La mayoría de los consumidores europeos no son conscientes de que un importante porcentaje de los neumáticos que usan nuestros vehículos están vinculados a la destrucción de los bosques tropicales.
El caucho natural es un componente fundamental para fabricar neumáticos. La industria del neumático consume alrededor del 70% de la producción global de este material. Aunque se está trabajando en la búsqueda de otras alternativas (como el guayule, un arbusto del desierto que crece en regiones áridas, o un tipo de diente de león originario de Kazajistán), aproximadamente el 90% del caucho natural se extrae del árbol del caucho, el cual se cultiva en regiones tropicales, principalmente del sudeste asiático, aunque en los últimos años se ha introducido extensamente en diversas regiones de África Occidental.
La expansión de las plantaciones de caucho natural ha tenido un enorme impacto en los bosques tropicales durante los últimos 20 años. Se calcula que entre 2003 y 2017 se eliminaron con esa finalidad 5 millones de hectáreas de bosques tropicales en todo el sudeste asiático y el África subsahariana.
En 2020 la Unión Europea consumió más de un millón de toneladas de caucho natural (cerca de un 8% de la producción mundial de ese año) para neumáticos de vehículos y otros usos. En 2021 se produjeron más de 318 millones de neumáticos para vehículos en plantas europeas, y tres de las seis mayores empresas mundiales de neumáticos y caucho -Michelin, Continental y Pirelli- tienen su sede en la UE. Ésta es, por lo tanto, un actor clave en los mercados internacionales del caucho, lo que implica que puede jugar un papel importante en la prevención de la deforestación mundial provocada por el cultivo de este producto.
En reconocimiento de este hecho, el caucho natural se incluyó en la Resolución del Parlamento Europeo de octubre de 2020, mediante la cual éste instó a la Comisión a la elaboración de una legislación para minimizar el riesgo de deforestación y degradación de los bosques asociado a los productos comercializados en la UE. Es lo que se conoce como “deforestación importada”.
A este respecto, debemos recordar que, debido a sus importaciones de productos agrícolas y ganaderos, incluido el caucho, la Unión Europea es actualmente el segundo mayor responsable mundial de la deforestación tropical, sólo superado por China. La propia Comisión Europea lo reconoce sin ambages. Finalmente, para tratar de poner solución a esta lamentable situación, la Comisión Europea presentó oficialmente en noviembre de 2021 una Propuesta de Reglamento que contiene algunos aspectos muy positivos, aunque también importantes e incomprensibles carencias.
Una de esas carencias es la exclusión del caucho natural de la lista de las materias primas con riesgo para los bosques y los ecosistemas. En dicha lista se han incluido, acertadamente, la soja, el aceite de palma, la madera, el cacao, el café y la carne de vacuno, pero se ha dejado fuera el caucho, el maíz, la carne de cerdo, oveja, cabra y aves de corral, el carbón vegetal y los productos de papel impreso.
Inexplicablemente, la Dirección General de Medio Ambiente de la Comisión Europea interpretó erróneamente los datos sobre la huella de deforestación de la UE de sus importaciones de caucho natural al elaborar su Evaluación de Impacto de los diferentes productos básicos tropicales examinados. Como resultado, el análisis de costes y beneficios dentro de dicha evaluación de impacto subestimó gravemente el papel de la UE en la contribución a la deforestación provocada por el caucho.
En un estudio publicado en octubre de 2021, un grupo de reputados científicos afirmó que el análisis de la Comisión Europea de sus datos, que fue la base de la evaluación de impacto de la Propuesta de Reglamento, tenía “graves defectos”. Fundamentalmente, la evaluación de impacto de la Comisión no incluyó las importaciones de caucho procesado, es decir, en cosas como neumáticos y guantes. La mayor parte del caucho que importa la UE viene en forma de neumáticos.
Según un nuevo estudio de datos por satélite realizado por la organización sin ánimo de lucro Global Witness, la UE importa en la actualidad alrededor del 30% del caucho que envían al extranjero los principales productores africanos. El estudio de Global Witness relaciona las importaciones de caucho de la Unión Europea con la deforestación de 520 km2 (5 veces el tamaño de la ciudad de Barcelona) en Camerún, Gabón, Ghana, Costa de Marfil, Liberia y Nigeria desde el comienzo del milenio. Es decir, la demanda europea de caucho para fabricar neumáticos y otros productos está destruyendo los bosques tropicales de África.
Christophe Hansen, europarlamentario luxemburgués adscrito al grupo Partido Popular Europeo (EPP) y principal negociador de la ley de deforestación importada de la UE en la Eurocámara, ha presentado argumentos sólidos en defensa de que el caucho se incluya en la lista de sectores cubiertos por la propuesta. Ha manifestado públicamente que la Comisión Europea se equivocó al adoptar un enfoque de coste-beneficio sobre los sectores que debía incluir, y que en su lugar debería haber examinado la huella medioambiental de los productos.
Y todo puede empeorar aún más a corto-medio plazo. De acuerdo a las últimas cifras de la industria del ramo, el Grupo Internacional de Estudios sobre el Caucho (IRSG) ha estimado que la demanda mundial de caucho natural se disparará un 33% de aquí a 2030, pasando de 12,7 millones de toneladas (Mt) en 2020 a 16,9 Mt en 2030. El IRSG prevé que, si no se toman medidas para evitarlo, este aumento de la demanda provocará un aumento de la superficie de cultivo de caucho de entre 2,7 y 5,1 millones de hectáreas, y que la mayor parte de ello se producirá mediante la expansión de grandes plantaciones en zonas de bosques tropicales.
Afortunadamente, la Unión Europea aún tiene la oportunidad de subsanar el error de haber excluido el caucho en su propuesta legislativa contra la deforestación. La primera buena noticia al respecto la tuvimos el pasado 12 de julio, cuando un 80% de los eurodiputados de la Comisión de Medio Ambiente, Salud Pública y Seguridad Alimentaria (ENVI) del Parlamento Europeo votaron a favor de que se incluya también el caucho, así como el maíz, la carne de cerdo, oveja y cabra, aves de corral, carbón vegetal y productos de papel impreso, en la lista de materias primas a regular por el Reglamento.
La decisión final depende, por un lado, de lo que decida el Parlamento Europeo en su sesión plenaria del próximo 12 de septiembre y, por otro, en las negociaciones posteriores a tres bandas (“trilogos”) entre Comisión Europea, Consejo y Parlamento, sobre esta propuesta legislativa contra la deforestación importada.
Es bien sabido que la Unión Europea está apostando por la movilidad sostenible. Así lo demuestra el hecho de que el Parlamento Europeo y el Consejo hayan refrendado ya la propuesta de la Comisión de que todos los coches nuevos y furgonetas que se vendan a partir de 2035 sean eléctricos. Esto es sin duda una gran noticia, pero esa sostenibilidad no estará del todo completa si los vehículos que circulan por nuestras carreteras usan neumáticos de caucho procedente de la deforestación tropical.