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Seseña: queremos saber

Es una verdad conocida por la pedagogía y por la experiencia cotidiana que quien quiere aprender algo, saber algo, tiene a mano dos métodos simples y directos. El primero, basado en nuestra cultura escrita, invita a buscar información, leerla y memorizarla. El segundo, más clásico o ancestral si cabe, es preguntar a quienes se les supone saber y conocimiento sobre el tema en cuestión. Pero lo cierto es que cuando desde Podemos–Castilla-La Mancha solicitamos la convocatoria de una comisión de investigación sobre el vertedero de neumáticos de Seseña, sabíamos que tendríamos que combinar ambas metodologías.

En estos meses hemos leído los más de 25.000 folios de documentación aportada a los miembros de la comisión de investigación, anotando los hitos, repasando los acontecimientos y los hechos. Ahora, al calor de las preguntas surgidas, es el momento de preguntar a los actores principales de esta larga trama, propia de una tragedia, los porqués, los cómo, los quiénes de todo lo acontecido alrededor del vertedero. Son ellas, las personas que saben, las únicas que podrán ayudarnos a conocer la verdad de lo allí acontecido.

El nacimiento, evolución y dramático final del vertedero ilegal de neumáticos de Seseña tiene todos los tintes propios de una trama. Todo apunta a que los sucesos que conforman la historia del mayor vertedero de neumáticos de Europa, que llegó a acumular cerca de 100.000 toneladas, componen un paradigma de esa lógica en la que cuando están en juego los negocios, las leyes, los derechos y el bienestar de la gente son estorbos de los que se puede prescindir.

Estamos convencidos de que el fuego y el viento no se llevaron solamente los neumáticos y la nube tóxica de Seseña. También se han querido reducir a cenizas negocios, contratos y favores que llevan la marca del dinero público, de los impuestos de todas y todos. Por ello, frente a quienes las desacreditan o entorpecen, nosotros defendemos la necesidad de esta comisión de investigación que, inexplicablemente a día de hoy, sigue sin convocarse. Quizás, y solo quizás, el hecho de que la dirección del PSOE enviara por aquel entonces instrucciones a los concejales socialistas para acelerar las medidas que favorecieran los planes de “El Pocero” tenga algo que ver con estas reticencias y excusas.

Algo huele a podrido en Seseña. Y es preciso saber, queremos saber, cómo es posible que se hayan incumplido tantas normativas (directivas europeas, leyes urbanísticas, ambientales, de residuos, etc.) sin que nadie haya dado explicaciones convincentes ni se hayan asumido responsabilidades. Queremos saber cómo un vertedero ilegal llegó a tener licencia de actividad y declaración de impacto ambiental favorable obviando las denuncias del SEPRONA respecto a las infracciones contra leyes ambientales y el señalamiento de los riesgos de incendio.

Queremos saber también por qué un mes antes de las elecciones municipales y autonómicas de 2003, el Ayuntamiento de Seseña otorgó la licencia de apertura a una empresa que operaba ilegalmente. También, de paso, por qué a la hora de proceder a contratar los servicios y obras para la retirada y reciclaje de neumáticos y, teniendo en cuenta el servicio prestado por las empresas privadas que habían operado en el vertedero, no se procedió a la contratación con empresas públicas. Sería muy interesante que nos explicaran qué motivos llevaron a la Junta de Comunidades, en 2011, a inhibirse e instar al Ayuntamiento a disponer de los neumáticos “como crea conveniente”. A día de hoy, sigue habiendo demasiadas preguntas sin respuesta.

En el libro El pocero de Seseña se cuenta el malestar del Grupo Municipal de Izquierda Unida de Seseña para con la Junta de Comunidades, entre ellas la proximidad del vertedero de neumáticos a la urbanización El Quiñón. En sus páginas puede leerse literalmente: “Si el ejecutivo de Barreda era incapaz de cumplir su palabra, tampoco ellos respetarían el silencio que les había pedido Emiliano García-Page”, secretario provincial del PSOE en junio de 2004, cuando les advirtió que “el gobierno no quiere escándalos. Si sacamos a relucir la relación entre Bono y Francisco Hernando Contreras, se acaba cualquier negociación”.

¿Las relaciones entre Bono y el Pocero? ¿Qué tendrá que ver el expresidente con este empresario que recientemente afirmó que se haría cargo de los costes de la denuncia de los afectados por el incendio del vertedero de neumáticos de Seseña? ¿Cuáles serían las motivaciones del empresario para tal demostración de altruismo? Creemos necesario que los protagonistas de toda esta trama aclaren si las razones del silencio exigido tienen que ver, también, con la historia del vertedero de neumáticos.

Es tiempo de disipar definitivamente las cortinas de humo; tiempo de saber qué y quién hay entre bastidores. Y en este punto, cabe señalar lo llamativo del silencio de todos los actores acerca del papel de la empresa Michelin en toda esta trama. Sería oportuno que pudiésemos saber los motivos que avalaron la decisión de instalar en el año 2000 su plataforma logística en Seseña, a escasos 6 km del vertedero; así como los motivos para venderla, unos meses antes del incendio, al fondo de inversión GreenOak. Nos gustaría, además, poder preguntar a los directivos de Michelin por las posibles valoraciones que se hicieron del incendio de Seseña en la reunión general de accionistas que mantuvo la compañía el mismo día del incendio, 13 de mayo de 2016.

Para saber hay que leer y preguntar a quienes saben. Nosotros ya hemos leído. Ahora esperamos poder preguntar a los protagonistas de esta trama, a quienes saben de memoria el guion y los entresijos. ¿Se nos permitirá preguntarles? ¿Se nos permitirá saber?