Desde la primera Nuit Debout el pasado 31 de marzo se han multiplicado las referencias al “15M francés” y a los “indignados franceses”. Estas etiquetas transmiten la idea de que el movimiento francés es una mera copia del nuestro, y es cierto que entre ambos movimientos hay similitudes pero también importantes diferencias.
El surgimiento
Ambos movimientos comenzaron con la ocupación de una plaza céntrica de la capital -Sol en Madrid y République en París- después de una manifestación. En Madrid fue la marcha convocada el 15 de mayo de 2011 por el colectivo Democracia Real Ya; en París la ocupación de République comenzó tras la huelga general del 31 de marzo y la multitudinaria manifestación convocada por sindicatos y otras organizaciones sociales contra la reforma laboral del gobierno socialista de François Hollande. Tanto el 15M como Nuit Debout se extendieron pronto a otras ciudades; en Francia ya se celebran asambleas en más de cincuenta localidades, y en ambos casos se produjeron réplicas en otros países. Otro elemento en común del surgimiento de ambos movimientos es que sus primeros pasos fueron impulsados por un reducido grupo de personas pero su éxito fue bastante inesperado. Si en el caso español fue el colectivo Democracia Real Ya el que convocó la manifestación del 15 de mayo, en Francia todo empezó el pasado 23 de febrero, cuando el equipo de redacción de la revista Fakir, convocó una reunión para responder a la pregunta “¿Cómo darles miedo?”. El objetivo era buscar la manera de unir las luchas sociales dispersas que han surgido en Francia en los últimos meses (contra la construcción de un aeropuerto en la zona protegida de Notre-Dame des Landes, la represión sufrida por sindicalistas y el estado de emergencia, entre otras). Tras la reunión, a la que acudieron cientos de militantes de diversas organizaciones, un pequeño grupo de personas de diversas procedencias se reunió en un bar muy cerca de la plaza de République. Ahí se puso el germen del colectivo Convergencia de Luchas, que convocó la Nuit Debout del 31 de marzo.
El contexto político
Los dos movimientos surgieron en países con gobiernos socialdemócratas que traicionaron radicalmente sus programas para plegarse a las exigencias austeritarias de la Unión Europea. En el caso español, en mayo de 2010 el gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero había asumido por completo la agenda de recortes y desregulaciones impuesta por Angela Merkel y sus aliados en las instituciones europeas. En Francia, el presidente Hollande ganó las elecciones de 2012 diciendo que el mundo de las finanzas era su “enemigo” y ahora su gobierno está imponiendo unas políticas de privatizaciones, desregulación y recortes sociales que Nicolas Sarkozy nunca se atrevió a proponer cuando estaba en el poder. Esto se une a la deriva autoritaria liderada por el primer ministro Manuel Valls, que ha aprovechado el terrorismo sufrido por Francia en el último año para reforzar el poder de la policía y reprimir a los movimientos sociales mediante la declaración del estado de emergencia.
Los motivos de la protesta
La manifestación del 15 de mayo de 2011 tenía el lema genérico “No somos mercancía en manos de políticos y banqueros” y planteaba básicamente tres ejes de demandas: el fin de las políticas de austeridad, la profundización del sistema democrático y la lucha contra la corrupción. Además, el 15M vino precedido por otras movilizaciones como la huelga general de septiembre de 2010 y la manifestación de Juventud Sin Futuro de abril de 2011. Por el contrario, el movimiento Nuit Debout ha nacido en el marco de un ciclo de movilizaciones contra una política concreta: la reforma laboral impulsada por Manuel Valls e inspirada en la que el PP aprobó en España en 2012. Sin embargo, desde el principio las asambleas de Nuit Debout proclamaron que su movimiento no se limita al rechazo de la reforma laboral, sino que pretende una impugnación más amplia de las políticas de austeridad y del sistema político francés. Este es otro importante punto en común con el 15M.
