Quim Torra ha anunciado la convocatoria de elecciones después de que se aprueben los presupuestos catalanes. Ante esta situación, el gobierno central aprovechó para intentar marcar los tiempos y cancelar la mesa de diálogo entre los dos ejecutivos. Sin embargo, no se acordaron de un pequeño detalle: que para aprobar los presupuestos estatales –y aprobar la primera medida de aumentar las pensiones- aún les hace falta el apoyo de ERC, y para que esto sucediera el inicio de diálogo era imprescindible. Así que rectificaron. Este solo es un ejemplo de lo importante que va a ser la situación política catalana en el gobierno central. ¿Qué va a pasar en Catalunya? Es incierto, pero hay diferentes ámbitos para analizar.
De momento, las encuestas muestran que los bloques entre independentistas y no independentistas se mantiene similar. Sin embargo, hay muchos cambios dentro de los bloques. Como decía Woody Allen, en el cuento del lunático, estar mucho tiempo juntos sirve para odiarse mejor, y eso es lo que ha pasado entre las fuerzas soberanistas, las cuales han empezado a competir.
ERC lideraría este bloque. Este partido tiene algunos retos: ampliar la base, es decir, recibir el apoyo en las urnas de ciudadanos que previamente no habían votado partidos independentistas, mientras mantiene a los votantes previos. De momento, según las encuestas –CEO y GESOP-, parece que ERC lo puede estar consiguiendo. El “nuevo” votante independentista prefiere este partido, ya que consigue atraer a antiguos votantes del PSC y de CeC. Además, este votante parece que es mayor en volumen al exvotante de ERC (que decide optar por otro partido). Así se ampliaría el perímetro independentista. Para ERC, por tanto, es importante que los pactos a los cuales ha llegado con el PSOE se cumplan para no quedar ante sus votantes como el que ha cedido todo y no ha conseguido nada.
JxC tienen un escenario un poco diferente. De momento se queda segundo en el bloque, y las encuestas muestran que esta formación gana algunos votantes que previamente habían votado a ERC y la CUP, pero el saldo de aquellos que le van a dejar de votar parece que es mayor. Así que su éxito va a depender de hasta qué punto puede movilizar algunos exvotantes de ERC, la CUP y los posibles abstencionistas. Es una tarea complicada cuando muchos ciudadanos pueden estar descontentos con la gestión realizada. Sin embargo, aún quedan muchos meses para las elecciones y, dado el ritmo vertiginoso de la política y, claro, también de la justicia, nada se puede dar por sentado. Además, como se vio en las anteriores elecciones a JxC se le da bien jugar a corto plazo. De momento, JxC ha querido aprobar presupuestos antes de ir a elecciones porque, seguramente, entre otras cosas, puede dar una imagen de partido estable, a la vez que gana tiempo para presentar posibles candidatos como Presidente de la Generalitat. Se barajan diferentes nombres para esta contienda: Damià Calvet, Laura Borràs, o Jordi Piugneró. Cada uno tiene una trayectoria dentro del partido diferente, así que la elección de uno u otro también va a tener implicaciones en la construcción de la estrategia partidista.
La CUP puede salir reforzada de estas elecciones, ya que pude recoger voto descontento con las formaciones previas. Las encuestas revelan que puede duplicar su representación: de 4 escaños a 8. No obstante, como sus vecinos de bloque va a ser necesario que establezcan claramente cuáles son sus objetivos a corto plazo. La ventaja de todo este bloque es que los votantes que optan por estas formaciones normalmente son electores más implicados políticamente que los del bloque no independentista, y en un contexto de desmovilización, pueden acudir más a las urnas, a pesar del posible descontento generalizado.
Los partidos independentistas no son los únicos perdidos, en el bloque “no independentista” también han perdido la brújula. Cs va a sufrir una gran caída. En las antiguas elecciones se habían aprovechado del marco polarizador de la misma para liderar y aglutinar el voto del “no”. Pero ahora ese voto se vuelve a dispersar principalmente hacia el PSC, pero incluso hacia el PP o Vox. Se habla de una posible candidatura conjunta de Cs y PP para tener más fuerza en el Parlament. Pero esto aún puede alejar más aquellos votantes con posiciones más de izquierdas. También va a ser un reto para ellos como PP y Cs van a conjugar las diferentes organizaciones de partido y si va a ser una coalición con dos actores de la misma fuerza o si uno de los dos va a absorber al otro. Por otra parte, nueva coalición preelectoral puede incrementar aún más la fuerza de Vox que seguramente va a entrar en el consistorio con 7 o 8 diputados.
Ambos, PSC y CeC, aumentarían en diputados. Con lo cual parece que se puede volver a abrir un espacio entre los dos principales bloques, ya que se ha distendido la polarización de las anteriores elecciones. Sin embargo, ante aquellos que apuntaban que el apoyo de ERC en el Congreso de los diputados obedecía a una estrategia a largo plazo donde PSC y CeC apoyarían a ese gobierno, parece de momento improbable ya que no es posible materialmente; ERC, PSC y CeC no alcanzan la mayoría necesaria, según las encuestas disponibles. A la espera de cómo va a evolucionar el reparto de escaños, tal vez aún es cabe esperar que después del divorcio vuelva a haber, de nuevo, campanadas de boda.