La ciudad de Madrid necesita urgentemente un gobierno local que se preocupe por los asuntos de esta ciudad, que convierta la administración más próxima a los ciudadanos en una herramienta eficiente que ayude a los vecinos de la capital de España. En nuestro municipio hay muchísimas personas, muchas más de las que un lector medio pueda imaginar, que precisan de solidaridad institucional. Sin servicios públicos, este municipio colapsaría.
No es una profecía catastrofista, es una consecuencia implacable de la rebaja de nuestro nivel de fraternidad. ¿Qué hacemos con los que necesitan ayuda? ¿Los abandonamos a su suerte? “Están así porque se lo merecen, porque no se han esforzado lo suficiente”, dirán desde las filas más conservadoras. Y lo dirán personas que, paradójicamente, no le deben nada a su esfuerzo personal.
¿Sabías, por ejemplo, que hay 3.000 personas con nombres y apellidos, madres, hijos, ancianos, familias e individuos que llevan años sin luz eléctrica en tu misma ciudad? Si eso te da absolutamente igual, deja de leer mi artículo, no pierdas más tu tiempo; pero si te preocupa de verdad lo que ocurre a tu alrededor, en ese alrededor cercano, por favor, continúa haciéndolo. Lo que pido es que nos demos cuenta de lo que está haciendo este gobierno del PP. Luego, haz lo que consideres mejor para ti y para todos. Para ti y para todos.
Me gustaría centrarme hoy en un tema que considero fundamental para la salubridad de nuestra gente. Se trata de un problema que viene de lejos (esta legislatura ya arrancó con él), un problema que ha demostrado, no solo el fracaso en la gestión de un equipo de gobierno, sino su total desprecio hacia uno de los servicios más básicos de cualquier localidad: el sistema de recogida de basuras.
Desde la política, tirar piedras contra el tejado de lo común se debe, sin margen de error, a estrategias económicas de aquellos que ven lo público como algo de lo que beneficiarse a nivel individual. Madrid está sufriendo un servicio insuficiente, escandalosamente insuficiente, a la hora de retirar de la vía pública los residuos diarios de los vecinos. Pagamos 700 millones de euros al año a las empresas adjudicatarias de limpieza. ¿Es mucho? ¿Es poco? Juzguen ustedes paseando por su barrio, aunque en el Madrid de Almeida no se invierte igual en todos los distritos… Este equipo de Gobierno gasta en limpieza en Chamberí 115 euros por vecino y año. En Puente de Vallecas, 74 euros. 41 euros de diferencia. Otro dato: tenemos 5.400 operarios de limpieza menos que en 2013. ¿Pero cómo va estar limpia esta ciudad? Intentar rebatir la afirmación que acabo de hacer sería un ejercicio obsceno de demagogia
¿Alguien me lleva la contraria en esto? ¿No? Pues, seguimos. El alcalde ha tenido casi cuatro años para solucionar este gravísimo problema y no lo ha hecho. ¿Por qué? Dos alternativas: primera, Martínez Almeida no ha sido capaz de reconducir un modelo de privatización que nos está devolviendo, poco a poco, a un modelo de suciedad estructural que habíamos superado; segundo, Martínez Almeida ni siquiera se ha tomado la molestia de abordar este tema, pues ha estado entregado en cuerpo y alma a ejercer de pregonero de un PP absolutamente desleal a nivel nacional y autonómico.
Las empresas adjudicatarias del servicio de recogida de basuras no están cumpliendo con su deber sanitario. Sí, he dicho sanitario, porque retirar la basura no es un ejercicio estético. Y no lo hacen porque nadie les está obligando a hacerlo. Los pliegos municipales se cumplen. Si no se hace, se sanciona. ¡Ah, que las empresas dicen que los pliegos no les obligan a recoger toda la basura que, día tras día, ocupa más espacio en nuestras calles! ¿No sería lógico entonces sancionar políticamente al partido en el poder que los desarrolló?
En tus manos está esa decisión. Escribió Descartes: “Daría todo lo que sé por la mitad de lo que desconozco”. Yo, daría todo lo que soy para evitar que este PP siga gobernando así“. ¿Y tú?