Ni una película de gangsters ni una novela negra que cuente el final de este ciclo de tres décadas de restauración democrática, nos van a quedar algunos retratos.
1. RETRATOS TENEBRISTAS, como el de la monarquía que ya se va pareciendo mucho al retrato de Dorian Gray, y aunque Diego Torres, el socio de Iñaki Urdangarin, ha dado unos brochazos para definir algo las figuras realmente parece ser más bien un autorretrato.
El retrato de la derecha, en cambio, tiene nombre de autor y no es Goya sino Luis Bárcenas quien está retratando a toda la derecha española. Creo que pocas veces será más justo aceptar la intuición de Freud de la relación íntima entre la mierda y el dinero, entre la corrupción política y la corrupción económica. O sea el retrato de tres décadas del partido que agrupa a toda la derecha española y que representa de modo destacado a los poderes económicos, a la Iglesia y a las entrañas del Estado. Con razón consideran sin rebozo que España son ellos, o sea “la gente normal”, “la gente como Dios manda”, “lo razonable”, “lo que dice el sentido común”... Ellos y ellas son la realidad, y lo demás son sueños de ilusos. Desde esa conciencia paranoide suele hablar Mariano Rajoy y es como hay que comprender la identificación que acaba de hacer en una rueda de prensa amañada, lo que indica su talante antidemocrático y revela también su miedo a afrontar las preguntas, que tiene cosas que esconder. Si él chantajea o es chantajeado resulta que eso le ocurre al Estado, ni reyes ni nada: “L´État, c´est moi” y si cuela coló.
Es imposible que cuele, pero lo que hace es arrastrar al Estado con él a su abismo particular, un abismo oscuro donde circulan bolsas, cajas y sobres con dinero, donde según tanto Bárcenas como su antecesor Álvaro Lapuerta, se chantajea, se compra, se amenaza a hijos, nietos y esposas...
2. DESDE LUEGO “ESPAÑA NO ES UGANDA”, ES OTRA COSA. Es un país que tiene a toda la Administración implicada en una gigantesca trama de corrupción, y que refleja una corrupción estructural de la economía y la política. Por las pruebas aportadas por la policía y la justicia y por las declaraciones ante los jueces, sabemos que están implicados en esa trama, que actuaba a través del Partido Popular y en su nombre, el presidente del Consejo de Estado, Romay Beccaría, el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, el presidente del Senado, García Escudero, la presidenta de Castilla-La Mancha, Dolores Cospedal, el presidente de la Xunta de Galicia, Núñez Feijóo, de quien además son públicas relaciones con miembros del contrabando y el narcotráfico, y los señores Aznar, Acebes, Rato, Camps, Arenas, Trillo... ¿Cuántas decenas de cargos de ese partido figuran en la “contabilidad B”? La trama en la que se unen la madeja de la “Gurtel” y la madeja de la “contabilidad B” es tan extensa e inextricable que se precisan representaciones tridimensionales para comprender la maraña. Pero de lo que no hay duda es de que el PP actuó desde sus comienzos como una gigantesca máquina de corromper la política y la economía.
3. LA PIEDRA ANGULAR. Y la piedra angular de la defensa del presidente del Gobierno, que es presidente de su partido y de toda la dirección actual y anteriores es señalar a Bárcenas como un ladrón y un felón. Pero, ¿y si no lo es? ¿Y si es el único que está contando la verdad ahora?
¿Cuándo nos mienten? ¿Cuando reconocían su “magnífica gestión” y “la lealtad que ha demostrado al partido y a sus dirigentes” o cuando dicen que es un defraudador y un corrupto y que no tienen nada que ver con él? Los SMS de Rajoy desde luego desmienten esa argumentación. ¿Y si nos atuviésemos al principio de la navaja de Ockham: cuando hay varias hipótesis, en condiciones semejantes, la hipótesis más sencilla suele ser la correcta? ¿Y si Luis Bárcenas, que fue senador por el PP, miembro de su Comité Ejecutivo y gerente y tesorero durante dos décadas fuese efectivamente magnífico gestor y leal al partido como él reivindica mientras los otros ahora se desdicen y niegan? Puede que Bárcenas sea un ladrón del dinero negro de su partido o puede que, habiendo sisado algo para sí, haya sido un buen gestor de un partido que funcionaba sistemáticamente de forma corrupta. Sólo cumplía órdenes, podrá alegar él.