La composición social del movimiento
Tanto el 15M como la Nuit Debout tuvieron al principio una composición básicamente urbana y de clase media; las clases populares eran minoría en Sol y lo son en République. Sin embargo, la diversidad social del 15M se fue incrementando con su extensión territorial y la clase trabajadora y migrante acabó convirtiéndose en protagonista de los movimientos sociales españoles, gracias sobre todo a la Plataforma de Afectados por la Hipoteca. En Francia, la extensión de las ocupaciones de plazas a los suburbios de París y otras grandes ciudades es una obsesión de los impulsores del movimiento Nuit Debout. Por eso, en el multitudinario mitin del 9 de abril en République no hablaron solo sociólogos y sindicalistas, sino también Almamy Kanouté (activista negro de un suburbio de París) y Amal Bentounsi, hermana de un joven muerto por un disparo de un policía que luego fue absuelto y símbolo de la lucha contra la violencia policial racista en Francia. Además, intervino un representante de una asociación de apoyo a refugiadas y refugiados, mostrando la clara apuesta de Nuit Debout por la defensa del derecho al asilo en una sociedad en la que hasta ahora la xenofobia del Frente Nacional parecía imparable.
La relación con los sindicatos
Una diferencia fundamental entre España y Francia es que allí los sindicatos siguen siendo organizaciones poderosas, capaces de sacar a la calle a millones de personas en ciclos de movilización que se suelen extender durante varios meses. El movimiento Nuit Debout tiene el reto de mantener una compleja relación de autonomía y colaboración respecto a los sindicatos, lo que se plasmó en la presencia de militantes sindicales en el mitin del 9 de abril. Habría sido impensable imaginar en Sol un acto de este tipo teniendo en cuenta la fuerte deslegitimación de los sindicatos en la sociedad española, pese al efímero resurgimiento que vivieron con las huelgas generales contra el Gobierno de Mariano Rajoy. Al menos por ahora, Nuit Debout no puede pretender sustituir a los sindicatos como principal actor de la movilización y no tiene ningún interés en enfrentarse a ellos, pero sí puede conseguir radicalizar las protestas tanto en su contenido como en su forma, pasando de unas manifestaciones ritualizadas y centradas exclusivamente en la derogación de la reforma laboral a movilizaciones más espontáneas y frescas, como la concentración frente al domicilio del primer ministro Manuel Valls que se produjo el pasado fin de semana. Nuit Debout también podría aprovechar su potencial movilizador para incrementar la presencia y visibilidad de la gente de las afueras en las manifestaciones contra la reforma laboral, mostrando a los sindicatos que no son rivales sino movimientos distintos que pueden unir sus fuerzas para derrotar al gobierno.
La relación con los partidos de izquierda
El 15M nació poco antes de unas elecciones municipales y autonómicas, pero apenas tuvo impacto en ellas, ya que no había ningún partido con capacidad de beneficiarse electoralmente del movimiento (recordemos que los principales líderes de Izquierda Unida recibieron la movilización con escepticismo o desprecio, aunque muchos militantes participaron en las asambleas de sus ciudades). En Francia, las organizaciones a la izquierda del Partido Socialista han sufrido en los últimos años una serie de durísimas derrotas electorales, la última en las regionales de diciembre de 2015. El anuncio de la candidatura del controvertido Jean-Luc Mélénchon a las presidenciales del año que viene ha causado enfrentamientos entre sus seguidores y aliados pero también cierta esperanza de que la izquierda llegue a 2017 con una alternativa sólida al siniestro trío compuesto por el PS, la derecha heredera de Sarkozy y el Frente Nacional. Mélénchon ya ha ido a République pero, aunque quisiera, no tiene la capacidad de cooptar el movimiento. Lo que sí es probable es que la deslegitimación del Gobierno socialista que está consiguiendo el movimiento popular tenga un impacto positivo en las perspectivas electorales de Mélénchon si se confirma que es el único candidato importante a la izquierda del PS en las elecciones de 2017.