Hoy tenemos una buena noticia para la esperanza: el 22 de enero de 2021 entra en vigor el Tratado para la prohibición de las Armas Nucleares. Este Tratado fue aprobado en la Asamblea General de Naciones Unidas por 122 votos a favor y fue firmado por 84 países. Los países que disponen de armas atómicas como Estados Unidos, Reino Unido, Francia, China o Rusia (que son los miembros permanentes del Consejo de Seguridad de la ONU y con derecho de veto) y los países de la OTAN, incluida España, no asistieron a la votación de esta asamblea, no han firmado el Tratado y se oponen al mismo. A pesar de ello más de 50 Estados ya lo han ratificado y hoy, 22 de enero de 2021, entra en vigor el Tratado y entra a formar parte de la legislación internacional.
Este Tratado es una victoria de la sociedad civil organizada: ha sido fruto de la Campaña Internacional para la Abolición de las Armas Nucleares (ICAN, por sus siglas en inglés), de la que la Liga Internacional de Mujeres por la Paz y la Libertad (WILPF), entre otras muchas organizaciones, forma parte, y cuya labor fue reconocida con el Premio Nobel de la Paz en 2017. El texto del Tratado menciona las consecuencias catastróficas, en términos humanitarios, que conllevaría el uso de armas nucleares, menciona la imposibilidad de atender a las victimas de la catástrofe y recuerda que su uso vulneraría el Derecho Internacional Humanitario. Por tanto, a partir de hoy las armas nucleares son ilegales, será ilegal poseer, desarrollar, desplegar probar, usar o amenazar con el uso de estas. Este tratado proporciona un instrumento muy valioso a la sociedad civil para estigmatizar dichas armas y presionar a los gobiernos que no lo han ratificado a que lo hagan.
Con la ratificación de este Tratado, cada Estado se compromete a no desarrollar, ensayar, fabricar, adquirir, almacenar, estacionar, usar o amenazar con armas nucleares. Cada Estado se compromete a eliminar sus programas nucleares, a desactivar sus armas nucleares y a destruirlas de manera irreversible. El tratado también obliga a los Estados a proporcionar asistencia tanto a víctimas como a los Estados firmantes del Tratado que se vieran afectados por su uso y a la restauración del medio ambiente.
España y los países de la UE no han querido votar el texto del Tratado, ni firmar ni ratificarlo, se han situado dando apoyo a los países que disponen de armas nucleares y a favor de la existencia de estas.
Es el momento de que el Gobierno español decida en qué lado de la historia se quiere situar; en estos momentos está en el lado incorrecto, está con los que apoyan la existencia de armas nucleares, con los que se oponen a este Tratado. Es hora de que nuestro Gobierno apoye la prohibición global y jurídicamente vinculante de las armas nucleares. Corren tiempos peligrosos y la existencia de armas nucleares y su evolución los hacen aún más peligrosos. Es imperativo que libremos al mundo de estas atroces armas antes que ellas hagan desaparecer a los humanos y a otros millones de seres vivos del planeta.
Es momento de que la sociedad civil presione a nuestro Gobierno y a los gobernantes de la UE para que firmen y ratifiquen este Tratado para la prohibición de las Armas Nucleares. También podemos pedir y presionar a los alcaldes de nuestras ciudades, para que se sumen a la Red de Alcaldes y Alcaldesas por la Paz (Mayors for peace) que apoyan municipios libres de armas nucleares.
¡Apostemos por la vida!