Esperanza y realidad
Mucha intensidad mientras duró el oxígeno, concentración para evitar errores de valor gol, ideas claras con el balón, solidaridad en las situaciones de gol [tres tantos fueron 'regalos' tras asistencia de un compañero a otro en mejor situación], agresividad defensiva cuando fue preciso... El Tenerife ofreció ante el Albacete algunos argumentos para la esperanza y, justo es decirlo, también encontró la dosis precisa de suerte –esta vez en forma de errores del portero o la zaga rival– para llevarse un partido vital en las peores circunstancias: en medio de una plaga de lesiones y abandonado por aquellos que presumen de ser sus aficionados más fieles. Y aunque la situación deportiva no ha cambiado en lo sustancial y el objetivo de la permanencia aún está lejos de ser algo próximo, al menos ya se vislumbra como posible, algo que hace una semana costaba creer
Conviene aclarar que, aunque abandonado por algunas peñas, el Tenerife estuvo acompañado por esa mayoría silenciosa que nunca falla y que dio una gigantesca lección de compromiso. Son esos miles de blanquiazules que lo que más quieren es ver ganar a su equipo y no hacen caso a campañas de desprestigio y ficticios incendios en redes sociales. Y una vez más, la realidad contradijo a esos artificiales estercoleros creados por fracasados grupos de presión: en un sábado lectivo y con los comercios abarrotados en busca del último regalo de Reyes, apenas fueron trescientos espectadores menos que en la última aparición blanquiazul en el Heliodoro. Y la realidad también demuestra que ellos, esa mayoría silenciosa, “son el Tenerife” y no los que lo gritan desde la grada, aunque aún están a tiempo de sumarse a una causa que no agrupa a trescientos sino a miles y miles.
La victoria ante el Albacete, amén de esperanza colectiva, deja buenas noticias individuales: la vigencia de los cuatro capitanes y la pujanza de los pibes que vienen del filial. Es posible que Suso Santana, Aitor Sanz, Carlos Ruiz y Dani Hernández ya hayan jugado sus mejores partidos, pero aún tienen nivel para ser útiles al Tenerife. Y más a un grupo en dificultades, en el que la experiencia es un valor adicional. No hay que renovarlos en atención a los servicios prestados, pero tampoco jubilarlos mirando sólo al DNI. Lo inteligente sería que el fútbol, sólo el fútbol, marcara su futuro. Y en caso de duda, recordar que a lo largo de un curso, un vestuario necesita más que buenos futbolistas. Y lo inteligente también sería pensar que Jorge y Elliot no van a ofrecer siempre el rendimiento exhibido ante el Albacete... pero no olvidar el rendimiento exhibido ante el Albacete.
Y en este caso, también debería ser el fútbol, y el rendimiento ofrecido en los entrenamientos, quien determine su ubicación –sobre el césped o en el banquillo– en las próximas citas.
P.D. Y de Concepción, ¿no hablamos? Pues no es necesario hacerlo todas las semanas, pero siempre estoy dispuesto a dar mi opinión. Creo que el Tenerife necesita una mejor gestión y que su desgaste tras 14 años de mandato es una invitación a que el presidente abandone el cargo en el verano de 2021, al acabar su actual mandato. Eso sí, creo que antes es imprescindible que surja una alternativa real, capaz de convencer a esos casi 35.000 accionistas 'silenciosos', no a ochocientos. Y si no, a un número suficiente de grandes accionistas, de esos que querrían dejar su dinero en buenas manos y no a cargo de iluminados o advenedizos. Y sobre todo, que se acercara a la entidad desde la óptica de la ilusión y no del “cuanto peor, mejor”. Porque así se genera mucho ruido, pero poco apoyo. Y la realidad ya lo ha demostrado, aunque la esperanza es que, alguna vez, aparezca una alternativa mejor.
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