4. EL SEÑOR DE LOS SOBRES. Hay un aspecto que creo que no se ha analizado en esa relación entre Bárcenas y los receptores de sobres y puros, un lazo incómodo para los “sobrecogedores”. Es Bárcenas quien saca el dinero de alguna caja o saco y cuenta billetes de 500 euros, los mete en un sobre y lo ofrece, y son quienes figuran en la “contabilidad B” quienes extienden la mano y lo toman. Probablemente los más educados habrán dicho “gracias” en ese momento. Puede que Bárcenas haya contestado “de nada” o “para eso estamos” y que ahora resulte un testigo incómodo ese hombre de los caramelos que era el señor de los sobres. Hay una posición de superioridad, de mayor fuerza moral, por parte de quien da que de parte de quien recibe algo sucio.
5. SÓLO CABE DIMITIR. Los pasos judiciales, desde la publicación de los SMS entre Rajoy y Bárcenas, conducen inevitablemente a que Rajoy tenga que declarar sobre la recepción de sobres con dinero que el partido recibía clandestinamente de empresas y particulares y que él no declaró. Si se puede probar que además de fraude fiscal hubo cohecho para favorecer a los donantes, el delito parece claro. Que los delitos y faltas prescribiesen es indiferente en democracia, si no niega lo que ya consta en los juzgados tiene que dimitir inmediatamente.
6-¿GOBIERNOS ILEGÍTIMOS? INSEGURIDAD JURÍDICA. Por lo conocido hasta ahora sabemos que gran parte del dinero negro fue utilizado para que ese partido ganase elecciones en Galicia, Castilla-La Mancha y las mismas elecciones a Cortes de las que salió este Gobierno. Si se comprueba eso, ¿fueron ilegítimas esas victorias y por tanto los gobiernos ganados así?
Cuando hablan de “inseguridad jurídica” habría que pensar antes de nada en todo lo que han legislado unos gobiernos que pueden ver cuestionada su ilegitimidad. Y es que las consecuencias de la conducta de los dirigentes de la derecha española tienen implicaciones hasta lo más profundo de la Administración, la vida política, la economía.. .Lo que está siendo sometido a análisis y juzgado es todo o casi todo, el Estado y toda la vida social.
Y lo que está siendo juzgado ya es el Partido Popular mismo por sus actividades económicas de donde se infiere directamente que fue y es una estructura para intervenir en política basándose en medios ilegales. Cabe que la fiscalía investigue si esa organización es dañina para la vida pública y consiguientemente deba ser ilegalizada. La derecha española tendría que volver a reorganizarse como tras el desplome de UCD.
7. LA VERGÜENZA. Pero hay algo más serio aún y anterior a los deberes y al funcionamiento de un Estado democrático: la vergüenza. La vergüenza es un sentimiento propio de las personas que nos pone límites y nos hace reconsiderar las acciones, cuando sentimos vergüenza por algo que hemos hecho nos apartamos de los demás abochornados. Todos sabemos que durante años y años estas personas cobraban y ocultaban dinero a Hacienda, nos defraudaban, se burlaban de nosotros y encima nos vigilaban y sancionaban si no declarábamos ingresos.
Sabemos que defraudaron, que nos mintieron y que propiciaron y se beneficiaron de la corrupción económica... Lo sabemos todos, incluidos sus afiliados y votantes, y nos siguen mintiendo en las narices. ¿No se les cae la cara de vergüenza? ¿No piden perdón, devuelven el dinero y se retiran a sus casas? ¿No se les paraliza la lengua cuando se siguen burlando de nosotros mintiéndonos un día tras otro? No hay dinero que limpie lo que están haciendo esas bocas, esas personas se ensucian para siempre. Se marcharán forrados y puede que impunes, pero manchados.
