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OPINIÓN | 'Pesimismo y capitalismo', por Enric González

No es machismo, es otra cosa que no sé qué es

En el de Alcalá de Henares (Madrid), donde gobiernan PSOE y Somos Alcalá, se decidió que era una buena idea despedir a uno de sus funcionarios, que se jubilaba, contratando a una stripper para que se desnudara y bailase para (y contra) él.

Para muchos (millones) hombres es gracioso. Es una travesura. Qué canallas y qué malotes son. Fíjate, una stripper despampanante para despedir a un jubilado. Risas. Un cuerpo, de mujer, por supuesto. Casi desnudo, porque vestido no sirve. Y que se roce con un tipo, porque si no lo toca ¿para qué va a venir?

El resto, como siempre, haciendo corrillo, tocando las palmas, riéndose de la escena. ¿Por qué tiene gracia? ¿Es gracioso usar dependencias municipales para cosificar a mujeres? ¿Es divertido cosificarla a secas, sea donde sea? ¿Algún cargo político también lo consideró una idea genial y aprobó que se hiciera la “fiesta”? ¿Qué, de todo, es exactamente lo que hace gracia?

¿Entienden los protagonistas del vídeo que están perpetuando y fomentando que a las mujeres nos sigan percibiendo como objetos de usar y tirar, cosas que poseer? ¿Lo entiende el/los cargo(s) político(s) que lo aprobaron? Si los hubo (cosa que, ojalá me equivoque, dudo que lleguemos a saber) parece obvio que no lo entienden, pero entonces ¿qué hacen ahí? ¿Por qué forman parte de partidos que se dicen feministas?

Los organizadores de esta “fiesta” de despedida son parte de nuestra sociedad, sin ninguna duda, no son peores ni mejores que cualquier otro ciudadano de a pie, realmente son la media española. A muchos esto le sirve de consuelo; y es que mal de muchos, consuelo de tontos... Sí, es cierto, pero es que son demasiados. Y además se refugian en que, “bueno, los hay peores que yo”.

Pero no, no se trata de ser más o menos machista, de estar exculpado si hay otros peores, porque cada uno de todos ellos está cumpliendo una función dentro de la misma cadena, todos son eslabones necesarios para que la máquina siga trabajando: el que tiene la idea –que seguro no es la primera que vez asiste a un striptease sin ningún tipo de análisis previo–, los que lo apoyan y organizan, los que asisten, los que graban y los que difunden en las redes.

Y fuera de allí hay más eslabones: los que comentan desde sus móviles, los que lo pasan a su contactos entre risas, los que defienden que esta fiesta no tenga nada de malo, los que son incapaces de ver cómo afecta esto a la situación de las mujeres en nuestra sociedad. Imaginen este vídeo, esta escena, multiplicada por mil, diez mil, cien mil, cada día.

Luego vienen las sorpresas, los minutos de silencios en el Congreso, los estudios que la Guardia Civil encarga para concluir que “las mujeres se separan demasiado deprisa”. Ninguno ve que son engranajes necesarios de la misma cadena que hace que el sistema feminicida siga girando bien lubricado. No es que haya algunos que sean peores y otros mejores, es que sin esos “mejores”, los peores no existirían, y a nosotras no nos acosarían, ni nos violarían ni nos matarían nunca por ser mujeres.

También los medios de comunicación que se hacen eco de noticias así son colaboradores necesarios del mismo sistema. Sin ir más lejos, en Al Rojo Vivo de La Sexta hubo chascarrillos a cuenta del vídeo (el cual no enlazo aquí por motivos obvios). En la cadena de TV, que muchas personas de izquierdas usan para informarse, y desde el programa que más opinión puede generar (si no es por horario lo es sin duda por duración), se reunieron cuatro hombres y una mujer a debatir sobre el vídeo.

Una vez más, un espacio en TV copado por hombres que sientan cátedra sobre lo que no saben. En este caso, ni siquiera veían machismo o algo reprochable en la fiesta, tan sólo era algo investigable porque se produjo en una dependencia municipal. ¿Acaso una fiesta con cocacolas y triangulitos de Nocilla también les hubiera parecido que merecía que se depuraran responsabilidades? La respuesta es obvia. Sin embargo, esto es lo que sucede cuando el compañero de eldiario.es Juan Luis Sánchez pone la palabra “machismo” sobre la mesa.

Los hombres son en su mayoría incapaces de reconocer que algo es machista, lo que les lleva siempre a reaccionar de la misma forma, algo como “no, no, no es machismo... es otra cosa que no sé qué es”. Sería gracioso observarlos incómodos cada vez, si no fuera porque es precisamente cosas como estas las que nos tienen ancladas a nosotras a un país que se parece mucho más a ellos que a nosotras.

“Vienes aquí y sueltas tu alegato feminista”, espeta Antonio Pérez Henares 'Chani' al único tertuliano que se atreve a señalar el machismo. No, espérate, Chani, que igual sólo están permitidos los alegatos machistas.

“Si esto hubiera pasado con mujeres, la crítica hubiera sido la misma”, dijo Ferreras.

Bueno, el problema es que estas situaciones nunca las producimos nosotras, siempre que saltan noticias sobre sexualización son hombres los culpables y mujeres las víctimas. Por lo tanto, la hipótesis de “si hubieran sido mujeres” estaría bien que se dejara de usar en algún momento al hablar de machismo. Sobre todo porque las consecuencias de la sexualización no son las mismas para ellos que para nosotras: recordamos aquí de nuevo que es a nosotras a quienes acosan, violan y matan. (Hay que repetirlo mucho, porque se les olvida en cuando bajan de renglón).

Y sigue diciendo Chani a Juan Luis Sánchez (porque los alegatos feministas tienen un tiempo límite pero los machistas pueden ir en bucle si es necesario): “¿Y las despedidas de solteras qué te parecen?”. Poco repetimos la diferencia, al parecer, así que aquí va de nuevo: “Las consecuencias de la sexualización no son las mismas para ellos que para nosotras: recordamos aquí de nuevo que es a nosotras a quienes acosan, violan y matan”.

Javier Gómez, por su parte, asegura perderse en la “hipótesis” de Juan Luis Sánchez cuando este asegura que las mujeres encontrarían muchas más trabas para realizar una fiesta como esta. Sin embargo, no se pierde con la hipótesis que hace Ferreras. Hay hipótesis difíciles e hipótesis fáciles dependiendo de la dirección que lleven, o lo que es lo mismo: muchos se pierden cuando se habla de machismo, porque empatizan más con el acusado de misoginia que con la mujer que sufre el acto machista. Esto pasa constantemente, nada nuevo bajo el sol tampoco.

Los machistas son unos artistas en hacer gimnasia mental para defender lo indefendible. Cualquier cosa es válida antes que nombrar la palabra machismo y, mucho menos, admitir que han sido partícipes de él toda la vida. Y eso es lo que los lleva a no dejar de serlo nunca. Total, ni que ellos sufrieran las consecuencias.