La reciente polémica surgida por el vídeo de Alberto Garzón, ministro de Consumo, sobre la recomendación o, mejor dicho, la necesidad de comer menos carne me parece una gran oportunidad para que por fin se ponga el tema encima de la mesa; nunca un ministro lo había dicho tan claro y tan bien explicado y que, además, saltase a la primera plana de la agenda de los medios y en la boca de todas las personas.
Si bien es cierto, me entristece mucho que pase en un momento de tanta bajeza moral de muchos políticos y las reacciones hayan sido en tono de burla en vez de en tono de discrepancia debatida. La palma, como todos saben, se la ha llevado el presidente del Gobierno, contestando al más puro estilo 'cuñao'. La vicepresidenta de Transición Ecológica ha contestado con un gran silencio; seguramente porque todo esto está más motivado por una guerra política que por el debate en cuestión, probablemente piense parecido. Para los más escépticos, por favor vean el vídeo con calma, está muy bien fundamentado y obviamente muy resumido, pero aportando las claves fundamentales de la problemática. Una vez más, la política es más importante. El perdedor, los de siempre, el medio ambiente y la salud de las personas.
En el debate en la calle, se ve mucho el tono de burla de los críticos, en su mayoría carnívoros (personas en cuya dieta predomina la carne contra el criterio de salud que bien conocen y remueve el fondo sus conciencias). Esa burla no tenemos claro si habría sido su reacción natural o al final los políticos son grandes influencers y una vez más habría que recordarles que quizá deban ser más éticos y responsables en sus intervenciones por la mera responsabilidad pública que les obliga sus cargos. Pero aquí me gustaría detenerme para decirle al lector, que, si es uno de estos que se han molestado con el vídeo del ministro, este escrito va especialmente dirigido a él. Dejen de lado por un momento sus reacciones y tómense un momento para leer esto y luego reflexionar y recolocar sus ideas. Pretendo dar un marco más general que ayude a ver el problema en un contexto más global que haga ver el asunto desde el punto de vista del globo terráqueo no solo desde el punto de vista individual.
Por reacciones de amigos de los que he definido como carnívoros, solo puedo decir que veo que el tema les molesta mucho, justifican con argumentos que ellos mismos saben que no son los mejores, pero desde luego les noto picados. Mi impresión es que se han molestado personalmente. Estoy seguro que saben perfectamente que la dieta que llevan no es saludable por mucho que la cultura de este país te permita defenderla, incluso presumir de ella. Pero me da que aquí el dicho popular funciona perfectamente: el que se pica ajos come.
Lo primero, nadie les ha dicho que no coman carne. Lo saben. Lo segundo, nadie ha dicho, señor Revilla, que nos pongamos a comer solo hamburguesas veganas. Y lo sabes. Tercero, tanto a Garzón como a mí, como a muchos nutricionistas, nos encanta comernos un chuletón, pero con conocimiento de causa y equilibrando la dieta el resto de la semana. Y lo sabéis todos los del chascarrillo.
El problema de la ganadería y la agricultura (están relacionados directamente, se gasta más agricultura en alimentar al ganado que en alimentarnos a notros mismos. Los estiércoles del primero abonan el segundo y contaminan el suelo y el aire) es un problema para nuestro país, un poco (14%) por cambio climático, mucho por salud, tanto por las dietas como por algo de lo que aún no se ha metido apenas en el debate, por las emisiones de contaminantes atmosféricos como el amoniaco (NH3, 96%) y los NMVOC (27%); sin olvidar otros problemas gravísimos como son la contaminación de las aguas, la deforestación, la degradación del medio y el desplazamiento y daño sobre las comunidades de animales salvajes. Lo de siempre, la competencia por el territorio en la que siempre pierden los espacios naturales. Y para terminar veremos estos problemas a escala global que toman otra dimensión y todos debemos comprender.
En nuestro país, este es un sector muy potente, no voy a entrar en lo que participa en el cambio climático, ni en la huella ecológica del carbono o del agua, problemas perfectamente explicados en el vídeo de Garzón y que a estas alturas espero que el lector ya lo haya visto con calma atendiendo a los números.
En cuanto a emisiones de gases, España tiene desde hace años un problema muy gordo. Y una vez más, iniciados en medio ambiente, no todo se explica con el cambio climático. España también tiene unos compromisos de emisiones de otros gases que no contribuyen al cambio climático, pero sí van directamente a afectar a la salud de las personas en el propio país y en los países vecinos. Así nació el control de estos contaminantes, por un tratado internacional que pretende controlar la polución trasfronteriza en el seno de Europa a partir de las lluvias ácidas caídas en países como Suecia a consecuencia del SO2 que emanaba de las chimeneas de Reino Unido durante la revolución industrial en la cual se quemaba carbón indiscriminadamente. Por cierto, problema resuelto, seguimos viviendo bien y la lluvia ácida ya no es tan problemática.
