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Dejo la Asamblea de Madrid, pero no la política

Como muchas de vosotras ya conoceréis, esta mañana he presentado mi dimisión como Portavoz de Podemos y diputada de la Asamblea de Madrid.

Hace tiempo que vengo manteniendo posiciones políticas que no gozan del respaldo de la dirección de Podemos, ni de la mayoría de mi Grupo Parlamentario. Podemos ha otorgado la confianza para liderar el Grupo Parlamentario de la Asamblea de Madrid, a partir de 2019, a un candidato que defiende una propuesta distinta a la que sostiene la corriente en la que yo me integro, y a la que he mantenido yo misma como portavoz.

En coherencia con ello, he tomado la decisión de dejar mi escaño y retomar mi actividad profesional como abogada. Para mí es una suerte enorme, además de un orgullo, tener una profesión a la que volver, y cumplir la máxima en la que creo firmemente: que la política institucional no puede ser un modo de vida para nadie, y que debemos renovar a la gente que ocupa cargos públicos.

Dejo la Asamblea de Madrid, pero no la política. Trabajaré como abogada defensora de derechos humanos como he hecho siempre, y continuaré luchando por el único proyecto político en el que creo: la construcción de la unidad popular, y la democratización de los partidos e instituciones, que deben hacer políticas radicalmente transformadoras de la vida de la gente.

Agradezco a Podemos la oportunidad que me ha dado de ser parte de un proyecto que ha hecho historia en este país, y de ocupar la Portavocía en la Asamblea, donde he dado lo mejor de mí cada día, y donde también he aprendido mucho.

Gracias a todos los votantes de Podemos por vuestra confianza, y a la gente que me ha apoyado durante este tiempo con mensajes, abrazos, aplausos, y palabras de ánimo en momentos difíciles.

Gracias a mi maravilloso equipo (Torre, Nuria, María José, Nerea…) sin el que hubiera sido imposible hacer este trabajo. Ellos son las manos invisibles que sostienen este proyecto.

Gracias muy especiales a mis compañeros diputados de “Anticapi”: gracias por enseñarme tanto sobre el compromiso con las ideas y los principios, por haber sido un ejemplo personal y de militancia, por compartir conmigo vuestros conocimientos, por vuestro cariño, camaradería y apoyo. Vosotros y vosotras sois los guardianes de la esencia de Podemos, de lo que estamos llamados a ser y para lo que vinimos a las instituciones. Sois los IMPRESCINDIBLES.

Y gracias también a quienes no han sabido o querido comprenderme; a los que han pretendido manipular mis palabras o han intentado ofenderme. Me han hecho más fuerte y tolerante.

Le deseo suerte a Podemos: sigue siendo la única esperanza de cambio para millones de personas en este país. Aunque desde otra posición, seguiré defendiendo que llegamos a las instituciones para ser valientes, y no solo para demostrar que “gestionamos mejor que ellos” ni para “parecer responsables”. Nos jugamos mucho: la gente trabajadora y sencilla que lo está pasando mal, corre el riesgo de abrazar el discurso barato de la ultraderecha fascista, que le ofrecerá la “solución” a sus problemas. Ayer llenaron el palacio de Vistalegre en Madrid, miles de personas trabajadoras, que escucharon un mensaje racista y xenófobo como pretendida “respuesta” a sus problemas de clase. Frente a este peligroso fenómeno que avanza imparable, tenemos la obligación de ofrecer una alternativa radical de izquierdas a la mayoría social que está pagando las consecuencias de esta estafa llamada crisis, y de las políticas corruptas y miserables del bipartidismo.

Por eso le deseo suerte a Podemos. Pero también altitud de miras y la valentía necesaria para afrontar la responsabilidad histórica que tiene.

Un abrazo, ¡seguimos!