horas, aunque adelantan un informe estadístico propio de las notas para determinar la “coherencia” de los resultados.
Martes 5 de junio
Hasta cuatro sindicatos comunican su voluntad de llevar las irregularidades de la OPE a la Fiscalía. ELA confirma ya su denuncia ante la Fiscalía Superior de Carmen Adán, ESK y LAB fijan una reunión con el fiscal alavés, Josu Izaguirre, y CCOO se muestra dispuesto a secundar estas medidas. Entretanto, un informe del Sindicato Médico eleva a 13 las categorías con anomalías en sus resultados.
Miércoles 6 de junio, 10.00 horas
Ángel Loma-Osorio, responsable de Cardiología del Hospital Universitario de Álava (HUA) y miembro del tribunal de su especialidad confirma las irregularidades en el examen en una entrevista con este periódico. Ha presentado su dimisión. En Cardiología ningún candidato del HUA ha obtenido plaza mientras que hay 22 exámenes perfectos para 22 puestos.
Miércoles 6 de junio, 12.00 horas
Miércoles 6 de junio, 19.00 horas
Ángel Loma-Osorio, ante la “confianza” en que su denuncia de irregularidades se analizará en vía interna, revoca su dimisión del tribunal de Cardiología. En paralelo, Osakidetza paraliza una cuarta especialidad, Cirugía Plástica, lo que eleva a 14 las pruebas bajo la lupa.
Jueves 7 de junio
Osakidetza reúne en su sede central a la comisión de seguimiento de la OPE, en la que están los sindicatos SME, Satse y UGT. El director de Recursos Humanos, Juan Carlos Soto, se reafirma en que no hay pruebas “objetivas” que indiquen la existencia de una manipulación. Insiste, eso sí, en que un experto externo analizará todo el proceso. El Ararteko, en paralelo, retomará la investigación que cerró semanas atrás.
Viernes 8 de junio
Toda la oposición interpela en el Parlamento al consejero Jon Darpón, que pasa al ataque y ve “infundios” y “dudas obscenas” en las acusaciones de la oposición. Mientras confirma que se están analizando todas las notas y que se paralizará cualquier examen sobre el que recaiga una denuncia, reitera que sigue sin contar con pruebas “de cargo”. Advierte del peligro de “desprestigiar” la Sanidad pública vasca.