La filosofía no es el problema, el problema es para qué queremos educar

Presidenta de la Red Española de Filosofía —
16 de noviembre de 2021 06:01 h

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Últimamente me preguntan mucho por “el problema de la filosofía” y yo suelo contestar que el problema no lo tiene la filosofía, que por cierto, sí se ocupa de muchos problemas, el problema lo tiene el Ministerio de Educación, que continuamente intenta dejar a la filosofía fuera de las aulas. Es cierto que con la nueva ley de educación (LOMLOE o Ley Celaá) se recupera Historia de la Filosofía en 2º de bachillerato en todas las modalidades, pero no por ello es menos despectiva con la filosofía que la Ley Wert (LOMCE), que la suprimió del último curso de bachillerato. En primer lugar, el Ministerio ha eliminado la Ética de 4º de la ESO, más exactamente, ha eliminado la Ética de toda la Enseñanza Obligatoria y, además, nos quiere hacer creer que una materia parecida a la educación para la ciudadanía es ética, ya le digo yo que no lo es. Aclaremos esto: las palabras son importantes y, si en el Ministerio de Educación han querido denominar a esta materia de otro modo y no usar la palabra ética, tienen sus motivos y son los mismos motivos que tiene la comunidad filosófica para rechazar su propuesta, esto es, no se llama ética porque no lo es. 

A pesar de las enmiendas que presentó Unidas Podemos durante la tramitación de la LOMLOE, no se consiguió incluir Ética en la ESO, perdimos esa batalla en el 2020 pero, ahora nos ha llegado el borrador del currículum y comprobamos que tampoco se ha incluido la optativa de Filosofía para el último curso de la Enseñanza Obligatoria. ¿Dónde han quedado los cacareados apoyos del PSOE a la Filosofía y a la enseñanza más humanista e integral que manifestaba cuando estaba en la oposición y se oponía a la Ley Wert? Han ninguneado no solo a la filosofía, también al Parlamento al incumplir el acuerdo del 2018 según el cual debería estar en 4º de la ESO una materia de filosofía, la Ética. Ahora vemos que se permiten menospreciar y no tomar en consideración al alumnado que ha acogido con entusiasmo la optativa de Filosofía en 4º de la ESO. Parece que en las paredes del ministerio hay algo que incita a la expulsión de la filosofía, algo que hace cambiar a sus inquilinos y mirar con recelo la filosofía.

La comunidad filosófica no ha cambiado, seguimos manifestando la necesidad de incluir la Ética, es decir, la filosofía (por si alguien todavía no se ha enterado y cree que ética es lo mismo que religión) en la educación de nuestros jóvenes, seguimos reclamando espacio para la filosofía porque la adolescencia es un momento ideal para darse cuenta de la importancia de hacerse preguntas, un momento ideal para pensar por uno mismo y aprender a valorar el autoconocimiento y adquirir autonomía de pensamiento.

Convendría revisar estos días algunos textos de Martha Nussbaum, la filósofa Premio Príncipe de Asturias en 2012  que tanto ha escrito sobre educación y en especial, sobre la bondad de la pedagogía socrática. Ella nos recuerda que una persona capacitada para tomar decisiones importantes y actuar conforme a argumentos es una persona que no se guía por el rebaño y, por tanto, es una persona muy valiosa para la democracia. Sospecho que en las últimas décadas el Ministerio de Educación no ha pretendido conseguir con sus leyes este tipo de persona y esto es un problema para toda la ciudadanía porque, como dice Nussbaum, el problema con las personas que carecen de esta capacidad crítica es que son altamente influenciables. Dicho en otras palabras, son seres humanos altamente manejables.