8. ¿Y SUS ELECTORES? Quitemos a un porcentaje de votantes del PP que no saben leer y padecen sordera, que viven en lugares apartados donde no llega la luz eléctrica ni la prensa en papel, que están náufragos en una isla en Oceanía, que lleven meses en una nave espacial, que padecen alguna limitación psíquica o física que les impide tener conocimiento de lo que nos llega a través de los medios de comunicación y en las conversaciones sociales... Debe de ser un porcentaje muy pequeño, los demás sabemos el daño que han hecho esos dirigentes y ese partido a la economía, la vida social, a nuestras vidas. ¿Qué piensan las personas que le dieron su voto a este partido? A la vista del comportamiento de esos políticos, sólo una reconsideración masiva de su decisión, sólo una caída enorme del voto al PP indicaría que España no es una sociedad con una grave enfermedad democrática. La dirección del partido pretende su silencio sumiso, busca su complicidad para con sus actos, pero en democracia uno es libre de ser cómplice o no y cada uno tiene sus propias responsabilidades.
9. “¡HÚNDANSE EL CIELO Y LA TIERRA! ¡PEREZCA LA RAZA HUMANA!”. El Gobierno se parapeta tras una serie de defensas. Una trinchera, la mayoría absoluta. Efectivamente obtuvieron una mayoría absoluta, con promesas que sabían falsas y por ello las incumplieron desde el primer día, pero eso no los exime de cumplir con las normas de la democracia, precisamente es al contrario. Y las empalizadas que levantan son de todo tipo, desde rescatar el cadáver de Miguel Ángel Blanco, un muchacho secuestrado y asesinado por ETA, hasta invocar nuestro silencio cómplice ya que si se conoce su corrupción eso dañará la economía en una situación tan difícil. Lo que piden es nada menos que la suspensión de la democracia para resultar impunes.
10. ESTA CATÁRSIS DE LA DERECHA ESPAÑOLA, que implica tanto a su principal partido como a la mayor parte de las grandes empresas, es una explosión de ingobernabilidad y lleva la crisis del Estado nacido de la Transición en una nueva fase absolutamente impredecible. Dicen bien que las desgracias de unos son oportunidades para otros, puede que algunos agentes de la política española crean que esta crisis de un partido los puede salvar de sus dificultades pero la crisis económica e institucional tiene causas tan profundas que se lo traga todo.
Pérez Rubalcaba y su equipo pueden creer que el vértigo de la caída de Rajoy ya justifica su existencia, pero creo que es un error, sólo muestra su cicatería política y sus propias desnudeces: precisamente lo que casi todos ven es que era justamente ahora cuando se necesitaba un Partido Socialista renovado y a punto. Quizá no esté desencaminada, en cambio, Sáenz de Santamaría, si se llega al momento en que Rajoy tenga que dimitir probablemente sea ella la candidata de su partido a quien el rey encargue nuevo Gobierno. Podría hacerlo sobre los votos exclusivos del PP, aliada con UPyD, o incluso un Gobierno de coalición con el PSOE a propuesta del rey. El argumento sería la unidad y la responsabilidad, pero la consecuencia sería la reducción del Partido Socialista a una fuerza minoritaria.
11. Y ESTÁ EL REY, que acaba de reaccionar con tanta diligencia como astucia, mientras aquí se va pudriendo la presidencia de Rajoy, él toma el protagonismo y aún la iniciativa política viajando a Marruecos rodeado de empresarios y de tantos ministros y exministros como para formar un Gobierno.
Juan Carlos probablemente intervendrá en plazo no muy largo en la crisis política abierta, eso volverá a darle una imagen renovada y le recordará a los españoles como funcionan las cosas en esta democracia, pero la crisis de legitimidad de este sistema político es tan profunda que no podrá evitar lo que está en el horizonte, que se abra paso un nuevo, y muy complicado, proceso constituyente. Y en la discusión de la forma del Estado entrará inevitablemente un debate y un veredicto ciudadano sobre Monarquía o República. Podrá esforzarse en llegar ahí armado de la máxima autoridad y prestigio que pueda pero no podrá evitar que el censo electoral vote eso libremente. Rajoy es un naipe de un castillo de naipes.