Igualdad desde el corazón

Comisaria Europea de Igualdad —
16 de septiembre de 2023 06:01 h

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En los meses de verano se reúnen personas de todo el mundo para celebrar el Orgullo en sus respectivos países, ciudades y pueblos. Este evento nos brinda la oportunidad de reflexionar sobre la situación de igualdad de las personas LGBTIQ en nuestros propios entornos y sobre la manera de mejorarla. A través de la visibilidad y la sensibilización, los actos del Orgullo promueven el cambio social y facilitan la comprensión de las cuestiones LGBTIQ.

Hoy comienza el Europride u Orgullo Europeo, culminación de las celebraciones del Orgullo en Europa, que este año se celebra en La Valeta. Como comisaria de Igualdad de la UE, he asumido la responsabilidad de asistir a todas las celebraciones del Europride y del Orgullo Mundial que han tenido lugar durante mi mandato —incluso, durante la pandemia, en línea— con el fin de reafirmar que los derechos de las personas LGBTIQ son derechos humanos y de manifestar mi solidaridad con las personas LGBTIQ en todo el mundo. Me motivan el hecho de que la discriminación y el odio contra las personas LGBTIQ siguen siendo una lamentable realidad y la certeza de que el Orgullo sigue constituyendo una de las armas que permiten luchar contra los estereotipos y las falsas ideas. 

Durante el mandato de la actual Comisión adoptamos la primera Estrategia para la Igualdad de las Personas LGBTIQ con el propósito de avanzar, como sociedades europeas, hacia una significativa reducción del estigma y la discriminación a los que se enfrentan las personas LGBTIQ. Según la última encuesta del Eurobarómetro, cerca del 70% de los ciudadanos de la UE considera que las personas lesbianas, gais, bisexuales, transgénero e intersexuales deben tener los mismos derechos que cualquier otra persona. Este resultado es esperanzador, pero también pone de relieve las recurrentes dificultades que implica el significativo porcentaje de encuestados que siguen sin estar convencidos de que la igualdad de derechos, tanto sobre el papel como en la práctica, debe ser nuestro destino colectivo. 

En los últimos años han aumentado a escala mundial la incitación al odio y los delitos motivados por el odio contra las personas LGBTIQ y las organizaciones que las apoyan. Europa no es una excepción, ya que, según la última y tercera encuesta sobre las personas LGBTIQ, el 40% de los encuestados sufrieron acoso en el año anterior a su participación en la encuesta.

Dado que la violencia, la discriminación y la incitación al odio contra las personas LGBTIQ constituyen un problema europeo, mi misión es encontrar una solución europea. La transformación social casi nunca se produce por sí sola y suele, en cambio, exigir un esfuerzo coordinado. Nos corresponde iniciarla y promoverla y mantener nuestros esfuerzos a través de la acción. 

La Estrategia de la UE para la Igualdad de las Personas LGBTIQ se concibió, por lo tanto, con el fin de responder a la inquietud que suscitan en Europa los ataques a la igualdad por motivos de orientación sexual, identidad de género, expresión de género y características sexuales. Nos orienta a la hora de tomar medidas para reforzar la protección jurídica y la efectiva aplicación de las normas de la UE contra la discriminación, garantizar la protección de los ciudadanos LGBTIQ frente a la incitación al odio y la violencia, también en el entorno en línea, y capacitar a la sociedad civil para liderar el cambio que queremos ver surgir desde la base. Sobre todo, el liderazgo europeo contribuye al empoderamiento de las iniciativas nacionales y municipales en favor de la igualdad. 

A lo largo de los últimos tres años, hemos propuesto normas comunes vinculantes para los organismos de igualdad con el fin de reforzar sus competencias y su independencia, lo que les permitirá estar mejor equipados para actuar contra la discriminación. Hemos propuesto una armonización de las normas nacionales en materia de filiación para garantizar el respeto y la protección de los derechos fundamentales de todos los menores en situaciones transfronterizas en el conjunto de la UE. Si bien estas normas no son específicas para el colectivo LGBTIQ, no hay duda de que repercutirán de forma positiva en los hijos de parejas del mismo sexo, los cuales sufren un número desproporcionado de problemas en las situaciones transfronterizas. 

Además, hemos propuesto añadir la incitación al odio y los delitos de odio —y, entre ellos, los cometidos contra las personas LGBTIQ— a la lista de delitos de la UE. Por otra parte, hemos financiado más de cien proyectos ejecutados por organizaciones de la sociedad civil para promover la igualdad de las personas LGBTIQ. 

Hay algo que está claro: la lucha contra la desigualdad en la UE es una responsabilidad compartida que requiere unos esfuerzos conjuntos y una actuación en todos los niveles. Las instituciones y agencias de la UE, los Estados miembros —incluidas las autoridades regionales y locales—, los organismos para la igualdad, la sociedad civil y las empresas deben reforzar su implicación para alcanzar los objetivos de la Estrategia. 

Soy consciente de que, durante el actual mandato, varios de estos socios han intensificado su labor de defensa de la diversidad en general y de la igualdad de las personas LGBTIQ en particular. En esta actividad se incluye la adopción, por parte de los Estados miembros, de estrategias y planes de acción nacionales para las personas LGBTIQ que han arrojado resultados concretos. Les insto ahora a que aprueben la propuesta de Directiva sobre igualdad de trato para evitar la discriminación en la protección social, la educación y el acceso a bienes y servicios. 

Solo me queda desear a todos los participantes en la EuroPride un ¡feliz día del Orgullo Europeo!