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Opinión - Cada día un Vietnam. Por Esther Palomera

Ciudadanos: transgénico Ibex 35

Estos son buenos chicos, chicos moderados, aseaditos, perfectos para la enésima contraofensiva neo(paleo)liberal de banqueros y empresarios (perdón, emprendedores). Las delicias de Mónica Oriol, esa gran humanista, y del señor Josep Oliu, director del Banco Sabadell, y presidente del patronato de FEDEA, un think tank del IBEX 35, del que proviene Luis Garicano, insigne economista de Ciudadanos, y en cuyo patronato se sienta la florinata de la economía nacional. Ya pueden dormir tranquilos los señores oligarcas. Ya han asegurado la Gran Coalición sin coste electoral, por el “centro” derecha y por el “centro” izquierda. Ya tienen su (re)cambio sensato. Bien centraditos todos, no sea que nos salgamos de los márgenes del tablero. He aquí una nueva hipoteca subprime, un transgénico patentado que se ha lanzado, esta vez sí, como una máquina de guerra electoral, y, de un plumazo, ha reducido a un juego de niños esos experimentos de laboratorio universitario con los que coqueteaba no ya la “gente” sino la “gentuza”. He aquí el hijo no querido del fin de las ideologías, y hasta de la historia, que, como bien sabía Fukuyama, no es sino el triunfo de la ideología liberal.

De los vínculos de C's con FEDEA, ya conocíamos algo, y no sólo de los vínculos personales sino también de los programáticos. Nos lo narró con pelos y señales Antonio Maestre en la revista de La Marea (abril, 2015). Medidas económicas como la de la supresión del IVA superreducido llevan el sello elitista de FEDEA. C´s aumentará los precios de productos básicos como el pan o la leche, y, a cambio, los trabajadores más vulnerables (ojo, solo los que trabajan) recibirán un complemento salarial que los estigmatizará como objeto de la beneficiencia estatal y que animará a los empresarios a internalizar el coste y a rebajar aún más sus salarios. Sube el pan, baja la gasolina y, sobre todo, ese impuesto de sociedades con el que se alimentan las rentas del capital. Aliviemos a las clases medias que son demanda solvente y voto seguro, y de las clases bajas ya nos ocuparemos otro día. Está muy claro que el mundo ideal de C`s es el de la jibarización del Estado y el del gobierno de, por y para las empresas, la productividad y el consumo. Y es que con la bajada de impuestos no florecen las políticas sociales, queridos entusiastas. La apariencia de socialdemocracia, francamente, no cuela ni de perfil.

En fin, a estas medidas FEDEA, y también en favor del mercado, nuestros chicos liberales con sensibilidad social han añadido una propuesta tan novedosa como rompedora: legalizar la prostitución con pretensiones recaudatorias pero en favor de los derechos de las prostitutas (sic). Una propuesta tan lamentable que solo se ha granjeado el apoyo de Esperanza Aguirre (en incansable defensa de la libertad personal). Lo que sí hay que reconocer es que en esto C`s ha mostrado una coherencia que ya la quisieran algunos para sí, porque ellos son tan favorables al capitalismo como al patriarcado, y, por la misma lógica, igual que el PP, apoyan tanto la desigualdad económica como la de género. De hecho, Rivera no cree que el aborto sea un derecho y está en contra de las cuotas de paridad. En fin, para la oligarquía protoliberal todo es mercantilizable y el cuerpo de las mujeres no es una excepción. Amantes de la libertad de según quién, apoyan la “libre” contratación, amigos, independientemente de las condiciones en las que se dé. Al mercado, por supuesto, todo lo que pida. Ya sean prostitutas, trabajadores o estudiantes. No olvidemos que el gurú Rivera pondría a la Universidad al servicio de las voraces necesidades de nuestro mercado laboral, desestructurado, precario y desigual…como si no lo estuviera ya suficientemente.

Y seguimos. Como medida de ahorro, C´s también ha apoyado la exclusión de los inmigrantes irregulares de la atención sanitaria no urgente, y en esto ha superado incluso al PP que se ha apresurado a semi-recular, a duras penas, con perspectiva electoral. Que nuestro partido promesa estaba infectado de xenófobos y falangistas, algunos ya caídos en desgracia, y otros en perfecto disimulo, también lo sabíamos desde hace tiempo, y, desde luego, se sabía muy bien en Catalunya. Ahí estaban en Barcelona, el 12 de octubre de 2013, junto al PP y a la plataforma 'Som Catalunya, Somos España', y en presencia del partido xenófobo de Josep Anglada, Plataforma Per Catalunya. En el Parlament, claro, han votado frecuentemente con el PP, y han compartido con ellos sus “ambigüedades” frente al franquismo. Y en Europa, han tenido algo más que devaneos con Libertas y con el movimiento ultracatólico del francés Philippe de Villiers (ay, Rivera, Rivera, malas compañías, Nuevas Generaciones…quien tuvo retuvo o dime con quién andas y te diré quién eres). Con razón, mi buen amigo Javier de Lucas les honraba con la medalla de bronce en este artículo en el que desgranaba barbaridades varias de unos y otros. Merecida medalla por su veterana política contra los inmigrantes (ilegales, dicen ellos, no se sabe si por ignorancia o mala fe) y por practicar un racismo y una xenofobia ultranacionalista que los aproxima al Front Nationale de Marine Le Pen.

Lo que ciertamente no puede negarse es que C`s ha hecho un esfuerzo ímprobo para que todo esto no se le note, y ha salido a la calle como un Frankenstein compuesto de tránsfugas provenientes de todo cuanto en el orbe existe, algunos de ellos no exentos de pasados turbios, pero capitaneados por un ciborg Rivera, fresco y natural como la vida misma, cool y nice (y esta vez, vestido). C´s está cómodamente apoyado en el IBEX 35, aparentemente lejos de la caspa pepera, de los contorsionismos del PSOE, del esperpento de UPyD, del desgaste fraticida de IU, y dispuesto a desplazar a Podemos a la izquierda del tablero. No hay duda de que este Frankenstein vampírico se sabe ganador y camina con pies de plomo. Ni le entran, ni le van a entrar las balas. Y es que, como señalaban en un reciente artículo Brais Fernández y Jaime Pastor, si lo importante era la eficiencia, C´s exhibe a sus tecnócratas de élite, si se trataba de un problema estético, apuesta por las primarias rutinizadas y las listas abiertas, y si el problema era generacional, fabrica un chico modelo al gusto de la clase media.

Malos tiempos para la lírica, una vez abandonadas las calles y las plazas, y entregados como estamos al fanatismo y al ilusionismo electoral. Desde luego, la historia no solo no se acaba, sino que se repite, una y otra vez, primero como tragedia y después como farsa. Aquí tienen ustedes la segunda entrega de la transición española y si se fijan bien tiene la misma pinta de transacción que la primera. Gana la banca.