A escasos días del discurso sobre el estado de la Unión que pronunciará la presidenta de la Comisión, recordamos un importante compromiso asumido en la edición del pasado año: una Estrategia Europea de Cuidados que permita a las mujeres y a los hombres recibir la mejor asistencia posible y alcanzar un equilibrio óptimo entre los ámbitos personal y profesional. La necesidad de recibir o de prestar asistencia es una experiencia que todos viviremos en algún momento. Se calcula que uno de cada tres europeos ha asumido responsabilidades de cuidados y que más de 9,1 millones de personas, en su mayoría mujeres, trabajan en el sector asistencial.
En la Unión Europea nos esforzamos por crear una sociedad en la que todos, jóvenes y mayores, tengan las mismas oportunidades para perseguir sus objetivos vitales, con independencia de sus capacidades físicas. Nuestro objetivo es, por lo tanto, lograr un mayor reconocimiento del valor de los cuidados, tanto profesionales como no profesionales, y garantizar servicios asistenciales universales y de alta calidad.
La existencia de cuidados de calidad, accesibles y asequibles favorece el acceso de las mujeres al mercado laboral y aumenta su capacidad para mantenerse en él y seguir la trayectoria profesional a la que aspiran. Actualmente, 7,7 millones de mujeres —frente a 450 000 hombres— pierden en la UE su empleo por tener que dedicarse a las responsabilidades asistenciales familiares. Tanto las mujeres como los hombres deben poder ser totalmente libres a la hora de tomar decisiones que les permitan compaginar sus obligaciones privadas y profesionales. Por lo tanto, invertir en cuidados infantiles y en cuidados de larga duración es invertir en igualdad de género.
Todas las etapas del ciclo vital requieren una asistencia de gran calidad. La educación infantil y la atención a la infancia potencian el desarrollo y contribuyen a reducir el riesgo de exclusión social, propiciando la igualdad en las condiciones de partida. La oferta en Europa de opciones asistenciales mejor adaptadas ayudará a aliviar la carga que pesa sobre las familias de los menores con discapacidad, la mitad de los cuales dependen exclusivamente, en la actualidad, de los cuidados de sus padres.
Como parte de la nueva Estrategia Europea de Cuidados presentada el pasado 7 de septiembre, la Comisión Europea propone revisar los objetivos de Barcelona en materia de atención a la infancia, de forma que al menos el 50% de los menores de tres años puedan acceder a la educación infantil y a la atención a la infancia, frente al objetivo actual del 33%. En España, el porcentaje de inscripción es del 57%. En los últimos veinte años se han realizado progresos a escala de la UE, pero las diferencias entre Estados miembros son enormes (con porcentajes que oscilan entre el 6% y el 66%). Al marcarnos estos nuevos objetivos, ambiciosos pero a la vez realistas, aspiramos a lograr avances reales en todos los Estados miembros y todas las regiones.
Nuestra Estrategia Europea de Cuidados formula también recomendaciones concretas para mejorar los cuidados de larga duración. La pandemia de COVID-19 ha manifestado claramente la necesidad de un sistema asistencial más resiliente.
Con la significativa transición demográfica que está atravesando Europa, caracterizada entre otros fenómenos por el envejecimiento de la población, se espera que el número de personas potencialmente necesitadas de cuidados de larga duración aumente de los 30 millones de 2019 a casi 40 millones en 2050. Unos 52 millones de europeos dispensan cuidados no profesionales de larga duración a familiares o amigos.
La existencia de unos cuidados de larga duración asequibles y de gran calidad permite que las personas mayores y las personas con discapacidad mantengan su autonomía y vivan dignamente. El enfoque humano del que parte la Estrategia pretende, por lo tanto, ofrecer una gama de servicios acordes con las necesidades de las personas. Deseamos que los Estados miembros aumenten el número y la variedad de servicios profesionales de cuidados de larga duración tales como la asistencia a domicilio, la asistencia de proximidad y la asistencia residencial. Unos servicios de este tipo adecuadamente integrados en la asistencia sanitaria pueden contribuir a reducir la carga de los hospitales y otros centros sanitarios.
El sector asistencial sufre una grave escasez de trabajadores, problema que debemos abordar de raíz mejorando las condiciones de trabajo, los salarios y la formación. Más de 9,1 millones de personas (el 90% de las cuales son mujeres) trabajan actualmente en el sector asistencial en la UE. Para mantener la cobertura de cuidados de larga duración al mismo nivel (que, nos consta, no es suficiente en todos los casos), habrán de incorporarse al sector al menos 1,6 millones de cuidadores de aquí a 2050.
Si queremos que nuestra sociedad llegue a ser justa y equitativa, debemos actuar con resolución y ofrecer a los ciudadanos las opciones adecuadas. Toda persona debe tener la posibilidad de compaginar las obligaciones profesionales con las familiares. Todos los pequeños deben poder asistir a guarderías asequibles. Todas las personas mayores y todas las personas con discapacidad deben poder contar con el apoyo adecuado y recibir unos servicios asistenciales de calidad. La profesión de cuidador debe ser valorada en su justa medida.
Ofrezcamos a los ciudadanos opciones de calidad para un futuro de calidad. La inversión en asistencia es una inversión de alto rendimiento. Ya es hora de que cuidemos del sector de los cuidados.