La presentación del programa económico de Podemos ha servido para demostrar empíricamente dos evidencias hasta ahora solo intuidas. La primera es que los mismos que les acusaban de ser bolivarianos, radicales y extremo izquierdistas han corrido ahora a imputarles los cargos de socialdemócratas y moderados. Ayer el problema era que prometían demasiado. Hoy el problema es que prometen poco.
La segunda evidencia constata hasta qué punto se ha desplazado a la derecha el debate político en España. Lo que antes era izquierda ahora es extrema izquierda, lo que antes pasaba por centro ahora pasa por izquierda y lo que antes se situaba a derecha ahora se sitúa en el centro. Lo demás se lo pueden imaginar. Ha tenido que presentar su programa Podemos para que por fin le dieran un entierro decente a la peligrosísima socialdemocracia.
Por si alguien todavía no se había enterado, asistimos a un nuevo despliegue espectacular de luz y sonido para dejarnos claro que es radical, peligroso e inviable pedir un Estado de bienestar universal y unos niveles de inversión pública que ronden la mitad del PIB, como en Alemania o Francia, aspirar a la jornada laboral de 35 horas y a jubilarse a los 65, reclamar una política fiscal progresiva, o defender que el Estado tenga un papel activo en la economía, con banca y empresas públicas. Es más, y por si quedaba alguna duda: solo los ignorantes que no tienen ni idea de economía pueden defender y pedir cosas así.
Entre tanta película de terror y tanta profecía apocalíptica, nadie explica por qué los bancos se empeñan en convertirlas en su negocio si las pensiones resultan tan insostenibles. O por qué no paran de firmarse conciertos con la sanidad y la educación privadas si el Estado de bienestar resulta tan inviable. O por qué, dado los problemas de recaudación fiscal que padecemos, España es el país de la zona euro que más ha renunciado a los impuestos que gravan la propiedad de la riqueza: sucesiones y patrimonio.
Si los medios dedican a los aún desconocidos programas del PP o el PSOE el nivel de análisis y exigencia recetado para Podemos, en la próximas generales no vamos a manejar programas, podremos consultar memorias, balances de cuentas y hasta auditorías.
No sé ustedes, pero no imagino a Rajoy cuantificando todas y cada una de las medidas de su programa y explicándonos de dónde va salir el dinero para las bajadas de impuestos que seguro prometerá. Se le intuye más bien como este fin de semana en Catalunya. Haciendo política y hablando solo para sus votantes, que son los que le importan. Y los demás, aplaudiendo. #CódigoMariano en estado puro.