Reinterpretar la Bauhaus: hacia un futuro europeo más humano, ecológico y justo
Ursula Von der Leyen, presidenta de la Comisión Europea, sorprendió a todos en el reciente debate sobre el estado de la Unión Europea anunciando la creación de una nueva Bauhaus Europea que impulse su proyecto de “ola de renovación” urbana.
La presidenta estaba planteando “un espacio de co-creación donde arquitectos, artistas, estudiantes, ingenieros y diseñadores trabajasen juntos en el diseño y la puesta en marcha” de esta estrategia de renovación de edificios para hacerlos más eficientes, con menos emisiones y menos consumo de energía.
Es decir, un trabajo multidisciplinar que conjugue arquitectura, diseño, tecnología y construcción para que la inversión en rehabilitar 35 millones de edificios no sea solo un asunto de eficiencia energética, sino también de excelencia en el diseño para una mayor calidad de vida y bienestar de los ciudadanos europeos.
La Bauhaus de entreguerras
Para generar este marco, la Comisión Europea rescata acertadamente una de las instituciones docentes de innovación europea más emblemáticas en arquitectura y diseño del siglo XX: la Escuela de la Bauhaus.
Aquella escuela, fundada en 1919 por el arquitecto Walter Gropius en Weimar, y lamentablemente clausurada en 1933 por el nazismo, fue precursora del Movimiento Moderno en arquitectura. Su aparición, en pleno corazón europeo, respondía a los impulsos renovadores de un contexto artístico y educativo del ámbito progresista. El objetivo era estimular la creatividad y reconciliar el diseño con la lógica del progreso y del desarrollo industrial.
A lo largo de su existencia, aquella “casa de la construcción” anticipó una nueva concepción de la arquitectura, de las artes y del diseño. Se contemplaba la vida cotidiana como fuente inagotable para la imaginación; liberando a los objetos y a la arquitectura de la esclavitud ornamental y conformando una nueva cultura material acorde con aquel mundo moderno, que ha trascendido hasta nuestros días.
Una de sus máximas pedagógicas fue optimizar la relación forma-función en diseños, de todas las escalas, dirigidos hacia una estética racional emparentada con conceptos como “buena forma”, “calidad” o “sentido práctico”. Todo ello condujo a mejorar la vida de los usuarios estimulando, en ese “aprender haciendo”, la responsabilidad social de numerosos oficios y disciplinas que se complementaban estableciendo sinergias. Todavía hoy siguen estando vigentes y son cada vez más apreciados los diseños de pequeños objetos de la Bauhaus.
En definitiva, una renovación radical de la arquitectura y el diseño que se extendió mejorando objetos, espacios, construcciones y ciudades suponiendo un auténtico cambio de paradigma cultural; quizá tan relevante como en el que nos encontramos en la actualidad.
La nueva Bauhaus Europea y la “Ola de Renovación”
La elección del nombre para este proyecto no es caprichosa. La Comisión Europea pretende aprovechar los fondos del Plan de Recuperación Europeo (Next Generation EU) para fomentar una “Oleada de Renovación” de 35 millones de edificios de toda la Unión Europea, construidos a partir de la segunda mitad del siglo XX, que adolecen de problemas de confortabilidad, aislamiento térmico y consumos energéticos.
Una inversión muy ambiciosa de dinero público para revitalizar el parque inmobiliario de la Unión, con los siguientes objetivos: mejorar el comportamiento energético de lo ya construido, duplicar la tasa de renovación de edificios y mejorar el confort de las viviendas. Todo ello reduciendo las emisiones de efecto invernadero, aumentando el reciclaje de materiales, y generando más de 160.000 empleos verdes adicionales.
A priori, se trata una estrategia de gestión política redonda, como en su día lo fueron los viajes del Imserso o la Ley de Dependencia en España. Una inversión dirigida a mejorar de la calidad de vida de las personas, mejorar la sostenibilidad ambiental ligada a un diseño eficiente, y con una tasa de retorno económico a los Estados miembros, debido al aumento de la actividad.
Todo ello generando empleo en el sector inmobiliario, que absorberá buena parte del paro juvenil y el desempleo de la hostelería y turismo generado por la Covid19. La Unión Europea sale al rescate de millones de personas que han perdido su empleo, de cuyo talento y esfuerzo no podemos prescindir, ni ellos pueden quedarse en el camino.
Si a esta propuesta política le sumamos la innovación en el diseño de calidad y la urgente reflexión ambiental, conseguiremos que la reinterpretada Bauhaus del s.XXI alcance la cuadratura del círculo. Finalmente se podrá demostrar que lo necesario (las viviendas) también puede ser bello y, sobre todo, que la creatividad, la innovación y el buen diseño mejoran nuestra calidad de vida.
