Con dos fallecidos y 5.000 casos notificados, España ha pasado a ser el segundo país del mundo con más diagnósticos de viruela símica. Esta enfermedad, endémica desde hace años en determinadas zonas de África, ha empezado a tomarse en consideración cuando se han detectado casos autóctonos en América del Norte y países europeos.
El 23 de julio de 2022 la Organización Mundial de la Salud (OMS) declaró el brote de viruela del mono como emergencia de salud pública de importancia internacional (PHEIC: Public Health Emergency of International Concern), nivel máximo de alerta fijado por el Reglamento Sanitario Internacional. Este nivel de alerta se declara cuando una patología infecciosa se expande a diferentes países de forma descontrolada.
Y aunque en diferentes ámbitos se ha insistido en que el colectivo más vulnerable a la viruela símica es el de hombres que tienen sexo con hombres, se ha subrayado también desde la OMS que la enfermedad puede afectar a cualquier persona e insiste en la necesidad de no estigmatizar ni discriminar a este colectivo, que ha sido maltratado previamente con otras infecciones virales, como es el caso de la infección por el VIH.
En este escenario, las autoridades sanitarias de los diferentes países, luchan por reforzar las medidas preventivas urgentes y necesarias para frenar la expansión de esta infección viral.
Estas medidas adoptadas para el control del brote actual de monkeypox se han basado fundamentalmente en la detección precoz de los casos, aislamiento, abordaje terapéutico e identificación y seguimiento de los contactos.
La prioridad actual se centra en aumentar la disponibilidad de antivirales y vacunas, así como promocionar la investigación para poder precisar la evolución natural de la infección, factores de riesgo, vías de transmisión, estudio de contactos y asintomáticos, etc...
La secuencia del genoma del orthopoxvirus causante de este brote se publicó por primera vez el 19 de mayo por investigadores portugueses. Con ello se demostró que el virus estaba genéticamente relacionado con los detectados habitualmente en África occidental, relacionado con otros brotes internacionales en 2018 y 2019 y muy probablemente originado en Nigeria. Las próximas investigaciones del genoma revelarán más información sobre la epidemiología, fuentes de infección y los diferentes patrones de transmisión.
En 2013 la Comisión Europea autorizó la vacuna IMVANEX (de Bavarian Nordic) para la inmunización activa frente a la viruela en adultos. Esta vacuna, considerada de tercera generación, contiene una forma atenuada del virus que no produce enfermedad y es más segura que las anteriores vacunas frente a la viruela humana. Esta misma vacuna se autorizó en EE.UU. en 2019 (con el nombre comercial de JYNNEOS) para la prevención de la viruela humana y el monkeypox, con una eficacia del 85% frente a esta última.
La Comisión de Salud Pública, el pasado 9 de junio acordó unas recomendaciones preliminares de vacunación fundamentadas en la disponibilidad limitada de dosis y en la situación del brote en ese momento.
Actualmente los esfuerzos van dirigidos a implementar nuevas recomendaciones de vacunación frente a la viruela del mono en función de la evolución epidemiológica del brote y de la disponibilidad de un mayor número de dosis de vacuna próximamente.
Antes de este brote esta enfermedad no se consideraba una infección de transmisión sexual (ITS), pero la rápida transmisión del virus entre parejas sexuales ha suscitado el debate. El ECDC califica como “alta” la transmisión por contacto estrecho incluyendo el contacto sexual, pero sin este contacto considera el riesgo de transmisión “bajo”.
Y además se debate si la viruela símica es una ITS o mejor aún, una infección sexualmente transmisible. Aún así, ante su confirmación microbiológica del monkeypox conviene realizar un despistaje de otras ITS.
Aunque se sabe que la infección se transmite por contacto directo estrecho y mantenido con las lesiones, tal y como se ha publicado en la revista New England Journal of Medicine, el 95% de las 528 infecciones confirmadas en Reino Unido entre el 27 de abril y el 24 de junio de 2022 fueron transmitidas a través de prácticas sexuales. Pero no era preciso el intercambio de fluidos anogenitales, sino que el simple contacto estrecho interpersonal durante el acto sexual podía facilitar la transmisión de este virus, tal y como ha publicado Anne Rimoin y Raina Maclntyre en la revista Nature. Y esto ocurre en otras ITS, como en el caso del herpes anogenital o el virus del papiloma humano, donde la transmisión se puede producir a través del contacto con la piel o mucosas, sin precisar del intercambio de fluidos anogenitales.
Tal y como concluye otro estudio de 185 casos publicado en la revista British Journal of Dermatology, la sintomatología cutánea que ocasiona este virus aparece en zonas de contacto durante las relaciones sexuales, es decir región perianal, pene o faringe. De hecho afirman que las pápulas que se necrosan o ulceran pueden dificultar el diagnóstico clínico por su similitud con las lesiones ocasionadas por otras ITS como por ejemplo la sífilis.
Habitualmente los síntomas de la viruela del mono suelen durar entre dos y cuatro semanas y se resuelven espontáneamente sin tratamiento. Excepcionalmente este virus se asocia con complicaciones graves como neumonía o meningoencefalitis que pueden ocasionar la muerte de la persona infectada, como en los dos fallecidos hasta ahora en España.
El fármaco antiviral tecovirimat está aprobado en la Unión Europea y los EEUU para el tratamiento de varios poxvirus, incluída la viruela del simio, como tratamiento antiviral de primera línea junto con el Brincidofovir.