Cuando se utiliza la mentira como arma política, la única defensa posible es objetivar los hechos y que las mentiras parezcan mentiras, que las verdades no tengan complejos y que la verdad sea un argumento irrebatible. Para que sea así, los medios de comunicación tendrían que jugar su papel independiente del poder y contar con una ciudadanía crítica vacunada de las intoxicaciones y una oposición que denuncie. De lo contrario, la impunidad es absoluta, aunque se inventen los datos y se difundan bulos machacones para que calen en la población. En el Debate sobre el Estado de la Región de la Comunidad de Madrid, la presidenta Isabel Díaz Ayuso se empleó a fondo en la propaganda que transmitía una visión engañosa del estado de la educación madrileña. Estos son los manipulados datos y argumentos que ofreció:
Madrid “invierte mucho en educación”
Ayuso dijo que Madrid se gasta 5.761 millones. A ella le parecerá mucho ese dinero para llevarlo en el bolso, pero es poco para proporcionar una educación de calidad a 1.228.158 alumnos. Ella, tan defensora de una regla de tres, podría utilizarla y poner en relación estos millones con el PIB. Es la manera convencional de medir el esfuerzo educativo. El resultado es un mísero 2%, frente al 4,8% de media en España o al 6-7% que invierten los países europeos. Si comparamos el presupuesto educativo por habitante es de 754 euros y el presupuesto educativo por alumno 4.181 euros, mientras que en España la media es de 1.076 y 5.779 respectivamente. Madrid está a la cola de todas las comunidades autónomas (CCAA), a pesar de ser la más rica. Eso indica que le importa muy poco la educación. Hay que resaltar que Madrid es quien destina más dinero a las empresas privadas concertadas y cheques escolares hasta para familias ricas.
Madrid trata bien a la educación pública
Es mucho descaro decir eso cuando se está aplicando una auténtica doctrina del shock con los colegios públicos: recortes que no se han revertido, ratios elevadísimas, desprecio al profesorado y una privatización que no cesa. Se reducen aulas públicas, se niega la construcción de nuevos centros escolares y se deriva al alumnado hacia la privada-concertada con una oferta pública insuficiente y con cientos de millones en cheques. Resultado del destrozo: Madrid capital escolariza a menos de un 40% del alumnado en la pública y la Comunidad solo a un 54%, frente a un 67% en España y más del 90% en los grandes países de Europa.
Madrid es un “modelo educativo de excelencia”
El último informe PISA dice todo lo contrario por la fuerte bajada de Madrid en Matemáticas, Ciencias y Lengua y Comprensión lectora. También los malos resultados comparativos con las Evau del resto de España (posición número 15), ponen de manifiesto la mediocridad del modelo. Lo explica la baja inversión, la existencia de una red privada-concertada y la segregación. Y no me cansaré de repetirlo: solo el compromiso y calidad del profesorado de la enseñanza pública evita que el desastre sea mayor. Quizá Ayuso crea que un modelo de excelencia es tener un centro (el IES San Mateo) con “bachillerato de excelencia”, que ni siquiera consigue la mejor nota de la Evau.
Madrid “da igualdad de oportunidades”
Todos los estudios académicos (Save the Children, el de F. Javier Murillo y Cinthya Martínez-Garrido de la Universidad Autónoma de Madrid) lo niegan y afirman que en Madrid es muy segregador en educación. El último de EsadeEsPol es demoledor: la escuela no corrige la desigualdad inicial, sino que la aumenta. Estamos a la cabeza en segregación escolar, especialmente socioeconómica, y a la cola en equidad. Es algo buscado deliberadamente. La doble red pública (desatendida) y concertada-privada (fomentada y financiada) produce este efecto evidente de aulas desiguales y colegios de ricos y colegios de pobres ¿Cómo puede haber en 3º de primaria hasta dos años de retraso escolar entre niños de familias de distinto nivel socioeconómico? Pero como para Ayuso no hay clases sociales y como Ossorio no ve pobres, siguen insistiendo en un radical modelo neoliberal donde la igualdad de oportunidad es un espejismo y su ausencia produce una sociedad más clasista y menos cohesionada.
Madrid “reduce las ratios de alumnado por aula”
Esta medida solo se aplicará en el primer curso de la segunda etapa de infantil (cuatro años). Significa que de seguir aplicándose a ese ritmo, se tardaría una década en llegar a la ESO. Reducir la ratio es un clamor del profesorado para mejorar la calidad educativa (la pandemia demostró empíricamente que los resultados mejoraron muy notablemente con menos alumnos en las aulas). Madrid tiene una de las ratios más altas de España. Es la última de las CCAA en primaria y la antepenúltima de las CCAA en todo lo demás: ESO, Bachillerato, FP Grado Medio y Superior. Lo normal es tener, por ejemplo, más de 30 en ESO y hasta 38 en bachillerato.