Tras el boom de la construcción de 1998-2008, y la crisis que le siguió, nos encontramos con un parque inmobiliario de baja calidad constructiva y estética, y con unos aislamientos térmicos que sumen en la pobreza energética a miles de ciudadanos. Debemos cambiar el rumbo de aquella burbuja neoliberal, que maximizó el beneficio inmediato de las empresas, olvidando que el mejor y máximo beneficio es siempre el de los ciudadanos y la sociedad.
La conjunción de la “Ola de Renovación” y la nueva Bauhaus Europea permitirá que miles de ciudadanos disfruten de un entorno habitable más adaptado a sus necesidades, más agradable y con menor gasto en calefacción y climatización, uno de los grandes quebraderos de los ciudadanos hoy día.
Por otra parte, esta estrategia servirá para que el mercado de trabajo asuma los valiosos recursos humanos especializados de este sector, conformado tanto por profesionales experimentados como por jóvenes diseñadores, arquitectos, ingenieros, urbanistas y artistas. Un conjunto de profesionales que, tras la crisis de 2008, quedó infrautilizado o infravalorado, pero cuyos conocimientos debemos aprovechar para el fomento de una construcción mejor, adaptada a nuevas necesidades sociales, digitales y energéticas.
¿Cómo se financia la nueva Bauhaus?
A pesar de lo acertado de la propuesta, no todo son luces en este proyecto conjunto de la Comisión Europea. Por ello, una vez presentado el proyecto por parte de la Comisión, en las comparecencias de varios Comisarios en el Parlamento Europeo, los diputados nos hemos interesado por la financiación de este novedoso y ambicioso proyecto, sobre la cual todavía se sigue trabajando.
La “Ola de Renovación” se financiará con el mecanismo de Recuperación y Resiliencia, incluido en el Plan de Recuperación Europeo, y serán los Estados miembros los que determinen las cuantías a emplear para este fin. En España el Gobierno de Pedro Sánchez ya ha anunciado una intención de rehabilitar más de medio millón de edificios, con una inversión de más de 4.300 millones de euros.
Sin embargo, sigue habiendo dudas de cómo financiar la nueva Bauhaus Europea. Al tratarse de un proyecto ligado a la arquitectura, el diseño y el arte, podría vincularse a los programas económicos del presupuesto europeo relacionados con cultura: Europa Creativa o Erasmus+ (por aquello de la formación).
Sin embargo, estos programas son escasos, poco dotados, y han salido mal parados de la negociación del Consejo Europeo del 21 de julio. No sería tolerable que además tuvieran que financiar esta interesante iniciativa.
Debemos buscar fórmulas alternativas, como se hace en España desde el 1985 para financiar la cultura y el patrimonio cultural con el 1% de las obras públicas del Estado, gracias a la Ley de Patrimonio Histórico Español.
Sería deseable establecer un mecanismo por el cual, un mínimo porcentaje de los fondos del Mecanismo de Recuperación y Resiliencia que se destinen a la “Ola de Renovación” de edificios, vaya a parar a financiar el diseño, puesta en marcha e implantación de las tres fases temporales previstas de la nueva Bauhaus y sus cinco sedes principales. Todo ello sin detraer recursos de los programas europeos destinados a cultura y educación.
Una gran oportunidad para España
Por último, quiero poner en valor la enorme oportunidad que supone para España esta iniciativa de reinterpretar aquella Bauhaus de entreguerras en la coyuntura actual.
La “Ola de Renovación” de edificios combinará la generación de empleo absorbiendo el desempleo de los sectores castigados por la crisis, con la mejora de la calidad de vida y económica de miles de personas, todo ello con un mejor aprovechamiento energético global.
Por otra parte, la reinterpretada Bauhaus, conformará un marco de análisis, experimentación, innovación y debate muy necesario como fase preliminar a dicha renovación constructiva. En España, sin duda, sería una excelente oportunidad para aprovechar la calidad, la innovación y la creatividad de nuestros arquitectos, ingenieros y diseñadores, que tan bien valorados se encuentran en mercado laboral europeo.
Sería de justicia que España fuera uno de los países que alberguen una de las cinco sedes fundadoras del proyecto de nueva Bauhaus Europea, por nuestra calidad arquitectónica acreditada, y por ser, sin duda alguna, el país que más ha defendido el Plan de Recuperación Europeo.
Si Mies van der Rohe, como último director de aquella Bauhaus de entreguerras tenía claro que “la arquitectura era la expresión de la voluntad de una época”, fomentemos desde España este proyecto para plasmar nuestras aspiraciones a un mundo construido más humano, más ecológico y más justo.
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