Este miércoles arranca en el Reino Unido la primera cumbre mundial sobre la seguridad de la Inteligencia Artificial (IA), en la que se abordará un asunto que nos afecta a todos: en qué fase se encuentra su desarrollo y hacia dónde queremos que avance de forma segura.
La IA promete transformar nuestras vidas, pero la pregunta es: ¿qué es realmente? En pocas palabras, es la capacidad de una máquina para imitar la inteligencia humana y realizar tareas como el aprendizaje, el razonamiento y la toma de decisiones de forma autónoma. El término se utilizó por primera vez en 1956 en EEUU, cuando empezaban a aparecer los primeros ordenadores digitales en los laboratorios universitarios, y desde entonces no ha parado de evolucionar.
Los ejemplos de su aplicación son innumerables, y por supuesto, a menudo son ejemplos positivos: por mencionar algunos, investigadores de la Universidad de Edimburgo han desarrollado un casco que utiliza IA para ayudar a los bomberos a encontrar y rescatar víctimas más rápidamente. Un equipo del King's College de Londres trabaja en aplicar la IA para leer los escáneres pulmonares y predecir con mayor precisión si un cáncer es resistente al tratamiento. La IA también puede servir para ayudar a los países y a las organizaciones mundiales a prevenir las crisis, tal y como expuso el ministro británico de Exteriores en la última Asamblea General de Naciones Unidas.
Pero no nos engañemos, la IA también tiene sombras, y puede utilizarse para causar daño: la información falsa, la creación de imágenes sensibles o los ciberataques están a la orden del día y a un simple clic de distancia.
Existe un reto aún mayor: los modelos más sofisticados de IA, aquellos tan avanzados que sus creadores ni siquiera pueden explicar o predecir dónde están sus límites. Esto nos lleva a preguntarnos: ¿hasta dónde puede llegar la IA? ¿podría sobrepasar la comprensión humana? ¿podría escapar a nuestro control? Y más aún: ¿vamos por buen camino?
Estas son las preguntas a las que tratará de dar respuesta la cumbre que comienza este miércoles en el icónico Bletchey Park, la instalación militar en el sur de Inglaterra donde el matemático Alan Turing descifró el código Enigma de la Alemania nazi. Un lugar histórico para una cumbre histórica: por primera vez se reunirán líderes mundiales, empresas tecnológicas y la sociedad civil para abordar de manera conjunta los riesgos más extremos y cómo el mundo debería afrontarlos. Un encuentro en el que contaremos con la participación española de la secretaria de Estado de Digitalización e Inteligencia Artificial, Carme Artigas.
Ningún país podrá mantenerse ajeno a su impacto y ningún país por sí solo resolverá los desafíos que plantea. De ahí el enfoque global de esta cumbre.
Las conversaciones se centrarán en acordar cuáles son y cómo afrontar los riesgos principales que provienen del uso indebido de la IA -por ejemplo, cuando se utiliza para crear armas biológicas o ciberataques- y los que podría suponer la aparición de sistemas que escapen al control humano.
La IA crece exponencialmente y desconocemos sus límites y posibilidades. Por ello, mientras tratamos de seguir el ritmo de los avances de hoy, no debemos perder de vista la IA del mañana. Ignorar el asunto sería una oportunidad perdida.
El Gobierno británico ha hecho del impulso global de esta tecnología transformadora una de sus prioridades, y recientemente presidió la primera sesión del Consejo de Seguridad de la ONU sobre IA. Porque la colaboración internacional es la piedra angular de nuestro enfoque sobre el futuro de la IA, y por eso acogemos esta cumbre: para que todos podamos disfrutar de forma segura de los beneficios que nos puede aportar.