El PSOE que apoyó a Ahora Madrid y abrió el camino del cambio

Javier Barbero, Celia Mayer, Pablo Soto y Guillermo Zapata

Concejales de Ahora Madrid —



El pasado 13 de junio, el Partido Socialista de Madrid apoyó un Gobierno de cambio. Un apoyo a la posibilidad de revisar la deuda de la ciudad, de garantizar el derecho a la vivienda, de realizar campañas sanitarias en favor de todos los ciudadanos y de impulsar la participación directa. En ese momento, muchos de nosotros y nosotras, muchas de las ciudadanas de Madrid, sentimos la generosidad del PSOE y su capacidad de entender el momento y la ciudad en la que vivimos.



Cuando, a nivel estatal, ese mismo PSOE habla de Madrid como un ejemplo de generosidad y exige a las fuerzas del cambio que se comporten de la misma manera en el Congreso, tenemos que recordar que eso es exactamente lo que han hecho. Lo que ha hecho, primero, Podemos con una oferta de Gobierno conjunto y, luego, IU-UP, con una mesa de negociación a cuatro bandas, con el fin de llegar a acuerdos, a la que se sumaron tanto Podemos como Compromís. Ese camino, sensato, abierto y razonable se puso en cuestión cuando el PSOE firmó un acuerdo con Ciudadanos vinculado a un programa de Gobierno que pervierte lo mejor del partido socialista. Ese que ha llegado acuerdos con Ahora Madrid y con el que cooperamos cada día. Ese que, creemos, enorgullece a muchos y muchas votantes socialistas en nuestra ciudad.



El “interés general” al cual el PSOE apela tiene, además, muchas interpretaciones: mientras que para algunos está en el libre mercado, para otros se encuentra en la capacidad de decidir sobre los asuntos comunes y en la posibilidad de tener una vida digna. Pero nunca el interés general se encuentra en la gobernabilidad, es decir, en la existencia de un Gobierno a toda costa; la política es siempre de partes en conflicto y cooperación. El “Gobierno a toda costa” no resuelve los problemas políticos a través de la mera gestión de lo existente, sino que los camufla. Sería equivalente a decir que era más razonable un gobierno del PP en Madrid para evitar cualquier otra situación de bloqueo. Lo que significaría, entonces, que las políticas de recortes y endeudamiento seguirían gobernando en nuestra ciudad y eso –coincidiremos tanto el PSOE como AM– habría ido directamente en contra del interés general.



En el caso del Parlamento sucede lo mismo. Un pacto de Gobierno con Ciudadanos es opuesto a todo lo que nos ha traído hasta aquí. Un Gobierno que mantenga las políticas regresivas del Partido Popular, un Gobierno estancado democráticamente, es justo lo contrario de lo que se lleva años expresando a través de las mareas, del 15M y de las candidaturas ciudadanas. Más aún, ¿qué mimbres tiene un Gobierno así para recuperar la soberanía económica y política que hemos perdido en medio de una Europa que se disuelve entre el austericidio y el auge de la extrema derecha?



No podemos dejar de preguntarnos cómo sería Madrid si la propuesta que se lanza para el Gobierno del Estado estuviera gobernando nuestra ciudad. ¿Habría salido adelante el presupuesto que hemos construido en conjunto? ¿Tendríamos una oficina de mediación hipotecaria? ¿Habríamos dedicado 60 millones de euros para elaborar presupuestos participativos? ¿Qué políticas de igualdad estaríamos poniendo en marcha? ¿Las de la violencia intrafamiliar o las del feminismo que defendemos conjuntamente? ¿Qué hay en ese acuerdo que han firmado que nos haga pensar que vamos a tener más capacidad de transformación en lo local? 



No hay que irse muy lejos para encontrar un ejemplo: basta ver el modo en el que Ciudadanos está apoyando al Gobierno de Cristina Cifuentes en la Comunidad de Madrid, el Gobierno de un partido imputado como tal por corrupción. El PSOE que hace oposición en la Comunidad de Madrid, ¿no merece aliados como los que tiene ya hoy en esa Cámara?



Estamos en un momento crucial de nuestra historia política y el PSOE tiene la oportunidad de formar parte de un proceso que se abre hacia el futuro en vez de empantanarse en el de las políticas que ya conocemos y que son las que nos han traído hasta aquí. De ser un PSOE capaz de entender el país en el que vive, un PSOE sin miedo al cambio, un PSOE que apuesta más por la democracia que por su propia conservación. El PSOE de Madrid ha elegido cambio. Es un PSOE que respetamos profundamente, no solo cuando nos apoya, sino también cuando nos critica por nuestros errores.



El otro PSOE, ese que hoy insiste en el pacto con Ciudadanos, es un PSOE que no habría apoyado a Ahora Madrid y habría aceptado la oferta de Esperanza Aguirre (no muy distinta a un gobierno PSOE-Ciudadanos con la abstención del PP que se votará dentro de unos meses en el Congreso). 



Ese otro PSOE puede llegar a gobernar, pero creemos que a medio plazo no tiene futuro. Creemos que los votantes socialistas se merecen al PSOE que esta haciendo de Madrid una de las ciudades del cambio.