El Parlamento Europeo ha votado esta semana su postura sobre la Ley del Clima previa a las negociaciones con el Consejo y la Comisión Europea en los diálogos tripartitos, de donde saldrá el texto definitivo de la futura ley.
La Ley del Clima aprobada por la Eurocámara es un instrumento legal decisivo e histórico en la lucha contra el cambio climático, que representa uno de los mayores retos de nuestra historia. Es además un texto ambicioso a la altura de la transición ecológica, energética y justa que necesitamos.
Esta ley, que fue una iniciativa impulsada por los socialdemócratas en el Parlamento Europeo, establece el marco jurídico y la trayectoria que la Unión Europea ha de seguir para alcanzar la neutralidad climática en 2050, a la que se ha comprometido.
Con la fijación de un objetivo de reducción de emisiones de un 60% a 2030, que va más allá de la propuesta de la Comisión Europea de un 55% y que aumenta considerablemente el actual objetivo del 40%, el texto aprobado da la respuesta que la sociedad, los científicos y los activistas medioambientales estaban esperando: los compromisos políticos de actuar de manera urgente, coherente, ambiciosa y sin dejar a nadie atrás, han de ser obligaciones jurídicamente vinculantes.
Con el texto aprobado, el Parlamento Europeo envía un claro mensaje a la Comisión Europea y al Consejo de la UE ante las próximas negociaciones: queremos que la futura Ley del Clima obligue a todos los Estados miembros a ser climáticamente neutros de aquí a 2050, queremos objetivos intermedios ambiciosos en respuesta a la emergencia climática y medioambiental que declaramos en noviembre de 2019 y a las demandas científicas y ciudadanas, y queremos un control efectivo y robusto de la evolución de las trayectorias y de las medidas políticas adoptadas al efecto.
Son muchos los logros socialistas de este informe. Además de objetivos intermedios ambiciosos, los socialistas hemos conseguido introducir la creación de un presupuesto de carbono y hemos logrado adoptar las bases para la creación del Consejo Europeo del Cambio Climático (ECCC) que irá evaluando el progreso de la UE en el camino a la neutralidad climática teniendo en cuenta en cada momento los conocimientos científicos más actualizados al establecer las medidas para alcanzarla.
Asimismo, la eliminación gradual de los subsidios a los combustibles fósiles a más tardar en 2025, sin repercutir en los esfuerzos por combatir la pobreza energética, y la interconexión entre las crisis climática y medioambiental con el fortalecimiento de las disposiciones para la adaptación al clima y la promoción de soluciones basadas en la naturaleza, son principios recogidos en el texto aprobado.
La aprobación del informe del Parlamento supone un paso firme en la fijación de los contenidos y objetivos de esta futura ley. No obstante, tras su aprobación por el Parlamento comienza la etapa más determinante para el futuro climático de Europa y del planeta: las negociaciones con el Consejo y la Comisión. El texto final que se apruebe ha de marcar las pautas para alcanzar una economía europea sostenible, un continente climáticamente neutro y verde y una sociedad consciente y concienciada con los límites de nuestro planeta. Esperemos que las otras dos instituciones comunitarias estén a la altura de la ambición necesaria para revertir el peligroso aumento de temperaturas y sus devastadores impactos.