En estos momentos, espero que el lector haya descubierto que, igual que no solo los coches contribuyen al cambio climático sino también la ganadería, ahora vea que no solo los coches dañan nuestra salud en las ciudades con la contaminación de otros gases, también la ganadería y la agricultura.
Pues bien, en el Ministerio de Transición Ecológica tiene un buen quebradero de cabeza porque España no va a ser capaz de cumplir los objetivos o compromisos adquiridos en 2020 por la emisión de esos dos contaminantes. Y ambos, pero en especial el NH3 tiene su origen principalmente en la agricultura y la ganadería. Y es muy difícil pararlo, entre otras cosas porque la legislación siempre es muy laxa, porque al final no hemos visto políticos valientes que se metan en este tema, antes salen defendiendo los intereses de agricultores y ganaderos sin más en vez de afrontar el problema y ayudarles para que sean capaces de modernizarse sin sufrir pérdidas y crear una industria de la que todos nos sintamos orgullos y no sea vista como el enemigo del medio ambiente. Pero todo esto da igual, incumplimos con los compromisos adquiridos en Europa y sufriremos las consecuencias. Háganme caso, solo se habla de cambio climático, pero la contaminación atmosférica es igual o más importante y a nivel legal tiene incluso mayores riesgos.
La relación de la agricultura, la sabemos todos, el ganado se alimenta con pienso que proviene de la agricultura, cuanto más intensiva es la explotación más alimento hay que aportar. Y eso lo solucionamos de dos maneras: o destinando más de nuestros cultivos a la ganadería o importando. Si lo hacemos aquí tenemos un problema de emisiones de amoniaco, un problema de escasez de agua, un problema de la muerte de animales por el uso de fitosanitarios y herbicidas, un problema de competencia con los espacios naturales, incluso un problema de seguridad alimentaria porque no producimos lo suficiente. O podemos simplemente importarlo de otros países y externalizar los problemas ambientales, y que lo sufran otros. Ojos que no ven corazón que no siente. Pues como seguramente sepas, esto es una de las principales causas de la desaparición del Amazonas, de las selvas de Borneo y por tanto la extinción de muchas especies animales, de las cuales, para acercarme a tus sentimientos de igualdad con los animales incluye la desaparición en unos pocos años del Orangután, un animal casi humano. Me da vergüenza apelar a esto, a las emociones fáciles como hacen los políticos; espero que a todos nos importe también la extinción de mariposas, abejas, peces, etc.
Pues bien, llegados a este punto, reducir el consumo de carne no solo es bueno para tu salud (esto al final sí lo podemos dejar a una decisión personal de qué hacer con tu vida) sino que también es necesario para la salud del planeta y la propia existencia de esos miles de especies que se están extinguiendo. Por si no lo sabes, estamos viviendo la Sexta Gran Extinción masiva. Según los registros hubo otras 5, casi todas debidas a cataclismos como la conocida de los dinosaurios. Lo particular de la actual es que es debida a que una sola especie se está haciendo con el control y el uso y disfrute para ella misma de todos los ecosistemas de la Tierra incluidos los océanos. Sí, nosotros, los humanos, las personas que solo pensamos en la polémica política. Y si piensas solo en la economía, piensa a largo plazo, hazlo bien ahora y la economía no sufrirá futuros colapsos.
Para acabar, lector, cuando la OMS y cualquier nutricionista recomienda una cantidad de ingesta de carne deja de verlo desde el punto de vista eurocentrista, de privilegiado. Somos unos 300 millones de personas que tenemos la suerte de ver esto como ¡qué problema que nos pasamos de la ingesta recomendada! ¡Qué putada que no me voy a poder comer todos los chuletones que quiera, voy a tener que cortarme! Pues para unas 4.000 millones de personas lo que les preocupa es que ¡no llegan a la ingesta recomendada diaria! Eso sí es un problemón. Ponte en su lugar.
Por suerte, poco a poco esos países se están desarrollando y alcanzando una nutrición más recomendable y saludable. En estos momentos lo vemos en Asia, donde millones de personas están mejorando su nivel de vida y con ello su consumo de pescado y carne. ¡Por fin!, lo necesitaban y están en todo su derecho. Ahora bien, si con lo que tenemos ahora la agricultura, la ganadería y la pesca son un problemón para el planeta, para nuestra salud y nuestra economía sustentada en el planeta, ¿qué va a pasar en unos años?
¿Ahora crees que todos debemos ajustarnos a una dieta carnívora más moderada? ¿O te sientes tan libre de hacer lo que te dé la gana y entiendo que los demás también se deben sentir así y dentro de unos años seamos miles de millones de personas comiendo un exceso de carne y pescado que nos deje sin vacaciones porque no habrá bosques en la Tierra en los que pasear ni mar en el que nadar?
Ahora llega el momento de la reflexión. De ampliar los puntos que quieres comprender mejor. Un vídeo o un artículo no da para mucho. A golpe de tweet uno no se forma, ni se informa.