La ciudad verde
Las ciudades, especialmente las grandes urbes como Madrid, están emplazadas a una transición ecológica que les permita hacer frente a los retos del cambio climático y a la necesidad evidenciada con la pandemia de disfrutar de un espacio público saludable. Estos son los principales asuntos que abordamos hoy en el Foro de Innovación Urbana, una jornada que promovemos desde el grupo municipal de Más Madrid, en el que participan responsables municipales de varias ciudades, expertos y representantes de los movimientos ciudadanos madrileños.
Desde el foro vamos a poner sobre la mesa el doloroso y notable retroceso urbanístico y medioambiental que está experimentando nuestra ciudad, quedando rezagada del esfuerzo emprendido en otras ciudades españolas y europeas. Así, Madrid es la capital europea en la que se producen cada año más muertes por contaminación y el Gobierno municipal no solo no hace nada, sino que ha suprimido Madrid Central y la estrategia de residuos, ha resucitado los macrodesarrollos urbanísticos del sureste, está vendiendo el suelo municipal destinado a vivienda o está desregulando actividades económicas incompatibles con el uso residencial como las cocinas fantasma, los hospedajes turísticos, las plataformas logísticas o las terrazas. En definitiva, una vuelta al modelo urbano neoliberal más rancio, en desuso en otras latitudes.
En las antípodas se encuentra la ciudad que queremos, un Madrid más verde, una ciudad compacta y sin fisuras urbanas, que mire al sur mediante proyectos como Conecta Vallecas, que supone la demolición del puente de la M30 a su paso por Vallecas; o la vertebración de un corredor verde a lo largo del Abroñigal y la continuación de Madrid Río, que impulse el empleo y la vivienda para jóvenes en los terrenos de ADIF. Proponemos también, como oposición contundente, pero constructiva, seria y responsable, proyectos que generen centralidad en los barrios, como Bravo Murillo Amable en Tetuán, o en Usera, Arganzuela y Carabanchel con Santa María de la Cabeza y del Corazón, otro corredor destinado a unir Orcasitas con el centro mediante itinerarios ciclistas y peatonales.
La ciudad verde es la ciudad de los barrios, con más autogobierno municipal en los distritos de la periferia. Madrid es la gran capital europea más centralizada, con solo un 15 por ciento del presupuesto ejecutado por los distritos. La centralización genera desigualdad y por este motivo hay que abrir un proceso progresivo de cambios legales que, con un horizonte razonable, desemboque en la constitución de verdaderos ayuntamientos de distrito con capacidad de gestionar sus propios recursos.
El aprovechamiento de la ciudad existente, estimulando fiscalmente la puesta en alquiler de las viviendas deshabitadas, la rehabilitación energética sostenible del parque de viviendas y la transformación del espacio urbano a partir de la experiencia COVID serán motores de generación de puestos de trabajo. Es necesario un pacto entre las fuerzas políticas madrileñas para garantizar, gobierne quien gobierne, la obtención en 10 años de 60.000 viviendas sociales en alquiler, cifra que nos equipararía a ciudades como Berlín o París, construidas en suelo municipal o con compra en el mercado secundario.
Está muy bien que, por fin, se inaugure la nueva Plaza de España, pero paralelamente el Ayuntamiento mantiene cerrados multitud de equipamientos en distintos barrios de Madrid, meses después de haber finalizado las obras. Por ejemplo, un polideportivo en el Ensanche de Vallecas, una biblioteca en San Fermín, un centro de mayores en Vallehermoso, un centro juvenil en el Triángulo del Agua de Puente de Vallecas… y así hasta más de 20 instalaciones municipales. Parece una metáfora del distinto interés municipal al centro y a la periferia.
Trabajamos decididamente por un modelo verde, sostenible, inclusivo, feminista y justo, que se inspire en las mejores experiencias de Europa en sostenibilidad, orientada a cuidar la ciudad, su patrimonio, su medio ambiente y la salud de quienes la habitan.
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