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El liderazgo de Sánchez en la Unión Europea

Presidente de la Conferencia Eurocentroamericana
El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, durante la rueda de prensa posterior a la cumbre de jefes de Estado y de Gobierno de la Unión Europea
20 de febrero de 2021 06:00 h

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La Comisión Europea ha anunciado que España será el país con mayor crecimiento de la UE con un 5,6% en 2021 y el 5,3% en 2022. Una noticia cuya trascendencia y derivadas - no solo económicas sino también políticas - no ha pasado desapercibida ni en las capitales ni en los principales diarios económicos de los 27 socios europeos. Estos datos consolidan la posición española como la cuarta economía de la UE, que cuenta además con la red de seguridad de los 140.000 millones de euros del fondo de respuesta a la COVID-19 “Next Generation UE”. Hay que recordar ahora que algunas voces de la oposición - como Aznar en 1992 al calificar de “pedigüeño” a Felipe González en plena negociación de los fondos de cohesión no han contribuido a la llegada de estas ayudas europeas ni con sus declaraciones durante la Cumbre de Bruselas ni en la reciente votación en el Congreso de los Diputados.

Moncloa ha situado desde 2018 a varios españoles en Bruselas decisivos para la aprobación del fondo de recuperación postCOVID-19 así como en la creciente influencia en la UE postBrexit. España tiene -a diferencia de la crisis financiera de 2008- la Vicepresidencia de la Comisión Europea y el Alto Representante de Política Exterior que ostenta Josep Borrell y a Iratxe García como la Presidenta del Grupo “Socialistas & Demócratas” que con 150 diputados son la segunda fuerza de la Eurocámara. La intervención de Borrell y de García han decantado la balanza en múltiples acuerdos en el seno de la Comisión y el Parlamento. A mayores en el área económica España está reforzada al ejercer sendas vicepresidencias en el Banco Central Europeo y en el Banco Europeo de Inversiones.

Madrid ha hecho valer también su recuperada interlocución con Latinoamérica, que con más de 700 millones de consumidores es un socio económico prioritario para la UE. La renovación de los acuerdos comerciales europeos con México y Chile así como la esperada ratificación del acuerdo con Mercosur llevan el sello inequívoco de la diplomacia española. La reunión ministerial de los países de América Latina y la UE del pasado diciembre en Berlín bajo la Presidencia alemana visualizó el calado de esta relación transatlántica: 800.000 millones de euros de inversiones europeas en la región en 2018 y el tercer socio comercial tras EEUU y China.

España es la 12ª economía del mundo -reforzada tras las previsiones de crecimiento para 2021 y 2022- y desempeña un activo papel en la nueva geopolítica postCOVID-19. En Naciones Unidas la influencia de la diplomacia española se reflejó en la Cumbre de El Pardo que el pasado noviembre reunió, entre otros, a los presidentes y primeros ministros de Suecia, Canada, Sudáfrica, Bangladesh, Corea del Sur, Senegal y Nueva Zelanda así como al Secretario General de la ONU, el ex primer ministro socialista portugués António Guterres, en una nítida apuesta multilateralista. La presencia económica y cultural en Africa o Asia-Pacífico, antes anecdótica, es especialmente visible tanto a nivel empresarial (energía, construcción, etc.) como en la apertura de nuevas sedes del Instituto Cervantes. Un dato para no olvidar: La segunda lengua extranjera mas demandada en las universidades y grandes empresas chinas, japonesas y surcoreanas es el castellano.

El creciente liderazgo de Madrid en la UE tiene a favor también el triunfo del demócrata Joe Biden que augura una clara sintonía entre la nueva Casa Blanca y Moncloa. El expresidente Obama expresó en 2018 tras reunirse con Sánchez su admiración por las innovadoras políticas progresistas y medioambientales en España. En Bruselas se da por descontado que el español será uno de los invitados europeos de la administración demócrata en la primavera de 2021 a la “Cumbre de las Américas”. La Casa Blanca ya ha enviado mensajes para contar con los buenos oficios de España en algunos de los dossieres - Cuba, Venezuela, Brasil y la Amazonía, etc.- que abordará esta Cumbre que reunirá en Washington a los líderes de los países del hemisferio occidental.

La decisión de la canciller Angela Merkel de no optar a la reelección este próximo septiembre abrirá grandes incertidumbres en Alemania. La agónica victoria en segunda vuelta en el congreso democristiano este enero del sucesor oficioso de la canciller, el moderado Armin Laschet -el candidato mas votado en primera vuelta fue un duro en inmigración y antieuropeísta - hace presagiar el fin de la “Grossen Koalition” del SPD y la CDU. Los analistas coinciden -desde el diario conservador “Frankfurter Allgemeine Zeitung” al semanario progresista “Der Spiegel”- en dibujar tras las elecciones una amplia fragmentación del Bundestag y una etapa de prolongada inestabilidad en Berlín. 

Mientras, un Emmanuel Macron con sombrías perspectivas tras la revuelta de los “chalecos amarillos” esta apostando por un repliegue nacionalista de Francia. No sólo en política interior con medidas contra el “secesionismo islámico” o el endurecimiento de las leyes de seguridad. Las reticencias al acuerdo comercial UE-Mercosur o a las negociaciones de adhesión con Albania y Macedonia del Norte - claves para la estabilidad de los Balcanes - han causado profundo malestar en Bruselas. Este giro de la diplomacia gala muestra el nerviosismo ante el ascenso de la extrema derecha de Marine Le Pen. Macron también teme en 2022 a una posible candidatura de la izquierda y los ecologistas al Palacio del Elíseo encabezada por la alcaldesa socialista de París, la francoespañola Anne Hidalgo.

España aparece este 2021 -ante la retirada de Merkel y la incógnita Macron- como la principal opción en el continente para asumir el liderazgo de la Unión Europea. Madrid es valorada en los centros de mando de las instituciones comunitarias -el Consejo, la Comisión y el Parlamento- como un actor confiable y central en la gobernanza europea. A favor de Moncloa juegan la salida del Reino Unido, la inestabilidad italiana - con un débil gobierno técnico encabezado por Draghi, ex presidente del BCE - y el enfrentamiento crónico con Bruselas de Polonia y sus aliados iliberales del “Grupo de Visegrado”. El presidente Sánchez se posiciona en este escenario - con el aval de la solida recuperación anunciada por la Comisión Europea - como el referente de la mayoría de los estados y las instituciones comunitarias para liderar la UE tras el Brexit y - vacunas mediante - el fin de la epidemia del COVID-19.

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