El mundo afronta una crisis sin precedentes. En solo unas pocas semanas, la pandemia de la COVID-19 se ha extendido por todo el mundo y ha causado una tremenda tragedia humana y un revés económico histórico del que todavía desconocemos su impacto completo.
Nuestras sociedades se han confinado, las fronteras han sido cerradas, el desempleo aumenta y las empresas están en plena lucha. El foco está situado actualmente en la lucha contra la pandemia y sus consecuencias inmediatas. Sin embargo, deberíamos empezar a prepararnos para reconstruir la economía y preparar los necesarios planes de recuperación para conseguir un progreso sostenible y renovado y traer prosperidad de nuevo a Europa y sus ciudadanos.
Mientras hacemos esto, no debemos perder de vista las persistentes crisis climática y ecológica. Crear el momentum para librar esta batalla debe mantenerse en lo alto de la agenda política. La lección que se extrae de la crisis de la COVID-19 es que la reacción temprana es esencial. De esta manera, necesitamos mantener la ambición para mitigar los riesgos y costes de la inacción ante el cambio climático y la pérdida de biodiversidad.
No podemos permitirnos retrocesos que pueden tener efectos perjudiciales en nuestro clima, nuestra biodiversidad y el medio ambiente además de sobre la salud de la humanidad y nuestras economías. Estas crisis nos recuerdan que las respuestas deben ser concertadas mediante una respuesta europea común.
La capacidad de la Unión Europea para actuar depende en gran medida de nuestra habilidad para trabajar juntos de forma solidaria para construir un puente entre la lucha contra la COVID-19, la pérdida de biodiversidad y el cambio climático. Así, celebramos que los jefes de Estado y de Gobierno, el 26 de marzo invitaran a la Comisión a que comenzara a trabajar en un plan europeo de recuperación que integrara la transición ecológica y la transformación digital.
Llamamos a la Comisión a utilizar el Green Deal europeo como marco para este ejercicio y, de este modo, mantener ese momentum implementando sus iniciativas. El Green Deal supone una nueva estrategia de crecimiento para la Unión Europea, capaz de conseguir los beneficios de la estimulación económica y la creación de empleos mientras se acelera la transición ecológica de una manera eficiente. Por ejemplo, el objetivo de la neutralidad climática para 2050 así como un marco político sólido aseguran un medio ambiente con inversiones estables y de futuro para las empresas europea que es una precondición esencial para el crecimiento verde y la creación de trabajos.
Además, animamos a la Comisión a que contemple el Green Deal y su plan de inversiones, que pude ser impulsado, para empujar la recuperación verde y una transición justa. Necesitamos incrementar las inversiones, especialmente en los campos de la movilidad sostenible, la energía sostenible, la renovación de edificios, la investigación e innovación, la recuperación de la biodiversidad y la economía circular.
El Green Deal nos proporciona una hoja de ruta para tomar las decisiones correctas para responder ante la crisis económica al tiempo que Europa se convierte en una economía sostenible y neutral con el clima. Deberíamos resistir las tentaciones de las soluciones a corto plazo para afrontar esta crisis que amenazarían con encadenar la Unión Europea a una economía de los combustibles fósiles durante décadas.
En su lugar, debemos mantenernos firmes para incrementar los objetivos de la Unión para 2030 antes de que acabe este año cumpliendo el calendario del Acuerdo de París a pesar de que la cumbre climática de 2020 (la COP26) se haya pospuesto e inspirar a otros agentes globales para que eleven su ambición también.
Desde ese punto de vista, nos complace que la Comisión esté en el camino para presentar en septiembre de este año un plan de impacto para aumentar esa ambición europea y recortar las emisiones de gases de efecto invernadero entre un 50 y un 55% en comparación con los niveles de 1990. Además, necesitamos mantener y reforzar las regulaciones como el Sistema de Comercio de Emisiones, los estándares ambientales y las políticas sectoriales y hacerlas más efectivas a la hora de reducir las emisiones de la manera más eficiente al tiempo que sean una ruta para que los negocios europeos se adentren en un futuro verde de economía circular.
Necesitamos enviar una señal política fuerte al mundo y a nuestros ciudadanos de que la Unión Europea liderará con su ejemplo, incluso en momentos difíciles como el actual, e iluminará el camino hacia esa neutralidad climática y el cumplimiento del Acuerdo de París.
En ese mismo sentido, la acción urgente para proteger y conservar la biodiversidad debe ser un elemento clave de nuestra respuesta a la crisis global tanto de salud como ecológica y un aspecto crucial para asegurar la supervivencia a largo plazo y el bienestar de nuestras sociedades.
Firmantes:
Leonore Gewessler. Ministra federal para la Acción Climática, el Medio Ambiente, la Energia, Mobilidad, Innovación, y Tecnología de Austria.
Dan Jørgensen. Ministro de Clima, Energía e Infraestructuras de Dinamarca.
Krista Mikkonen. Ministra de Medio Ambiente y Cambio Climático de Finlandia.
Sergio Costa. Ministro de Medio Ambiente, Tierra y Mar de Italia.
Juris PÅ«ce. Ministro de Protección Ambiental y Desarrollo Regional de Letonia.
Carole Dieschbourg. Ministra de Medio Ambiente, Clima y Desarrollo Sostenible de Luxemburgo.
Carole Dieschbourg. Ministra de Asuntos Económicos y Política Climática de Holanda.
João Pedro Soeiro de Matos Fernandes. Ministro de Medio Ambiente y Acción Climática de Portugal.
Teresa Ribera Rodríguez. Vicepresidenta cuarta del Gobierno y ministra de Transición Ecológica y Reto Demográfico de España.
Isabella Lövin. Ministra de Medio Ambiente y Clima y viceprimera ministra de Suecia.