Frente al Cambio climático; cambiemos de modelo

Marco Gordillo y Alberto Guijarro

CONGDE /ALIANZA POR EL CLIMA —

Los científicos lo confirman con rotundidad: si no hacemos nada para combatir el cambio climático, a lo largo del siglo XXI seremos testigos de una subida media de temperaturas de entre 2 y 4ºC, con enormes consecuencias ambientales, sociales y económicas. Lo sufriremos en todo el planeta, pero no todos de igual forma.

El cambio climático produce una injusticia con las personas más pobres. Son quienes menos gases de efecto invernadero producen con su estilo de vida, pero las que más sufren las alteraciones climáticas, porque viven en zonas especialmente vulnerables, y disponen de menos medios para protegerse y adaptarse a los cambios. Lluvias erráticas y sequías más prolongadas en el África subsahariana significan más hambre y más sed. La escasez de agua afecta directamente a la salud. Y la menor producción de alimentos agrava la desnutrición infantil. En otros lugares el aumento del nivel del mar obligará a migrar forzosamente a millones de personas, mientras los fenómenos meteorológicos extremos afectarán a los más vulnerables, modificando sustancialmente sus ecosistemas, destruyendo sus medios de vida y sus economías locales.

Para proteger a la humanidad y a nuestro planeta prestando especial atención a las personas más pobres y vulnerables es necesario un cambio de rumbo, es urgente, que nos dirija hacia un modelo global de desarrollo más justo y ambientalmente sostenible. Y eso requiere pasos firmes y coordinados para caminar hacia un modelo energético renovable, eficiente, sostenible y justo, que garantice el acceso universal a la energía. Una transición justa exige garantizar nuevas oportunidades de empleo de calidad. Proteger la vida de los más vulnerables implica destinar recursos para dotarles de herramientas, capacidades, infraestructuras y alternativas para adaptarse a los cambios provocados. Luchar contra el cambio climático supone erradicar el modelo de negocio de grandes corporaciones basado en la producción y el uso de energías contaminantes.

Todo ello requiere de políticas públicas claras, consistentes, rotundas, sostenibles, y el papel y la responsabilidad de nuestros líderes políticos es inexcusable para hacer frente a los cambios necesarios.

El próximo mes de diciembre se reúnen en la Conferencia de Cambio Climático de París los líderes de todo el mundo, que deben tener el coraje y la voluntad política para alcanzar un acuerdo:

- ambicioso, que garantice una reducción de emisiones suficiente y al ritmo necesario para evitar superar los límites planetarios, y que nos encamine hacia una sociedad global con cero emisiones, con un modelo energético limpio, sostenible y renovable.

- justo, en el que se proteja la dignidad de las personas más pobres y vulnerables, asumiendo que el cambio climático es un problema de todos, pero la responsabilidad de los países es muy diferente, dependiendo de su situación económica, de desarrollo y de emisión histórica de gases

- legalmente vinculante, en el que los compromisos a los que se llegue sean obligatorios para todos los países, estableciendo tiempos de cumplimiento y mecanismos de seguimiento y verificación.

Para conseguir todo esto el papel de la ciudadanía es clave, por lo que miles de organizaciones en todo el mundo estamos convocando en ciudades de todo el planeta una Marcha Mundial por el Clima el próximo 29 de noviembre. Ese día, las más de 400 organizaciones que formamos la Alianza por el Clima en España organizaremos una marcha en Madrid a las 12h, de la Plaza de Cibeles a la Puerta del Sol, bajo el lema “Frente al cambio climático, cambiemos de modelo”, que se unirá a otras marchas que se celebrarán en otras ciudades de todo el Estado y a las convocadas por otras plataformas y organizaciones en todo el mundo.

Porque no sólo sabemos que necesitamos cambiar, sino también que podemos conseguirlo. Hoy contamos con la tecnología necesaria para un cambio de modelo energético, pero nosotros somos parte del cambio que necesitamos. Qué medio de transporte usamos, qué comemos y qué tipo de agricultura favorecemos, qué uso hacemos de la energía, cuáles son nuestros hábitos de consumo y cómo los hacemos más sostenibles…

Trabajemos juntos por construir el mundo que queremos, y exijamos a nuestros gobernantes altura de miras en París, y un acuerdo ambicioso, justo y vinculante.