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Los vecinos de Bilbao acogen a cientos de personas 'abandonadas' por el sistema

Migrantes subsaharianos se apelotonan frente al comedor social de Irala

Martín Ibarrola

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Los datos del último recuento realizado el pasado agosto por trabajadores municipales indicaban que en Bilbao había al menos 300 personas pernoctando a la intemperie. Mientras el Consistorio y otras instituciones debaten si se trata de una situación coyuntural o estructural, la asociación vecinal Harrera Auzoak lleva tres meses acogiendo una media de 120 personas al día y un total de 8.000 pernoctaciones. “Autobuses con migrantes han llegado a nuestras ciudades directamente de las costas, tras un largo y durísimo viaje. La falta de coordinación de las administraciones que les han abandonado y la ausencia de dispositivos de acogida institucionales, han hecho que cientos de vecinos hayan decidido aportar su tiempo y energía para acoger a estas personas. Era imposible mirar a otro lugar”, han comunicado portavoces de Harrera Auzoak,cuya acampada de protesta en El Arenal ha sido desmantelada por agentes de la policía municipal.

“Los barrios hemos asumido la responsabilidad de las instituciones”, denuncia María Viadero, una de las 150 voluntarias que impulsan la iniciativa, en la que también participan colectivos como Ongi Etorri Errefuxiatuak. Primero se asentaron en las canchas de baloncesto de Atxuri, después en la Kultur Etxea de Bilbao La Vieja, más tarde en la antigua escuela Karmela de Santutxu y, finalmente, en unas antiguas oficinas en la Ribera de Deusto a las que han bautizado como Bizinahi. Organizaban turnos con los voluntarios disponibles y montaban recolectas solidarias para suplir necesidades básicas. Durante cien días y sin nigún tipo de ayuda institucional, los barrios y colectivos sociales se han dado el relevo para arropar a las personas “desamparadas por el sistema”.

“La experiencia nos ha demostrado la complejidad de atender de modo integral a un número tan elevado de personas, por lo que hemos decidido que esta experiencia termine el 14 de octubre. Ahora, el trabajo de Harrera Auzoak se distribuirá entre pueblos y barrios, pero esperamos que la administración coja el testigo y ofrezca una atención digna a las personas que llegan a la ciudad, ya sean refugiadas, estén en tránsito y decidan quedarse. No basta con asistirlos durante cinco días”, reivindica Viadero.

La presión popular parece haber cosechado sus frutos. De los cien usuarios que atienden ahora mismo en Bizinahi, 40 acaban de ser derivados al albergue guipuzcoano de Oñati, regentado por CEAR, y una una veintena partieron ayer a centros vecinales de Busturialdea y Arrigorriaga. Además, municipios como Galdames, Bakio o Ermua se han mostrado dispuestos a recibir al resto. Los organizadores desconocen qué ocurrirá con aquellos migrantes que sigan llegando a Termibus.

El alcalde de Bilbao, Juan Mari Aburto, ha asegurado que desde la semana pasada se encontraba “en disposición de atender a las personas que tuvieran necesidades” y ha recordado que las instalaciones de Berriz, Oñati y Montaño (este último en Bilbao) ya han acogido parte de los migrantes. “Es una situación complicada de gestionar. Son grupos que buscan un destino europeo. Queremos ayudarles a que puedan desarrollar ese proyecto vital, y si hubiera otras necesidades estaremos dispuestos a analizarlas”. El alcalde ha alabado el modelo social de la capital vizcaína, “no hay otro como este”, y dice estar en contacto con Gobierno vasco, la Diputación y cuatro entidades del tercer sector (Caritas, Cruz Roja, Medicos del Mundo y Cear). “Si fuera necesario articular nuevas medidas, siempre estaría dispuesto a ponerlas en marcha”. Aburto también ha declarado no tener constancia de que nadie se haya quedado fuera de los servicios sociales.

Recuento nocturno

Este jueves, la ciudad de Bilbao participará en el recuento nocturno bianual, en el que diferentes municipios vascos contabilizarán las personas que pernoctan a la intemperie. El pasado abril, las instituciones vascas se comprometieron a reducir en un 20% el número de indigentes en las calles de Euskadi. El Gobierno Vasco, las diputaciones forales de los tres territorios, Eudel y los Ayuntamientos de Bilbao, Vitoria, San Sebastián, Barakaldo, Getxo, Portugalete, Irún, Santurtzi y Llodio suscribieron un acuerdo para encontrar una solución antes del 2021.

Los datos que proporcionaron entonces respondían a un estudio realizado en 2016, en el cual señalaba que en las tres provincias acumulaban un total de 2.009 personas sin hogar. De todas ellas 274 se encontraban en “espacios públicos o estructuras inadecuadas”, es decir, en la calle. El resto se alojaban en diversos recursos residenciales. La promesa del 20% parece cada vez más complicada, dado que en dos años Bilbao ya supera con creces el número de indigentes que antes se repartían por toda Euskadi

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