Madrid “oferta plazas públicas suficientes de Formación Profesional”
Afirman que se han aumentado las plazas de FP en 50.000 en los tres años de gobierno de Ayuso, pero reconocen que solo 17.000 de ellas son públicas, es decir, solo una de cada tres. Y que se han quedado plazas sin elegir. Dice Ayuso que es porque todos los chicos quieren ir a cocina porque ven MasterChef, una patochada para sonrojarse. El hecho incuestionable es que 29.000 el curso pasado y 33.000 este año han querido estudiar en un centro público y se ha quedado sin plaza ¿Dónde queda aquello de la libertad de elección?
Madrid no regala dinero a los ricos con los cheques escolares
Sostiene Ayuso que la mayoría de los cheques va a familias con menos de 20.000 euros per cápita. Pero, aunque así fuera, no suaviza el escándalo, porque sigue habiendo familias muy ricas que se quedan fuera de lo que llaman “mayoría” que cobran este regalo; y al situar el listón para hablar de mayoría en 20.000 euros anuales, seguimos hablando de que podrían cobrarlo familias con dos hijos que tengan ingresos como el sueldo del presidente del Gobierno. Y no olvidemos que la intención última es engrasar el proceso de robo de alumnado a la pública para transferirlos a la privada.
Madrid “trata bien al profesorado de la educación”
En Madrid no se han recuperado los 18 periodos lectivos. Dicen que van a contratar a 1.266 profesores más, pero lo cierto es que entre el curso 2020/21 y el 2021/22 hay 3.768 profesores públicos menos (datos del MEFP). Para el Curso 2022/23 solo en Secundaria pública habrá 1.000 profesores menos, aunque aumenta un 1,6% el alumnado (según ADIMAD). Como le dijo el presidente de ADIMAD (que ellos sí que saben): “Ossorio no puede mentir a todo el mundo todas las veces”. En Madrid se necesitan 12.216 profesores más (según los cálculos de CCOO) para aplicar los 18 periodos lectivos establecidos en la Ley 4/2019, para bajar las ratios, apoyos y refuerzos, orientadores y coordinadores de bienestar. Y hay una insoportable temporalidad de un 25,22%.
En cuanto a las retribuciones, el profesorado lleva una década con ellas congeladas y ahora vienen con que subirán 75 y 90 euros al profesorado de primaria y secundaria, algo que apenas supone la tercera parte de una inflación que está en el 10,5%. Este maltrato al profesorado, al igual que al personal sanitario, es otra vía para la privatización porque están empezando a faltar profesionales en una serie de espacialidades.
En Madrid “no se adoctrina en los colegios”
El 88% de los centros concertados en Madrid son de confesión católica. El ideario de todos los colegios religiosos es adoctrinador por definición. Es una inversión política a medio plazo. Un consejero de Educación del PP llegó a afirmar que por cada colegio concertado (suelen tener alumnado de 0 a 18 años) que se autorizaba en un barrio o pueblo, subía el voto al PP un 3%. Parece claro el afán de adoctrinar con valores conservadores para conseguir la hegemonía política de las derechas. En Madrid, más bien se censura el currículo por las ideas negacionistas de Ayuso (respeto al cambio climático o el género) y en los libros de texto se pretende invisibilizar a las mujeres y a los invisibles.
Madrid es “un modelo de libertad educativa”
Cuando la desigualdad educativa y social se dispara, una sociedad es menos libre. Es una burla hablar de libertad cuando se defienden privilegios. Cuando hay medio centenar de demandas de las familias que piden nuevos centros públicos y no se construyen, porque el Gobierno autoriza antes centros concertados que aterrizan para hacerse con el alumnado. Y cuando no les queda más remedio que hacerlo por la presión, construyen por fases y convierten en un infierno las obras con infinitos retrasos. Pregunten a los vecinos de Valdebebas, Ensanche de Vallecas, El Cañaveral, Parla, Rivas, Montecarmelo, San Sebastián de los Reyes, Coslada, San Fermín, Fuenlabrada… O a las familias que los tienen a medio construir del Jane Goodall, Yvonne Blake, Mercedes Vera, La luna, Pérez Llorca, etc.
La libertad de Ayuso es el disfraz de la mentira. Ayuso actúa como una liberticida desmantelando la educación pública: no construye los centros públicos demandados, deja sin plaza pública de FP a decenas de miles de alumnos, cierra el ciclo 3-6 años en sus escuelas infantiles en contra de la voluntad unánime de las familias. La única “libertad” de Ayuso en educación es convertir un derecho fundamental en un mercado y permitir la segregación socioeconómica del alumnado. Con su gobierno no estudia quien quiere sino quien puede. ¿Dónde está la libertad de elección, ¿dónde está la igualdad de oportunidades?, ¿dónde la equidad?
La escuela pública es un espacio de libertad. Un lugar donde no puede tener cabida la discriminación por sexo, religión o nivel económico. Creemos en otro modelo que no deje atrás a nadie. Donde se aprenda a convivir y a respetar los derechos humanos y la ciencia. Donde pueden nacer los sueños de niñas y de niños en igualdad. Por eso seguiremos defendiendo una Escuela Pública de todos y para todos. En 2023 habrá elecciones, mientras tanto hay que resistir, denunciar las mentiras y salir a la calle a protestar.