Aznar inaugura su calle en Bagdad
La espera ha sido larga, pero hoy por fin el ex presidente español, José María Aznar, ha inaugurado la calle que lleva su nombre en el centro de Bagdad. En un acto festivo, y acompañado por miles de iraquíes que coreaban su nombre y portaban pancartas de agradecimiento, Aznar ha descubierto una placa que recuerda su decisiva participación en la liberación de Irak trece años antes.
Tras el acto, el ex presidente ha dado un paseo a pie por la ciudad, acompañado de autoridades pero sin escolta, como gesto de reconocimiento al clima de seguridad que reina en el país desde hace más de una década. Ha recorrido la cercana avenida de George W. Bush y el parque de Tony Blair, recibiendo a su paso espontáneas muestras de cariño de los ciudadanos.
En una escuela, ha visto cómo un grupo de niños recitaba de memoria fragmentos de su ya histórico discurso del 20 de marzo de 2003: “En este momento, cuando el compromiso por la paz y la seguridad adquiere su expresión más grave, quiero afirmar que la última oportunidad perdida lo es sólo para Sadam Husein y su régimen, no para el pueblo iraquí, su integridad territorial y sus derechos. Bien al contrario, el fin de Sadam Husein significa el comienzo de las oportunidades para que el pueblo iraquí se reintegre a la comunidad internacional, para mantener su unidad y para acceder al producto de sus recursos al objeto de impulsar su propio desarrollo.”
Al terminar, un emocionado Aznar ha invitado a los escolares a tomar un helado en la populosa zona comercial de Al-Karrada.
Mañana está previsto que dirija un discurso al parlamento iraquí. Después visitará varias empresas que son ejemplo del desarrollo del país, y recibirá su doctorado Honoris Causa por la Universidad de Bagdad. El programa de la tarde incluye visitas a un mercado, un campo de fútbol, y una mezquita, donde miembros de todas las comunidades religiosas exhibirán su entendimiento y convivencia.
Tras su paso por Bagdad, visitará la también iraquí ciudad de Faluya, donde ofrecerá un recital de poemas. Desde ahí continuará viaje por la región, pues tiene previsto hacer escala en varios países de Oriente para presentar su último libro de memorias, donde Aznar cuenta en primera persona el papel decisivo que jugó en la liberación de Irak de 2003, aquella feliz campaña militar cuyo éxito acabó contagiando la democracia por todo Oriente, aisló el terrorismo islámico hasta su desaparición, y nos condujo al largo período de paz que hoy disfrutamos.
Como cierre de su primer día en Bagdad, Aznar ha presidido la cena de gala ofrecida por el embajador español en Irak, Federico Trillo. En el momento del brindis, el ex presidente ha tenido unas palabras de recuerdo para todos aquellos que en 2003 negaban la existencia de armas de destrucción masiva, auguraban una catástrofica posguerra o sospechaban de intereses geoestratétigos y comerciales de Estados Unidos y sus aliados. “Perros que ladraban su rencor por las esquinas”, ha dicho Aznar entre aplausos. “Trece años después, todavía no han pedido disculpas a los iraquíes ni a los españoles”.
Por último, Aznar ha dado una exclusiva de carácter más familiar: a su regreso a España, tras inaugurar junto a su mujer y alcaldesa de Madrid los Juegos Olímpicos de Madrid 2016, celebrarán el catorce aniversario de la boda de su hija. Será también en El Escorial, y asistirán los mismos invitados ilustres de entonces.