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Carta abierta a los socialistas del NO y de la abstención

Todos somos necesarios; ahora más que nunca. Nadie sobra en el Partido Socialista y por encima de diferencias que debemos ser capaces de encauzar, tras la reflexión y el debate que favorecen los cauces de una democracia interna hoy congelada, tendremos que repensar un proyecto socialista que se ha evidenciado fallido. Un proyecto con liderazgos incluyentes y democráticos, desde la izquierda, que hay que reconstruir para conectar con una sociedad y un mundo en permanente transformación.

No soy capaz de explicar la tristeza que arrastro tras los episodios de confrontación vividos a lo largo de octubre en el PSOE y del dolor que me causó un posicionamiento de voto en favor de la abstención a la investidura de Rajoy. No me siento orgulloso por haber votado NO. Y más tras comprobar cómo ha cambiado, en estas semanas, el clima de convivencia y la complicidad dentro del Grupo Parlamentario del Congreso. Pero no me arrepiento, lo hice en conciencia, de acuerdo con mis convicciones y con el papel que siempre defendí que debía jugar la ética en la vida política de un país “tocado” por la corrupción y las falsas promesas electorales.

Al conocer de cerca las circunstancias que han originado un enfrentamiento irresponsable entre los dirigentes alineados en un bando o en otro, vaticiné hace meses que nos llevaría al suicidio. Lo peor es que no veo que la Gestora esté trabajando en la buena dirección para lograr una solución. Una vía imprescindible de distensión y diálogo mediante la convocatoria de los procesos de decisión para la militancia que haga posible la recuperación de la credibilidad del PSOE y la confianza ciudadana en un proyecto que ha sido cuestionado, desde dentro, en políticas esenciales para resolver los problemas de la gente y el país.

Respeto el sentido de voto que realizó la mayoría del Grupo Socialista en favor de la abstención, aunque no lo comparta. Del mismo modo que, reconociendo que no tengo ninguna superioridad moral sobre la posición que han mantenido los demás compañeros diputados, que actuaron de acuerdo con la disciplina de voto, afirmo que defenderé mis derechos como militante socialista, con absoluta firmeza, frente a cualquier ilegalidad o exceso.

Me queda la esperanza de que esos 15 votos socialistas de rebeldía a la abstención a Rajoy, como respuesta a un conjunto de acontecimientos que rompen con nuestros compromisos electorales y con los procesos democráticos en interior de la organización socialista, hayan servido para representar el sentimiento y la posición política de buen número de votantes y militantes socialistas. Una respuesta, también, frente a los adversarios que quieren aprovechar nuestra fractura para laminarnos.

Una votación unánime y forzada de los diputados socialistas en favor de la abstención - frente a una salida más lógica como suponía una abstención de mínimos- hubiera sido una ficción respecto a las diferentes posiciones expresadas en el grupo. El cumplimiento del llamado “mandato imperativo” y de la disciplina hubieran provocado más desafección y ruptura de vínculos por parte de muchos votantes y militantes con la dirección del PSOE y con el Grupo Parlamentario.

Hombres y mujeres que han comprobado que en el Congreso no están huérfanos de representación y que hay diputad@s socialistas -que podían haber sido bastantes más- que pensamos como ellos y que hemos actuado, más allá de presiones, creyendo defender mejor, con nuestro rechazo a Rajoy, la dignidad y la coherencia de la alternativa socialista como parte de la izquierda.

En mi caso es un tiempo de resistencia para, a continuación, defender una salida a la grave situación y fijar una estrategia de oposición acertada; una tarea compleja. Desde esa contribución, confío en ayudar a poder avanzar en la tarea de repensar un PSOE más democrático y refundar el ideario y las grandes propuestas de la Socialdemocracia ante los retos de un mundo globalizado, insostenible, plagado de incertidumbres, injusticias y de profundas desigualdades.

Artículo publicado originalmente en El Socialista DigitalEl Socialista Digital