¿Alguna vez te han puesto un mote? ¿O te han llamado gordo, jirafa, enano, cuatro ojos, nenaza, marimacho? Quizá no lo sepas, pero eso, es violencia. Y si en vez de reír o seguir la “broma” ¿tus compañeros se hubieran posicionado a tu lado? ¿Qué hubiera pasado si tus amigos y compañeros te hubieran defendido? ¿Cómo te hubieras sentido?
Lamentablemente, la violencia es una realidad en las aulas y casos como los del ejemplo se dan cada día. La violencia puede ser física: pegar, empujar, arañar, golpear, escupir, etc. Pero también puede ser oral: insultar, criticar, mentir, amenazar, obligar a hacer cosas que el otro no desea, poner motes, reírse de los demás, etc. Violencia también es discriminar, por el color de la piel, la religión, la comida, la ropa, etc...
“La violencia hace daño al cuerpo y también al corazón”, como dice Fátima, de 6 años. Ella, como el resto de niños y niñas de la Escuela Mare de Déu de Montserrat (Terrasa), forman 'El Club de los Valientes', una experiencia que fomenta el uso del diálogo entre los compañeros para resolver los conflictos.
Nuestro cole se transforma en un espacio donde los niños y niñas, las familias y los docentes consensúan 'La Norma' sobre la premisa de que todos somos valientes. El objetivo de un valiente siempre será ayudar a quien sufre por culpa de terceras personas y hay que diferenciarlo del chivato. “El chivato agrede”, “son los que no saben guardar un secreto, salvo que el secreto haga que el otro sufra, porque entonces si se explica, se le estaría ayudando”, explican Sanaa y Antonio, de 10 años.
El Club de los Valientes' consigue que el clima del centro sea tranquilo y, sobre todo, seguro. Las ventajas de trabajar así la convivencia son diversas y nada desdeñables. A medida que se implanta y arraiga, los casos de bullying afloran; son los propios niños y niñas los que los denuncian.
Una vez visibilizados, se pueden tratar y solucionar siempre con la ayuda de las familias. En el centro se respira respeto, empatía y seguridad, el alumnado sabe la importancia de la fuerza del grupo para hacer escudo ante los agresores.
Los niños y niñas se vuelven más exigentes y críticos con las buenas prácticas de los adultos (tanto de docentes como de padres y madres). Juntos aprendemos la importancia de romper el silencio, que “NO es NO”, que la amistad es un factor de prevención y de protección muy importante, el valor de la solidaridad, y que nuestras elecciones de amistad y de pareja no son fortuitas, sino que son el resultado de cómo nos hemos socializado.
Y en todo este proceso, la Comisión Mixta de Convivencia tiene un papel fundamental como el órgano que dirige y vela por el bienestar de todos y todas dentro del centro docente y en ocasiones, incluso traspasa las puertas de la escuela. Está formada por dos delegados y delegadas de cada clase (4º, 5º y 6º de primaria), por familiares del alumnado (por eso es mixta), la coordinadora de la comisión y por una representante del equipo directivo, y se reúne periódicamente.
Trabajar 'El Club de los Valientes' significa trabajar a partir del Modelo Dialógico de Prevención y Resolución de Conflictos e implica la formación de nosotros y nosotras, profesores y otro personal del centro, en prevención de violencia y prevención de la violencia de género. Esto nos ayuda a detectar y estar siempre alerta ante la violencia, así como intercambiar materiales para trabajar con el alumnado en el aula y compartir inquietudes y dudas que surgen en el día a día.
Esta nueva visión de la realidad provoca profundos cambios y transformaciones a nivel personal que nos enfrentan a nuestras propias resistencias. A medida que los docentes avanzamos en esta manera de hacer reflexionamos sobre nuestra práctica educativa, sobre los medios de comunicación, sobre la sociedad en general y nos volvemos más críticos y, como los niños y niñas, “más valientes”.
“Los valientes se ayudan, son amigos, no pegan, no insultan, no dan puñetazos ni estiran del pelo” (Wisal, 4 años).
“Los valientes ayudan a los compañeros, defienden y salvan a la víctima, se preocupan por los compañeros y compañeras, dejan solo al agresor y cumplen la Norma”. (Khadija, Nadia y Salua, 7 años).
“Los valientes de verdad defienden a la víctima y no son cómplices. Se posicionan con el agredido y tienen empatía con los demás” (Rachida y Orlando, 12 años).
“En El Club de los Valientes solo hay valientes que no tienen miedo y hacen cosas sensatas. Juegan con los valientes y con los cobardes no” (Ibrahim, 5 años).
“Hacer escudo es defender a la víctima” (Toni, Ayoub y Saad, 8 años).
“Cuando un cobarde se comporta como un valiente podemos jugar con él” (Salah, 6 años).
“Si el agresor cambia y se convierte en valiente le damos otra oportunidad para estar con la clase” (Francisco, 11 años).