España avanza muy despacio hacia el autoconsumo, aunque a veces parezca lo contrario. Las tasas de aumento son altas, pero es que se partía de casi cero. Alemania tiene 2 millones de tejados solares, el Reino Unido 0,8, Italia 0,6 millones mientras en España puede haber como máximo unos 200 mil. Existe una tendencia mundial de aumento acelerada por los precios de la energía y las evidencias de la emergencia climática, que ya nadie niega. Y solo hablar no nos va a aproximar a los países de nuestro entorno.
California alcanzó con su parque de autoconsumo solar en 2019 su primer millón de tejados solares, Australia podría añadir 4GW en 2021 o la lluviosa Inglaterra o Alemania con un tercio menos de horas de sol mientras aquí seguíamos y seguimos instalando caras infraestructuras de gas y quemando carbón aunque sea de forma testimonial. Vietnam con 10 veces menos PIB que España en solo un año, en 2020, instaló 9 GW mientras España en toda su historia solo tiene instalado 2,3 GW y China en 2021, incrementó en solo un año 27 GW de instalaciones urbanas, todo un récord. China lidera la apuesta por este tipo de energía renovable y pretende instalar en tejados nuevos y ya edificados una importante capacidad.
Los estudios realizados en algunas ciudades son más que concluyentes. En València, según publicaciones de su Universidad Politécnica en Renewable Energy, concluyen que la ciudad dispone de tejados para generar electricidad por un volumen de hasta el 99% de su demanda eléctrica residencial anual, y el 37% de la demanda eléctrica anual total. En Madrid un informe del Observatorio de Sostenibilidad llegó a conclusiones parecidas, la realización de “una gran central solar al servicio de los ciudadanos” con el despliegue de generadores fotovoltaicos en los tejados daría energía para abastecer el consumo eléctrico total de 1,2 millones de personas; el empleo generado durante la instalación se situaría en torno a las 14.000 personas. En Alpedrete, un estudio del CIEMAT del 2018 concluía “que la superficie susceptible de ser utilizada permitiría obtener la energía necesaria para el consumo de Alpedrete de todo un año, tomando como referencia lo consumido en 2016 (33,685 GWh) y con la superficie estimada de paneles solares fotovoltaicos de, aproximadamente, 18,7 hectáreas se podría instalar una potencia de 23 MWp y generar unos 33 GWh. Pamplona llegó a resultados comparables en 2021, tiene potencial para generar el 76% de su electricidad con paneles solares según el Ayuntamiento basado en la realización del 'Mapa solar de la Ciudad de Pamplona', y realizado por la Universidad de Navarra.
A escala de todo el país existen también algunos estudios. Como el Observatorio de Sostenibilidad de 2020 que señalaban que en 2025 se podrían alcanzar 1 millón de tejados solares. Supondría la instalación de 176 km2 de tejados, lo que viene a suponer una décima parte de los fácilmente transformables, con una instalación de 10,4 GW, se podrían producir 15.400 GWh suficientes para abastecer todo el sistema no peninsular o más de la sexta parte de la población de España (una población de 7,5 millones de personas), se generarían 15.532 empleos y se evitarían 4,2 millones de toneladas de CO2. En tan solo 5,7 años se recuperarían las inversiones. En 2030 podría haber instaladas 26 GW. También existe el artículo científico publicado en Renewable and Sustainable Energy Reviews donde se señala que España tiene una superficie disponible en los tejados (462 km2) con un potencial de 65â¯244 de GWh/año y un 26,8% de energía susceptible de producirse con estos sistemas. Idealista en colaboración con el CIEMAT también realizó un cálculo reciente del potencial solar en tejados por comunidades autónomas, llegando a conclusiones similares.
Toda esta larga introducción es para señalar que es indiscutible el gran potencial de los tejados y fachadas para abaratar la factura de la electricidad con precios actuales máximos, crea empleo local de autónomos, y pequeñas y medianas empresas, permite paliar parte de la pobreza energética inyectando energía en momentos de elevadas temperaturas como las olas de calor, permite pagar las hipotecas antes por el ingreso periódico, disminuye la dependencia energética que en España sigue siendo del 73%, hace que los ciudadanos sean sujetos activos y controlen su producción y, sobre todo, dejen de emitir millones de toneladas de CO2 y tiene un impacto nulo sobre la biodiversidad y el territorio como señala ALIENTE.
Es decir, una plan masivo de instalación de tejados fotovoltaicos tendría enormes beneficios para todo el país, sin embargo, el actual PNIEC señalaba para el 2030 unos objetivos de entre 4 y 9 GW, (actualmente ya hay 2,3 GW) que son claramente insuficientes y que el gobierno afortunadamente actualmente está revisando al alza.
Hoy sigue habiendo docenas de impedimentos y barreras que hace que el actual impulso al autoconsumo sea más una quimera que una realidad, sigue siendo complejo y farragoso el proceso, y en el caso de las comunidades de vecinos prácticamente imposibles, lentitud de la aprobación por parte de las eléctricas, compensación injusta de excedentes, sin contemplar el balance neto, falta de transparencia de la compensación, incertidumbre en el precio de la venta de la energía y en la concesión o no de las subvenciones, escasas ayudas que se abonan más de un año después, etc.
No hay ninguna razón para que las naves industriales, polideportivos, ministerios o el resto de edificios públicos o centros comerciales –donde es más fácil y barato intervenir– no apuesten por los tejados solares. Llama la atención que a pesar de ser un tema donde ganamos todos, no se apoye de una forma masiva por los fondos europeos y de presupuestos de la administración, y falten políticas claras y decisivas, de apoyo de la energía solar fotovoltaica en tejados por parte de la administración central, autonómica y local.
En definitiva, falta ambición. Tan solo entre 4 GW y 14 GW, según el PNIEC hasta 2030, recordemos que Vietnam instaló 9 GW en solo un año. Es necesario ese plan masivo con sus correspondientes hitos bianuales, y un sistema de seguimiento detallado para eliminar barreras en los diferentes territorios, con rapidez en la concesión de permisos, un sistema de precios que incentive a todos los propietarios a poner placas solares en sus tejados, una simplificación del uso compartido de la energía y autoconsumo colectivo, apoyo directo a todas las comunidades energéticas, campañas de publicidad para que toda la sociedad comprenda la importancia del tema, etc.
Solo con actuaciones reales muy contundentes y claras y con participación de la sociedad donde todo el mundo gane, podremos enfrentar la emergencia climática y bajar los precios de la electricidad. Es ahora.