El caso levantado por The Times sobre el comportamiento de algunos trabajadores de Oxfam Gran Bretaña en Haití en 2011 nos remueve. Es intolerable. En cualquier caso y en cualquier organización. Pero más aún en Oxfam, donde tenemos la equidad de género y los derechos de las mujeres como parte esencial de nuestra identidad y de nuestra causa.
Lo primero que siento con este caso y otros, en los que se acosa o se vulnera la dignidad de las mujeres, es indignación, así como una profunda solidaridad con quienes sufren estos hechos.
Lamentablemente, las organizaciones humanitarias como Oxfam no estamos exentas de comportamientos deleznables por parte de algunas personas de nuestros equipos. Además de 30.000 personas voluntarias, en Oxfam contamos con 10.000 trabajadores en todo el mundo. La mayoría están presentes en las crisis humanitarias extremas, salvando vidas en situaciones críticas con entrega, compromiso y profesionalidad. Dicho esto, encontramos casos puntuales de conductas inaceptables e incluso delictivas. Hemos detectado algunos casos de acoso sexual, así como de fraude. Son pocos, pero basta con uno para que debamos actuar con la máxima contundencia.
Actuamos así desde hace años. La experiencia y el compromiso nos han llevado a mejorar nuestros protocolos internos, así como la actuación ante estas situaciones. El hecho recogido por The Times data de 2011 y se trata de un caso abordado por Oxfam Gran Bretaña que fue investigado automáticamente y comunicado a sus respectivas autoridades y donantes. Se tomaron medidas disciplinarias que incluyeron despidos y dimisiones. Todo ello a pesar de que algunas de las informaciones que aparecen ahora en los medios no fueron confirmadas en su momento durante la investigación.
Posiblemente se podría haber hecho más y mejor, aunque no frente a las autoridades haitianas, prácticamente inexistentes en ese tiempo de caos que se produjo tras el terremoto. Hay otras ocasiones en las que los responsables de Oxfam sí hemos acudido y denunciado ante la justicia casos que consideramos constituyen delito y que son susceptibles de ser perseguidos por la justicia local.
La experiencia en casos como éste y nuestro compromiso absoluto con la integridad de nuestros valores y actuaciones, nos ha llevado a fortalecer nuestros protocolos de protección. En Oxfam Intermón, como en otros afiliados a la confederación Oxfam, contamos con mecanismos seguros de denuncia para las personas de la organización. Respondemos a todas las denuncias, que se investigan cuando es el caso, contando con apoyo especializado para ello. Cuidamos a las personas acompañando a las víctimas y tomamos las medidas disciplinarias hacia los miembros del personal implicados.
Como director de una de las organizaciones afiliadas a la confederación Oxfam me siento abatido por estos hechos, siempre, cuando salen a la luz y cuando no. Y siempre hemos demandado que se actúe con la mayor contundencia ante los mismos. Lo que seguiremos haciendo, aprendiendo del pasado y reforzando nuestro compromiso con la integridad, la protección de las personas más débiles y los derechos de las mujeres.