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¿Dónde está la recesión?

Imagen de archivo de una oficina pública de empleo.

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Los datos de paro registrado de marzo, junto a los de afiliación a la Seguridad Social, han vuelto a sorprender al alza y desdicen a todos los que auguraban un cataclismo económico provocado por el gobierno “social-comunista”. 

Desde hace más de cinco meses, pero especialmente desde que se comenzó a subir el salario mínimo, se han publicado sesudos análisis sobre el terrible impacto del alza del SMI sobre el empleo, cuyo culmen fue el anuncio a bombo y platillo de la llegada de la recesión a España, allá por el mes de octubre, anuncio que llenó de gozo a todas esas instituciones y medios de comunicación autodenominados neutrales que en España abundan y que siempre se alegran de las desgracias económicas, incluso de las falsas, cuando gobierna la izquierda.

El primer trimestre de 2023, a falta de la publicación de la EPA, permite asegurar que el crecimiento del empleo se ha acelerado respecto al fin de 2022, lo que sin duda se verá reflejado en el PIB del primer trimestre, volviendo a desdecir a todos los que pronosticaban el fin del auge de la contratación, en un entorno de elevada inflación e incertidumbre bancaria. Los datos de paro registrado, un dato que se debiera obviar ya que no computa tasa de paro sino simplemente personas apuntadas en un registro administrativo no obligatorio, muestran un descenso del 1,7% intermensual y del 7,3% anual, con una reducción de más de 246.000 personas, con una distribución muy acusada entre las CCAA más turísticas, y donde únicamente en Madrid se dio la circunstancia de un aumento del desempleo. Si le quitamos la estacionalidad, el desempleo registrado se redujo en 38.000 personas, lo que da idea de que el fenómeno no es estacional.

En la contratación también se observa un cambio de tendencia que se consolida. En primer lugar se reduce drásticamente el número de contratos, ya que más del 45% de los nuevos contratos son indefinidos, lo que ha llevado la tasa de temporalidad al 14%, la menor cifra desde hace décadas. 

Sin embargo, existe un agujero negro con la temporalidad y precisamente es el Sector Público. En estos momentos hay más de dos millones de trabajadores públicos en situación de temporalidad y un porcentaje muy elevado de los mismos está en riesgo de perder el empleo. Parece muy incongruente por parte de las administraciones laborales hacer un esfuerzo en controlar e inspeccionar el cumplimiento de la reforma laboral y hacer dejación de funciones entre las administraciones públicas. 

Pero es en la afiliación a la Seguridad Social donde mejor se puede ver la magnitud de la mejoría, alcanzándose una cifra media de altas en marzo de 20, 4 millones de trabajadores, con un significativo avance de la afiliación de autónomos. Esta buena marcha del empleo también se deja notar en el balance del sistema de Seguridad Social, cuyo déficit consolidado se ha reducido hasta el 0,5% del PIB, frente al 1,6% que arrojaba en 2017. Esto permite hacer frente al desafío de las pensiones y, de nuevo, contradice a los que auguraban la quiebra del sistema de seguridad social.

Sin embargo, el análisis del desempleo en España no debe hacerse con los datos del paro registrado que, mes tras mes, confunde a la opinión pública y solo sirve para el lanzamiento de dardos políticos entre CCAA y el Gobierno central sobre el mérito o demérito de cada cual en función de los resultados. Así mismo está sirviendo para que se dude de las estadísticas y del cómputo de los fijos discontinuos, en un alarde de desconocimiento por parte de muchos analistas y medios de comunicación.

En España, la única estadística fiable y homologable con la UE es la EPA, que utiliza los datos de la población activa para calcular la tasa oficial de paro, por lo que deberíamos utilizar las estadísticas del SEPE solo para los datos de contratos y los de afiliación a la seguridad social, siempre eliminando la estacionalidad, para medir la evolución del empleo, antes de conocer la EPA. No hay que olvidar que el paro registrado es solo un registro administrativo, no obligatorio y que hay compatibilidad entre estar en dicho registro y estar ocupado o estar registrado y no estar buscando empleo. 

En suma, los datos de afiliación de marzo muestran una pujanza elevada del empleo, lo que puede inducir que el PIB del primer trimestre puede estar cerca del 2% anual, cifra que también rompería las previsiones oficiales. Pero para poder rematar el trabajo y optar a cumplir los retos de reducir la jornada de trabajo y mantener, e incluso elevar el salario, hay que dar un paso más en la dirección de la elaboración de planes de empleo garantizado para eliminar el desempleo estructural que aún lastra la economía española.  

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