La pugna por los puestos en La Rioja enfrenta al entorno de la diputada de Podemos con su futura consejera en el Gobierno
En julio, Podemos monopolizó la política riojana al negarse a apoyar la investidura de la socialista Concha Andreu por exigir un Gobierno de coalición con hasta tres consejerías e incluso una vicepresidencia a cambio de un único voto, el de la diputada Raquel Romero. A la vuelta de las vacaciones, el partido morado y el PSOE limaron asperezas y cerraron un acuerdo que procurará a Podemos un departamento en el Ejecutivo regional del que dependerán nueve cargos. El partido ha propuesto como consejera a Nazareth Martín, miembro de la gestora que dirige una organización rota en La Rioja y asesora del Ayuntamiento de Logroño. Pero en el entorno de Romero no se acepta este nombramiento y, aunque este martes no bloqueará por segunda vez la designación de Andreu, se avecinan días tempestuosos en la organización por el reparto de los cargos del Gobierno.
Que Martín iba a ser la consejera de Podemos en el Gobierno de Andreu era una decisión previa incluso a la firma del acuerdo con el PSOE, rubricado también por IU, que ya opera de manera autónoma de Podemos tras la ruptura de Unidas Podemos por los sucesos de julio. Así lo decidió el partido el fin de semana del 17 y 18 de agosto, según han confirmado varias fuentes. El PSOE tiene un acta con la propuesta que recoge la unanimidad de la decisión, incluido el asentimiento de Romero. Se trató de un proceso por Telegram, pero el entorno de Romero rechaza ahora que ella diera su visto bueno. Sea como fuere, la realidad es que, recibido ese mandato y ya en coordinación con quien en última instancia nombra a los miembros del Gobierno, la presidenta Andreu, Martín ha trabajado ya en la elección de los perfiles de los miembros de su equipo.
En La Rioja, Romero -candidata traída desde Berlín sin primarias para sortear los problemas internos- se rodeó de negociadores y asesores procedentes de Castilla-La Mancha. Esta presencia es una de las claves para comprender lo ocurrido en los últimos meses. Este grupo adquirió relevancia interna al arañar al PSOE en su comunidad un primer Gobierno de coalición. Con la premisa de que el voto de Podemos no vale por su peso real -un escaño de 33- sino por lo decisivo que es -rompe la igualdad entre izquierda y derecha-, los manchegos fueron exigentes con Andreu y su equipo hasta el punto de tumbar una primera investidura por entender insuficiente una oferta que les garantizaba el control de áreas como Igualdad, Vivienda o Reto Demográfico pero no una Consejería. Los socialistas denunciaron que estas personas habían puesto sus intereses personales por encima de una política riojana que desconocían. Este grupo también ha ofrecido sus servicios en otras comunidades autónomas del norte pero han recibido el portazo de organizaciones más consolidadas que la riojana.
Fuentes del grupo parlamentario de Podemos indican a eldiario.es que Romero nunca ha dado el visto bueno al nombramiento de Martín y durante los últimos días se ha postulado para el cargo de consejera de manera más o menos directa en distintos foros. Varias personas conocedoras de la política riojana han visto discusiones entre personas afines a Romero y Martín por este motivo. Una de ellas fue el mismo día de la firma del acuerdo con el PSOE e IU, justo a la entrada del acto, que pese a todo se completó con normalidad. En este sector causa malestar que el futuro 'número dos' de la Consejería vaya a ser Kiko Garrido, pareja de Martín. También se critica que ningún miembro del equipo de confianza de la diputada decisiva vaya a ocupar alguno de los nueve puestos de la Consejería, que asumirá competencias de Cooperación, Participación, Memoria Histórica o Derechos Humanos.
“Parece que quieren replicar la Consejería de Podemos de Emiliano García Page”, ironizan como respuesta otras voces del partido, que remarcan que la organización riojana tiene perfiles adecuados y conocedores de la realidad de la tierra para asumir esas funciones. Según estas fuentes, ha pesado también que Romero no quisiera nunca renunciar a su acta de parlamentaria. Si hubiese sido consejera, se habría dado la circunstancia de que en un hipotético pleno de control en que Podemos preguntase por las políticas de su Consejería, Romero habría tenido que preguntarse y responderse a sí misma. Igualmente, habría tenido que participar como única diputada en todos y cada uno de los debates en plenos y comisiones, algo incompatible con una agenda institucional ordinaria.
En el otro lado, se habla abiertamente de “nepotismo” del tándem Martín-Garrido. Ponen como ejemplo que el equipo técnico que dirige 'de facto' Podemos ante la falta de una estructura más consolidada esté formado por Martín, Romero y Garrido, lo que interpretan como una mayoría predefinida para que Romero no accediera al cargo. El futuro de Romero está ligado ahora a continuar como portavoz en el Parlamento, donde dispondrá de margen para nombrar también a parte de sus colaboradores, pero no a todos. Si renunciara al escaño, el siguiente en la lista electoral sería Garrido. Las bases de Podemos han avalado con más del 90% el acuerdo con el PSOE y Romero no tiene margen para no facilitar la investidura de Andreu sin provocar un verdadero tsunami no ya en La Rioja sino en la política estatal.
Entretanto, la otra pata de Unidas Podemos, IU, firmó ya en julio un acuerdo con el PSOE pero exclusivamente programático, es decir, sin acceder a cargos de Gobierno y distanciándose con nitidez de la estrategia de Podemos y de los negociadores manchegos. La diputada de la formación, Henar Moreno, ocupa también la vicepresidencia del Parlamento fruto de esas negociaciones con los socialistas.