El programa pactado por PSN, Geroa Bai, Podemos e Izquierda-Ezkerra descarta variar el estatus de Navarra como comunidad diferenciada
El Preacuerdo de Programa para una legislatura de convivencia, igualitaria, innovadora y progresista 2019-2023 es un texto de 77 páginas en la que los socialistas navarros, Geroa Bai, Podemos e Izquierda-Ezkerra se muestran de acuerdo en respetar el “modelo institucional” como Comunidad foral y diferenciada, con lo que desmontan desde el principio el argumento de “venta de Navarra” al nacionalismo vasco con el que la coalición de derechas Navarra Suma, conformada por UPN, PP y Ciudadanos, ha tratado de evitar un gobierno de progreso hasta el último momento. María Chivite ha insistido hoy en la presentación del preacuerdo en que su veto a EH Bildu sigue -y seguirá- vigente, y ha descargado sobre la izquierda abertzale la responsabilidad de responder a la ciudadanía por sus acciones, tanto si facilita la investidura con su necesaria abstención como si lleva a Navarra a nuevas elecciones si vota en contra.
Un “pacto entre diferentes”, en palabras de Uxue Barkos; “acuerdo de mínimos” para Marisa de Simón (Izquierda-Ezkerra) en el que los cuatro firmantes se han dejado “pelos en la gatera”, según expresión de Koldo Martínez (Geroa Bai). Los cuatro partidos están de acuerdo en lo fundamental: la realidad institucional de Navarra, el impulso de la educación pública -y del programa de coeducación Skolae “en todos los centros que reciban financiación pública”-, el impulso de la paz, la memoria, la convivencia y la desligitimación de la violencia, la apuesta por la igualdad de género, por los “servicios públicos de referencia” y la “defensa e impulso del autogobierno de Navarra dentro de la legalidad y la lealtad institucional”. En materia educativa, además de impulsar la educación afectivo-sexual y el respeto a la diversidad, abogan por acabar con los conciertos a colegios que separan a sus alumnos por sexo.
También están de acuerdo en “preservar y proteger la realidad histórica, cultural y social de Navarra incluyendo las lenguas propias que forman parte de la misma”; es decir, que la política lingüística tampoco será un escollo insalvable, pero los cuatro se dan un año para estudiar el funcionamiento del decreto del euskera en las administraciones públicas que el anterior cuatripartito impulsó. Buscarán “un amplio acuerdo social y político en torno al euskera”, que aleje a la lingua navarrorum “del debate partidista, la confrontación y que destierre sentimientos de discriminación en la ciudadanía”.
Para futuras negociaciones dejan un tema en el que ni Podemos ni Izquierda-Ezkerra han dado su brazo a torcer: el Tren de Alta Velocidad. Tampoco se han entendido socialistas y Geroa Bai en la devolución de las retenciones del IRPF en los permisos por maternidad, algo que coloca a la ciudadanía navarra en inferioridad de condiciones respecto al resto del Estado.
Sí están de acuerdo en terminar con la construcción del Canal de Navarra, que lleva agua de boca, de uso industrial y para regadío desde el pantano de Itoiz a la Ribera.
Competencias pendientes y autogobierno
En materia de autogobierno, las fuerzas políticas se comprometen tanto a impulsar las transferencias pendientes, como Tráfico y Seguridad Vial. También a “seguir trabajando” para que la Policía Foral sea “la policía de referencia en Navarra”, el “pleno desarrollo” del autogobierno de Navarra y la actualización de la Aportación Económica, el pago que la Hacienda Foral realiza a la Estatal por las competencias no transferidas y prestadas por la Administración Central en Navarra.
El acuerdo destaca la imbricación de la ley Foral de Navarra -la Lorafna- en la Constitución, así como el “compromiso inequívoco” con los “símbolos propios” de la Comunidad Foral.
El mantenimiento del impulso a las leyes de memoria histórica -tanto en lo referente al franquismo como al más reciente terrorismo de ETA- es otro de los acuerdos inequívocos de las cuatro fuerzas.
Para el futuro dejan cuestiones menos urgentes, consideran, como la reforma del mapa local de la Administración Foral.
Tras cerrar unos acuerdos de funcionamiento “basados en el diálogo y el consenso” que posibiliten “la lealtad política e institucional”, los cuatro partidos se emplazan conformar una comisión de seguimiento formada por tres miembros de cada uno de ellos. Para la segunda mitad del mes de julio, tras los Sanfermines, queda articular el organigrama del Gobierno, que podría acoger a miembros de Geroa Bai además del PSN. Podemos e Izquierda-Ezkerra se conformarán probablemente con cargos de segunda fila, como algunas direcciones generales dentro de los Departamentos del Gobierno.
Los cuatro partidos afrontarán una legislatura, siempre que EH Bildu se abstenga en la votación de investidura, en la que tendrán el “objetivo clave de avanzar por la senda del progreso económico y social, la lucha contra la desigualdad, la defensa y mejora del autogobierno dentro de la lealtad institucional, la igualdad de oportunidades y la convivencia de la pluralidad de la sociedad navarra como ejes vectores de su acción legislativa y de gobierno”.