Cifuentes también cumPPle
Amanecíamos el lunes con la flamante afirmación de la presidenta de la Comunidad de Madrid, Cristina Cifuentes, sobre las promesas electorales cumplidas en sólo dos meses de mandato. Parece que mientras algunas se van de vacaciones y aniquilan flora y fauna allá donde pisan, otras se quedan en Madrid cumpliendo puntos del programa como si no hubiera mañana.
Cuando leímos que Cifuentes daba por cumplidos 50 de los 300 puntos del programa del PP de Madrid -para la Comunidad, pues para el Ayuntamiento no presentaron programa alguno- nos sorprendimos, porque o bien Cifuentes presentó un programa de pura continuidad con el Gobierno anterior o directamente miente. Así que nos pusimos a leer la letra pequeña.
Independientemente de que estemos a favor o en contra de las medidas, o de si realmente se han llevado a la práctica, lo primero que llama la atención es que sólo 12 de los 50 puntos están realmente en su programa, el resto ni aparecen.
Hemos de reconocer que dentro de las medidas que dice haber cumplido hay algunas que, aun pareciéndonos insuficientes, nos parecen positivas (nos referimos a la tarifa plana de transporte para menores de 26 y a la reducción de un 10% de las tasas universitarias).
Sin embargo, también hemos de reconocer que el equipo de Cifuentes ha realizado un gran ejercicio de literatura. Por un lado, dan por cumplidos algunos de sus puntos programáticos habiendo realizado escasos avances. Por ejemplo, en su blog dice haber realizado “contactos con Airbus para avanzar en la reindustrialización del sur en el marco del proyecto Silycon Valley”. ¿Quiere decir que da por cumplido el punto 175, en el que prometía “el mayor espacio de investigación, tecnología e innovación de Europa, desarrollando en red un completo proyecto de activación económica en colaboración con instituciones, empresas, universidades y administraciones públicas”? No sé a ustedes, pero a mí me enseñaron que no se puede dar por concluido un trabajo cuando se empieza sino cuando se termina. ¿Usted le diría a sus jefes que ha terminado el informe cuando lo único que ha hecho es escribir el título?
Por otro lado, Cifuentes pretende hacer pasar por cumplidas medidas que obviamente no iban en su programa por ser imposibles de prever. Por ejemplo, una esas 50 medidas hace referencia al “plan de choque para hacer frente a la ola de calor”; ¿en serio alguien cree que el equipo de campaña de Cifuentes previó la ola de calor y lo incorporó al programa electoral?. Otra de estas medidas es la suspensión cautelar del Sanatorio Esquerdo por problemas de seguridad para los pacientes. Esto, obviamente, no podría haber formado parte del programa ya que no eran públicas las irregularidades del centro médico. Además, dicha suspensión formaría parte del mínimo exigible de cualquier gobierno responsable.
El equipo de Cifuentes llega al absurdo más extremo al considerar cumplimiento de programa el haber conseguido que la Tarjeta de Transporte Público pueda “recargarse en El Corte Inglés y supermercados Supercor”. Si esto hubiese aparecido en el programa electoral habría sido sin duda motivo de burla generalizada. Con estos criterios tan laxos no nos sorprende que el PP asegure haber cumplido el 92% de su programa nacional.
Por último, cabe destacar una propuesta cuya inclusión en la lista de medallas autoimpuestas por la presidenta resulta obscena. Nos referimos al “establecimiento de nuevos criterios para la atención sanitaria a extranjeros en situación irregular”. Entendemos que con esta frase Cifuentes hace alusión a la devolución de la cobertura sanitaria a las personas en situación irregular. Curiosamente, el pasado mes de julio, la bancada de Cifuentes votó en contra de una Propuesta no legislativa (PNL) que exigía al Gobierno madrileño exactamente lo mismo que ahora presenta como una iniciativa propia. Esta decisión no iba en su programa electoral, y no puede ser fruto ni del apego del PP a los derechos humanos, ni de un cambio repentino de postura. Cifuentes tenía un plazo de un mes para responder a la PNL aprobada con los votos de Podemos y el PSOE (y con la abstención de Ciudadanos) si no quería ver aprobada una Proposición de Ley sin el apoyo de su Gobierno.
Aunque lo pretenda, Cifuentes no puede presentarse como la parte social del Partido Popular porque comparte con Mariano Rajoy el mismo proyecto de país.