Se busca autoconsumo colectivo: razón aquí

En los próximos años, producir, gestionar y consumir nuestra propia energía eléctrica será un hecho tan cotidiano como leer el periódico en nuestro teléfono móvil o encender la lavadora. La sociedad española está comenzando a familiarizarse con las placas fotovoltaicas en los tejados, cada vez podemos ver más edificios con ellas e, incluso, conocemos a personas que ya las tienen en sus viviendas o lugares de trabajo y se benefician de ellas.

Llegar hasta aquí no ha sido fácil, pero el avance es imparable en España. En los últimos dos años el crecimiento se sitúa en torno al 100%; en 2021 (+1.203 MW de nueva potencia) y en 2022 (+2.507 MW), de los cuales el 47% fue industrial, el 32% en residencial y un 20% comercial. Estos datos confirman la incipiente e imparable entrada de la ciudadanía en el sector energético. Pero, en este punto debemos tener en cuenta un dato importante y es que el ritmo de expansión no es el mismo para todos, porque del total de la potencia actual solo menos del 1% de las instalaciones de autoconsumo son en la modalidad colectiva, y esto en un país en el que por sus características debería ser la modalidad mayoritaria (el 67% de la población vive en bloques de pisos).

¿Y esto a que se debe? ¿Cuál es el problema? Desde la Alianza por el Autoconsumo, entidad sin ánimo de lucro formada por más de 70 organizaciones, entre las que se encuentra la Fundación Renovables, tras la recopilación durante meses de casos reales, hemos elaborado un informe en el que la principal conclusión es que son las empresas distribuidoras de electricidad las que están poniendo el gran palo en la rueda del autoconsumo colectivo. 

Y es que las distribuidoras son las responsables de legalizar una instalación de autoconsumo y de facilitar el acceso y la conexión de estas con la red de distribución. El patrón se repite en numerosos casos recopilados, materializándose en retrasos de varios meses. Esto no afecta a todos los usuarios o potenciales usuarios por igual.

La evidencia, recopilada y denunciada por la Alianza por el Autoconsumo, es que se está retrasando el desarrollo de autoconsumos colectivos y de autoconsumos industriales que inyectan energía a la red. Esto conlleva plazos inasumibles para los procesos de tramitación, ante la desesperación de la ciudadanía y de las empresas instaladoras. Incluso pueden solicitar nuevos requisitos que hagan aumentar el presupuesto sin ninguna razón legal ni administrativa que los respalde. 

Ante esta situación, podemos afirmar que existe una desprotección de la ciudadanía que está sufriendo los retrasos de ciertas distribuidoras, lo que se traduce en una injusta obstrucción al despliegue del autoconsumo colectivo (y comunidades energéticas) con un peligroso efecto disuasorio. Esta realidad se puede evitar desarrollando una normativa que ordene, clarifique, facilite, penalice y sancione los incumplimientos.

¿Hay soluciones? Muchas y, además, factibles para el regulador. En el documento presentado por la Alianza por el Autoconsumo proponemos la estandarización a nivel estatal de los requisitos y de los documentos necesarios, evitando la variabilidad de exigencias por parte de distribuidoras y comercializadoras. Además, se plantea la creación de una ventanilla única de tramitación para simplificar los trámites y digitalizar los procedimientos administrativos. Se busca eliminar los obstáculos y los retrasos impuestos por las distribuidoras y se sugiere la implementación de buenas prácticas, a la vez que resulta imprescindible crear medidas correctivas de malas prácticas e incumplimientos de los plazos legales y otras obligaciones que se dan de manera reiterada e injustificada. La experiencia demuestra que este tipo de esquemas coercitivos son exitosos si se aplican de forma implacable. Además, se plantea regular la figura del gestor de autoconsumo colectivo, quien sería responsable de representar los intereses de los asociados y de realizar las gestiones necesarias para el buen funcionamiento de la instalación.

Este compendio de medidas, algunas de las cuales existen actualmente en otros países europeos, buscan simplificar los trámites, agilizar la activación del autoconsumo colectivo y fomentar su desarrollo en diferentes sectores, garantizando un marco normativo claro y eficiente. En definitiva, buscan que toda la ciudadanía pueda aprovechar las ventajas y los beneficios del sol, para que sea de todos y no solo de unos pocos. Y es que el único tejado sin autoconsumo debería ser aquel con orientación norte, para todos los demás ¡Autoconsumo colectivo ya!