Se despierta con una sonrisa en los labios, satisfecho por los mensajes recibidos la noche anterior. Echa un vistazo a la prensa en Internet, guglea su nombre y un pequeño escalofrío recorre su cuerpo.
“José María Aznar reaparece”
“José María Aznar asegura…”
“Los dardos de José María Aznar”
Levanta la mirada y repasa las mejores escenas de la entrevista.
“Ya quisieran algunos ahora esa victoria del 96”, murmura, rememorando una de sus frases. Se sume en sus pensamientos:
En eso Rafa Bardají tenía razón: el centroderecha ha estado acomplejado y lleva tiempo dejándose comer terreno. El PP ha abandonado el campo de batalla de las ideas, ha permitido que la izquierda avanzara. Ni el partido renovado con el chavalito al frente ha logrado la firmeza precisa ante la izquierda. Rafa se entusiasmó con Vox. La resistencia, los llama. Es verdad que Santiago es un chico lleno de cualidades.
Estuve bien cuando contesté a lo de la corrupción: “No recibí sobresueldos y solo pongo la mano en el fuego por mí”. La democracia de España no se puede escribir sin el PP. Lo dije en la entrevista.
Ahora bien, la culpa de los resultados electorales no es solo de la fragmentación de la derecha. Es culpa también de la debilidad del PP, de su falta de contundencia. Cuando me marché entregué un partido y un espacio electoral totalmente unido. Lo que ha pasado después… Aquí lo que hace falta es alguien que esté por encima de todas esas divisiones. Vox y PP tienen una base social parecida. No es tan difícil.
Tenemos que abrazar nuestros ejes, sin complejos. Bridgers y breakers. ¡Qué bien lo pronuncié! Yo creo que no me entendía el Évole. Bridges and breakers. Pues eso, que las derechas necesitan un constructor de puentes para arreglar este estropicio y todos saben que a mí me gusta mucho tender puentes y canales de comunicación. Ojalá haya gente que lo entienda.
Despliega la esterilla y hace 50 abdominales de un tirón mientras mantiene el hilo de sus pensamientos:
Hay que recoger los restos de Ciudadanos y juntarlo todo. O la derecha se une, o estos vuelven cuatro años más. Y si no se une, lo que tiene que hacer es emerger, a través del navío más grande. Pedrito está convencido de que repiten y el Coletas cree que seguirá siendo muleta. Hombres diminutos. Ya no hay estadistas como los de antes.
Qué desastre. No ha pasado ningún día desde 2004 que no haya habido alguien que no me haya pedido que vuelva. Ni un día de ningún año. No exagero. Por eso creo que coló bien cuando hablé del 11M y de Irak. Aunque percibí una mirada de cierto descreimiento en el entrevistador, pero creo que no llegó a los espectadores.
Suena el teléfono. Es MAR. Qué gran campaña aquella, qué tiempos en los que recorrimos España en un avión y al final de la jornada nos esperaban un plato de jamón y un vaso de vino tinto para comentar las excelencias del día y agradecer cómo se volcaron los militantes y simpatizantes. Cómo olía a victoria.
Antes de la llegada de los populismos de ultraizquierda y ultraderecha España era una democracia plena. ¿Cómo no echar de menos a algunos de aquellos socialistas?
Me atrevo a pensarlo: Si yo me presentara… ¿Guardará Ana aún aquél fabuloso vestido verde pistacho que se puso el día que entramos en la Moncloa?
-José Mari, ¿no estarás pensando en volver?
-Fueron tiempos felices.
-Contigo recuperamos el PP y hasta el bipartidismo.
Toma un sorbo de café y respira hondo. “¿Y si el chavalito es un bluf? ¿Y de jefe de Estado?”. Cree oír el sonido del teléfono de nuevo, pero cuando lo descuelga se da cuenta de que solo era el canto de una cacatúa que lleva días molestando a los vecinos del barrio.