Te han robado y te van a devolver algo... pero solo un poco
Una de las pegatinas más utilizadas en las acciones de la PAH dice: “Este banco engaña, estafa y echa a la gente de sus casas”. Pero las entidades financieras no podrían hacer todo eso sin la complicidad de los diferentes gobiernos e instituciones. Hay días en que esto se ve más claro que nunca: en julio el abogado general de la Unión Europea emitió su dictamen respecto a la retroactividad de la cláusula suelo, considerando que la devolución de las cantidades cobradas de más por aplicación de esta cláusula sólo deben hacerse desde el año 2013, asumiendo así la antijurídica doctrina del Tribunal Supremo. El informe, que tendrá que valorar el TJUE a la hora de emitir la sentencia definitiva sobre si las entidades financieras deben devolver lo cobrado de más desde la aplicación de esta clausula abusiva o sólo desde el mes de mayo de 2013, ha supuesto un varapalo para todos los afectados por las hipotecas, pues supone primar el interés económico de la banca frente a los intereses de la ciudadanía. Si bien es cierto que hace pocos meses, la Comisión Europea se pronunció a favor de que se devolvería todo lo robado desde el inicio del contrato, hoy el abogado del TJUE marca un camino injusto para la sentencia que está pendiente de ser emitida por el Tribunal europeo y que se espera para el próximo otoño.
Imaginemos un atracador que, en plena faena, y cuando está recogiendo las bolsas del dinero que va a robar, le sorprende la policía, y le dice “llévate lo que has cargado, pero no cojas más y vete”. Esto es lo que hizo el Tribunal Supremo de España al limitar las devoluciones, y lo que ratifica ahora este presunto letrado de la ciudadanía europea. Tampoco debemos olvidar que el gobierno de Rajoy, nombró a dedo como magistrado del Supremo a Sastre Papiol, que procedía directamente de la Asesoría Jurídica de La Caixa.
Lo curioso de este pronunciamiento no es que se posicione del lado de la banca, algo que poco nos puede sorprender a estas alturas de las instituciones europeas o españolas, si no, que una vez más se esgrimen argumentos macroeconómicos y antijurídicos que desatienden a la reparación del daño a las víctimas de esta estafa. Es decir, se esgrimen los argumentos que hagan falta (y si no existen se los inventan) para seguir manteniendo los privilegios de la banca. A lo mejor somos nosotros los que estamos equivocados, tienen razón los que suscriben las versiones oficiales y “esto lo hacen para salvarnos a todos”. A nosotros nos cuesta creerlo, cuando hemos podido comprobar cómo la existencia de una cláusula suelo es, en muchos casos, lo que hace posible pagar o no la hipoteca. Nos cuesta creer que la banca que ha sido rescatada con más de 200.000 millones de euros no pueda ahora devolver a las familias a las que ha robado unos 3.000 millones de euros. Nos indigna que en ningún momento se haya calculado el número de familias que han perdido sus hogares, han sido desahuciadas y condenadas a deudas perpetuas por culpa de estas cláusulas. Nos avergüenza, el mensaje del abogado de la UE a las estafadas “reconocemos que os han robado, y os van a devolver algo... pero solo un poquito, que la perjudicada ahora es la banca y ustedes ya saben quién manda, aquí y en Madrid”.
Nos surgen muchas preguntas a raíz del posicionamiento del abogado del TJUE. Si hemos rescatado a la banca con más de 200.000 millones de euros públicos, sin ninguna contrapartida social a cambio, sin que se paralizasen los desahucios, se hiciesen alquileres sociales, se liberase a las familias de deudas de por vida o sin ampliar el escaso parque público de viviendas con las miles vacías que acumula la banca y los fondos buitres, ¿cómo es posible que ahora premien sus abusos y les impongan una condena reducida? Las instituciones europeas y españolas nos dicen que la banca no puede asumir sus errores y que ellas están ahí para protegerla. Luego se rasgarán las vestiduras sorprendidas de su propio descrédito. Quizás, es hora de exigir a las instituciones europeas, que han marcado el rescate bancario español, y al gobierno, si es que en algún momento lo hay, un plan de retorno del rescate bancario y sobre todo, la reparación del daño a las víctimas de la estafa hipotecaria. Cuando se produce una vulneración de Derechos Humanos, es necesario reparar el daño lo que en este caso se traduce en devolver lo que han robado, sin reducciones ni paliativos. De momento, el economista jefe del Deustche Bank acaba de pedir 150.000 millones más de rescate para todos los bancos europeos y el Gobierno italiano está a punto de rescatar a todo su sector bancario, así que ya sabemos lo que nos espera si no elevamos la presión social.
Cuando salen estos dictámenes, nos preguntamos si las instituciones europeas, o las españolas, nos servirán, en algún momento, para velar por los derechos de las personas o seguirán como hasta ahora garantizando (aunque eso suponga actuar con argumentos antijurídicos) los privilegios de la banca. La respuesta, para nosotras, es segura: nos toca seguir organizadas en la calle exigiendo nuestros derechos y auto tutelándonoslos. La práctica diaria nos demuestra, que aunque no quieran, ¡se puede! y hoy queremos recordar que se pueden parar los desahucios, liberar a las familias de las deudas, realojarlas en viviendas vacías de la banca... y por ende, se puede poner fin a la connivencia política e institucional con la banca.
Esperemos que el TJUE sepa hacer justicia. La sentencia saldrá previsiblemente, en otoño (“autumn is coming”). Y qué hacemos ahora? Pues que todas las afectadas vayan a su PAH más cercana para recuperar el derecho a la vivienda, porque, a diferencia de las instituciones fallidas, la lucha de la gente sí se ha demostrado útil.