“La austeridad no es una opción, es una exigencia. Todas las autonomías van a aplicar los ajustes que hagan falta en Educación”. Mientras José Ignacio Wert decía estas cosas, su partido se financiaba en Valencia llevando a miles de escolares a barracones, según la investigación. Las familias pagaban sus impuestos, sufrían los recortes y dejaban a sus chavales en clases prefabricadas. Al mismo tiempo, el gobierno del PP amañaba los contratos para construir estas aulas de la vergüenza. Una parte de la adjudicación fraudulenta iba para el partido y otra para el constructor 'amiguete'. Reparto del pastel, según apuntan los investigadores. “No hay alternativa al ahorro”, predicaba Wert. “Estamos haciendo historia”, decía Camps en esos tiempos en los que Rita era “la mejor”, según Rajoy.
El recorte per cápita en Sanidad y Educación en España sobrepasa el 20% durante la crisis. Se da la circunstancia de que la Comunidad Valenciana supera la media y lidera el tijeretazo, con casi el 30% menos de presupuesto. Mientras esto ocurría, una empresa pública creada para edificar colegios pagaba más de 1.000 millones de sobrecostes, adjudicando obras a empresarios amigos que facilitaban el chanchullo. El desfalco suponía 2.706 millones de euros a finales de 2014. Solo en dos años, el gobierno de Rajoy tuvo que apoquinar casi 500 millones para “asegurar la liquidez y poder atender los compromisos de pago” de esta firma pública.
Recuerdo que, cuando éramos niños, repartían a los alumnos en clase entre los del A y los del B. Los corruptos en este caso de Valencia hacían igual. Dinero legal para unas cosas, por ejemplo para recaudar impuestos, y el B para otras, como era el caso de financiar el partido. Con B de burros, porque no les dolieron prendas en levantar barracones sin presupuesto y sin control. Presuntamente, la trama del 3% vinculada al PP valenciano habría cobrado comisiones en 600 contratos de colegios construidos o reformados. Todavía este curso han empezado las clases en aulas prefabricadas 30 colegios públicos. Al mismo tiempo, endeudaron a los ciudadanos en obras faraónicas.
¿Saben lo que dicen los que eran los cabecillas del partido en esa época? Rita Barberá: “Les voy a decir, clarito y fuerte que no dimito. Es que ni me lo planteo”. Con esta arrogancia, sigue cobrando del Senado, donde Rajoy la ha blindado y ni va. A Francisco Camps, que amenaza a los periodistas preguntándoles “¿quién es tu jefe?”, le pagamos coche oficial, despacho, secretaria y un sueldo anual de casi 60.000 euros en el Consejo Jurídico Consultivo valenciano. Sin duda allí pueden consultarle precisamente sobre justicia.
Los niños en barracones, Paco y Rita a todo trapo y Wert, el de los recortes, con los gastos pagados para él y su señora en París. Los dos metieron la tijera en la Educación y recuerden que pasan por caja 500 metros cuadrados de residencia en la ciudad del amor, por casi 11.000 euros al mes, con servicio, chófer y un sueldo mensual de unos 10.000 para el exministro. Más o menos lo mismo que cobra ella. Rajoy sigue en la Moncloa y pide que no haya un gobierno de “adanes”. Busco en la RAE y veo que son hombres “desaliñados y sucios”. Pues no me dirán que todo esto no es asqueroso.