Cuando Podemos tenía 69 diputados, propuso un pacto a Izquierda Unida (que tenía 2), para crear Unidas Podemos. Fueron muy generosos. Podemos no fue “adanista” ni alardeaba de “superioridad moral”, simplemente demostró que eran mejores que sus ancestros. Llegaron al gobierno, por ejemplo. Unos jóvenes brillantes habían puesto en evidencia la obsolescencia y la incapacidad de la izquierda española durante treinta años. Por fin unos jóvenes lúcidos superaban a sus mayores. La actitud de éstos en vez de alegrarse fue de cabreo infantil, de rey destronado. Provengo de la lucha antifranquista en la clandestinidad en la Joventut Comunista de Cataluña y el PSUC, y en cambio, me alegré de forma superlativa. Pero sé que soy la excepción.
La persecución judicial y del Deep State ha ganado. Ha logrado liquidar la mejor apuesta de la izquierda desde 1977, que nunca imaginó que le podía pasar esto por el mero hecho ser republicanos. Desde el córner noreste de España en cambio, se vio claro desde el primer día. Demasiados jueces y demasiados policías haciendo cosas execrables. Y demasiados silencios.
La generación del antifranquismo que llegó al poder con la democracia no tuvo maestros, los habían asesinado los franquistas o estaban exiliados o se refugiaban en un exilio interior. Tuvo que aprender sola y enseguida cayó en las trampas del poder. Felipe González es el mejor ejemplo del desastre. Lo podríamos definir como el antimaestro. Esta generación del 68 acaparó la política, la instituciones, los medios de comunicación, etc. Eran muy jóvenes entonces, pero se convertirá en la generación más egoísta de la historia de España. Dicen que predicaban el amor libre y todos se casaron por la Iglesia. (Que quede claro que no me refiero a los viejos luchadores comunistas que se dejaron la piel y la vida en la lucha). Y dejaron tierra quemada. Se preocuparon de liquidar posibles relevos y se dedicaron a montar una meritocracia inversa. Años después, los aires del 15M pasan como un sunami por encima a IU y a ICV que estaban al borde de la quiebra económica y política. Y el PSOE pierde 5 millones de votos. No hay que olvidarlo. El problema es que los que vinieron después no tuvieron maestros, sólo furibundas críticas. Y eso explica parte de los errores cometidos. Uno de los últimos construir un proyecto basado sólo en la lucha entre sindicatos de intereses.
Pero hay otra reflexión a hacerse. España es plurinacional, y esto significa que hay naciones y que estas naciones se reflejan políticamente. A la izquierda del PSOE en Galicia, País Vasco y Cataluña el espacio lo llenan BNG, Bildu y ERC de forma clara (muchos de cuyos militantes no son nacionalistas, no os confundáis).
¿Por qué creéis que Xavier Domènech ganó dos veces las elecciones generales en Cataluña con 929.000 votos? Sólo un detalle: Domènech fue a votar en el referéndum del 1-O de 2017. No en vano en Cataluña un 75% de los ciudadanos nos declaramos republicanos.
Creo que hay que ir hacia un Frente Republicano, a un nuevo Pacto de San Sebastián, con la izquierda española de PSOE y Sumar y con BNG, Bildu, ERC y las demás organizaciones de las izquierdas periféricas. Gente independentista como el que suscribe estas líneas lleva muchos años intentando establecer puentes. No puede ser que una parte significativa de la izquierda española los vuele. Los independentistas gallegos, catalanes y vascos serán el gran aliado de la lucha antifascista que se avecina.
El federalismo español de Francisco Pi y Margall proponía un Estado catalán con una constitución republicana para Cataluña. Federalismo no es renunciar a la soberanía, es afirmarla. La actual Constitución la única vez que cita el federalismo es para prohibirlo. El federalismo borbónico de una parte de la izquierda es en realidad un oxímoron. La historia enseña, el problema es que no tiene discípulos, como escribía Gramsci.
La idea de que la oferta progresista española es la menos mala, es cierta, pero no es suficiente, porque se está acabando la reacción a “¡que viene el lobo!”. El militante y el votante del PSOE está envejeciendo. Hay que reaccionar y pensar en construir de una vez una sociedad civil laica y de izquierdas en España, empezando con potentes federaciones de tiempo libre infantil y juvenil, scouts, casas de juventud y ateneos en todos los barrios y pueblos de España. Hay que volver a hacer política de dos en dos y de cuatro en cuatro en cada rincón del país y dejar de pensar que vendrá el cambio por un mejor uso de las redes sociales o como resultado de una gran campaña electoral. ¡Nadie se ha vuelto de izquierdas leyendo un tuit! ¡por el amor de Dios! Eliminemos los dircom y los spin doctors de los partidos de izquierdas. Son gente que, siendo optimistas, han leído algún libro, pero que no tienen ninguna experiencia política ni, en muchos casos, ideología.
Construir organización es como plantar encinas y para ello es necesario ser generosos y pensar en el futuro. Parafraseando a Neil Postman “los jóvenes (niños en la versión original) son los mensajes vivientes que enviamos a un futuro que no veremos.”
Ha habido una mala lectura de la revuelta catalana por parte de la izquierda española. Creían que no iban a por ellos. Fueron a por los republicanos catalanes, pero también a por Mónica Oltra, los Seis de Zaragoza, Juan Carlos Monedero, Isa Serra, Irene Montero y Pablo Iglesias y ahora Pedro Sánchez y Begoña Gómez. Cuando en 2010 el Tribunal Constitucional perpetró la sentencia del Estatut de Catalunya, abrió la puerta a que un juez arremeta contra Pedro Sánchez y su mujer 14 años después. En 2018 escribí que doblaban las campanas no por los catalanes independentistas, sino por cualquier republicano español.
Por cierto ¿la izquierda podría ser un poco rápida? Ahora empiezan a pensar cómo tratar museísticamente el Valle de los Caídos. Sacaron a Franco en 2019. Marx nunca dijo que la izquierda debía ser lenta.
Todo el mundo quiere subirse a la ola cuando hay viento, pero como dice el dirigente laico y progresista aragonés José Luís Palacios, el problema es que cuando no hay viento nadie quiere remar. Que los mayores de 65 años dejen de incordiar. Es necesaria la generosidad de los mayores hacia los jóvenes y construir un proyecto con empatía, apoyo, republicanismo, laicidad (la gran olvidada de la izquierda), cultura, participación, organización, militancia, justicia, fraternidad, compromiso, librepensamiento, libre examen, camaradería, confianza, desinterés, idealismo, altruismo, desprendimiento y amistad. En la izquierda los medios predeterminan el fin.