¿Por qué las niñas no quieren estudiar ciencias?
Hoy se celebra el Día Internacional de la Mujer y la Niña en la Ciencia. La existencia de este día nos brinda una oportunidad para reflexionar sobre la baja presencia de la mujer en muchas áreas científicas y la falta de vocaciones femeninas en ciencia.
Aunque en España las mujeres suponen más de la mitad de las matrículas universitarias, su presencia en estudios técnicos de ingeniería o ciencias físicas no supera el 25-30%, porcentaje que no sólo no ha aumentado en los últimos años, sino que en algunos casos ha disminuido. El desapego hacia estos estudios comienza a edades más tempranas. Sólo un 7% de las chicas de quince años quiere dedicarse a profesiones técnicas, porcentaje que se triplica en el caso de los chicos.
Existen evidencias que indican que detrás de esta falta de interés de las chicas hay un problema complejo. Además de una menor inclinación a las carreras técnicas por parte de las chicas, a los quince años existen también diferencias en el rendimiento en función de las asignaturas y el género. Según datos del informe PISA si bien las chicas sobrepasan claramente a los chicos en capacidad lectora, su rendimiento en matemáticas y en ciencias es menor. Esto ocurre tanto en España como en promedio en los países de la OCDE. Diferentes estudios muestran que las diferencias en el rendimiento en matemáticas y en ciencias dependen del grado de igualdad existente en el país y están influenciadas por estereotipos sociales que determinan la actitud de las chicas ante estas materias.
Entre ellos, un estudio realizado con alumnos de secundaria franceses encontró que las chicas realizaban peor un mismo ejercicio si se les decía que era de Geometría que cuando creían que era de Dibujo, mientras que no encontraron diferencias significativas en el caso de los chicos. También el informe PISA alerta de la ansiedad a las matemáticas que declaran sentir las niñas, muy por encima de la que declaran sus compañeros varones, y la sitúa en el origen del menor rendimiento.
Las Matemáticas, Física e Ingeniería suelen considerarse materias difíciles y de las personas que se dedican a ellas se piensa que son brillantes. Es habitual que la imagen de una persona especialmente brillante se asocie a los hombres. Especialmente preocupantes son las conclusiones de un estudio, publicado hace tan sólo dos semanas, que encuentra que las niñas comienzan a desarrollar la idea de que las mujeres son menos brillantes con tan sólo seis años.
Los motivos que llevan a esta percepción son variados e implican a toda la sociedad. Ya en la infancia algunos juguetes están estereotipados. Los de ciencia y tecnología se dirigen más a niños que a niñas. De hecho la popularización de los ordenadores personales en los años 80 trajo consigo una clara disminución del porcentaje de mujeres matriculadas en informática.
La actitud de personas adultas cercanas a las niñas también refleja una visión estereotipada de la ciencia. Aún hoy en día, los padres tienen expectativas diferentes para las futuras profesiones de sus hijos e hijas, inclinándose por las carreras técnicas de forma prioritaria en el caso de sus hijos varones. Estudios realizados en diferentes países revelan sesgos en las evaluaciones que realizan los profesores de primaria y secundaria y muestran que sobrevaloran a las niñas en asignaturas de letras. En algunos de estos estudios se han detectado claros sesgos en contra de las chicas en la evaluación de los exámenes de físicas y matemáticas, que influirían en la elección de las asignaturas por parte de estas en años posteriores. Estos sesgos son inconscientes y sólo afloran cuando se realizan estudios estadísticos.
Los estereotipos se alimentan de la falta de visibilidad de las mujeres en la ciencia. Las niñas casi no tienen roles femeninos en los que reflejarse. Las mujeres han hecho y siguen haciendo contribuciones muy notables a la ciencia y la tecnología. Sin embargo, con la excepción de Marie Curie, pocas veces se habla de sus descubrimientos y apenas se las conoce. Que las mujeres aparezcan como expertas en las noticias de ciencia ayudaría a eliminar estereotipos, pero su presencia es escasa.
Conocer nuestros propios sesgos y proporcionar roles de género en ciencia es fundamental para fomentar las vocaciones científicas en las niñas. La Iniciativa 11 de Febrero conmemora el Día Internacional de la Mujer y la Niña en Ciencia con cerca de 300 actividades en toda España que visibilizan a las mujeres científicas y a las que está invitada toda la ciudadanía. Dentro de la iniciativa y en el día a día el papel del profesorado es clave para hacer llegar la labor de estas científicas y para favorecer dinámicas en clase que acerquen a las niñas a la ciencia.
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La fotografía de este artículo es de Betsi Weber CC.